¿Y para qué una marca distintiva?
Cuando un nuevo negocio abre sus puertas es necesario crear de la nada una marca fuerte. Ser emprendedor requiere mucho esfuerzo, el tiempo aprieta y la mayoría no puede permitirse derrochar meses y cientos de euros en un proyecto de desarrollo. Se necesitan clientes que lleguen lo más pronto posible, sin demasiada demora, para que todo se ponga en marcha y se empiecen a conseguir los objetivos propuestos.
Desde el primer día se pueden seguir una serie de consejos que permiten crear una marca distintiva, sin tener esa gran preocupación por el futuro.
- Empezar con una visión, no un producto
Los clientes quieren invertir en una cultura, una forma de vida y no sólo en un simple producto. Para eso hay que concentrarse en la actitud, en la forma de afrontar las cosas de forma personal pero también de como se muestran hacia los demás. Tú historia única diferenciará rápidamente a tu negocio. Junto a la dedicación han de ser las claves para sobresalir sobre el resto.
Una forma sencilla de compartir esta visión es hacerlo a través de las redes sociales más que en anuncios o propaganda. Además estas plataformas premian a aquellos cuya finalidad no es mostrar a los demás que los consideran sólo unos números o ventas, sino fomentar una comunidad que comparta los mismos valores. La gente es inteligente y pronto adivinan si los están engañando.
Hay negocios que surgen a raíz de la solución de un problema familiar. Algo que tras pensar se llega a la conclusión de que afecta a más personas en la sociedad. Compartir la misma historia desde el principio invita a los demás sentirse identificados, ver que esa cara visible de la empresa ha pasado por lo mismo, que tiene empatía por quienes los sufren. Muchos seguirán ese modelo por solventar algo que nadie había conseguido hasta ahora.
- Interactuar constantemente con los consumidores
Los clientes están cansados de que nadie les escuche sea para bien o para mal. Sienten que son meros números en un balance de resultados. Ven a los emprendedores como personas frías que sólo piensan en ganar dinero a costa de ellos. No entienden sus necesidades ni sus sentimientos. Interactuar con ellos invita a conocerlos mejor, lo que conlleva la creación de vínculos y además conocer mejor al target, con lo que se puede mejorar en los productos y servicios ofrecidos.
Por eso de nuevo el trabajo en redes sociales es clave. Son unos canales muy directos donde no existe ningún tipo de intermediario. E incluso en este tipo de sistemas se suele trabajar mal, ya que según los estudios analíticos más del 70% de los usuarios no reciben respuesta cuando realizan un comentario. Eso les irrita e incluso les lleva a no confiar más en la empresa, pasándose a la competencia. Sólo quieren ser escuchados, aunque no exista una solución para todo lo que plantean.
- Encontrar un público propio
A la hora de comenzar con una compañía es fácil llevar todo más o menos controlado. Si se trabaja en equipo casi todas las acciones son compartidas y además se crea un proceso de gestión conjunta. Esa actitud de grupo es una de las claves para alcanzar los objetivos de forma eficaz. Pero cuando se crece demasiado o se abarcan terrenos donde hay demasiada competencia es fácil perder esa identidad, además se suelen dar pasos que no llevan a ningún lado o que incitan al error.
Para realizar una mejor toma de decisiones es necesario encontrar un público propio, que sean los clientes ideales para la empresa. Y que ellos se sientan identificados con los valores que representa, así como los productos que ofrece. En ellos será fácil crear un sentimiento positivo hacia la marca. Esa asociación crea valor, algo que es difícil de alcanzar por otros medios, pero que ayuda a crecer de forma fantástica.
Hay emprendedores cuya mentalidad es abarcar lo máximo posible, no se dan cuentan que la oferta así como su marca no acaban de encajar con todas las personas o sus diferentes gustos. Por una parte están creando valor en un cierto sector pero destruyéndolo en otro, lo que no les lleva a progresar eficientemente. Y no hay nada peor que una imagen negativa hacia una marca, pues se puede trasladar a aquellos cuya impresión anterior era buena.
- Encontrar compañeros que compartan los valores
Son muchos los casos en los que una persona ha conseguido encontrar una marca distintiva gracias a la aportación de otros que comparten los mismos valores. De la misma forma se puede conseguir un impulso gracias a la difusión por medio de personas relevantes que también tienen esa misma visión y ven a la marca como algo excepcional y propio.
Es como crear una red de contactos, de estar en una posición buena con personas influyentes en el sector, de saber fomentar el producto o servicio de la compañía, pero en esta ocasión por medio de una marca que todos reconocen y se sienten cómodos con ella. Los demás invierten y ponen su empeño en la difusión porque así lo creen, no por algo de negocio o monetario.
De esta forma se puede encontrar también inversores que apuesten por el crecimiento. Y los motivos son los mismos: no sólo una cuestión monetaria, sino de esa cultura, esa forma de ver las cosas, esa actitud que sólo la marca es capaz de mostrar.
- Conservar la identidad pensando en el largo plazo
Hay negocios que sólo hacen promesas vacías u operan de una forma en poco tiempo. Sólo piensan en el instante, en conseguir beneficios pronto en vez de una fidelización, un enlace a la marca. Al final la propia marca acaba perjudicada porque los consumidores no confían en ella, la ven como algo de poco valor, que no comparte los mismos vínculos. Se debe atraer a los consumidores para que sigan acompañando durante muchos años, el máximo posible. Por eso la mentalidad y la forma de actuar debe estar pensada para ello.
Cada decisión que se hace de forma temprana tiene un impacto en el futuro. Hay momentos difíciles y duros, no es algo fácil. Pero no debe tirar por la borda todo lo creado en muy poco tiempo. La recompensa espera al cabo de un tiempo y la marca será distintiva mientras se llega hasta ella.
Foto: LifeOfPix.com CC
Economista y escritor profesional, especializado en mercados financieros y los productos derivados.
Actualmente trabajo como redactor y CM para una empresa internacional. Además llevo a cabo diversos servicios freelance como escritor sobre diferentes temáticas, así como realizando traducciones del portugués al español y del inglés al español.