5 conexiones entre deporte y marca personal, por @fransegarrab

Deporte y marca personal tienen más cosas en común de lo que podríamos pensar. Aquí detallo cinco conexiones entre deporte y marca personal:

1. Empieza, ahora

Recuerdo que el primer día que pisé una cancha de voleibol. No tenía ni idea de cómo diablos se jugaba.

Y así se lo comuniqué al entrenador. Me respondió: “Eso ahora no importa, en cuanto empecemos a tocar el balón, ya te sabrás las normas. De momento, olvídate de eso.”

Y vaya que si me olvidé. Mientras sudaba “la gota gorda”, poco importaban las normas del juego. Antes de aprender a jugar un deporte, debía aprender a ser un deportista. Aprender a ser disciplinado, a respirar bien, a construir unos fundamentos físicos sólidos para que mi cuerpo no se quebrantara, a trabajar con compañeros.  Debía empezar por el principio.

El personal branding funciona de la misma manera: primero requiere crear algo contundente y sólido que nazca de dentro para luego, proyectarse fuera.

2. Respeta a quien te precede

Domingo. Así se llamaba mi primer entrenador, del que te he hablado antes. Como la profecía que se autocumple, adoptó el temperamento de un día con su nombre. Un hombre con pinta de sabio helénico, con frondosa (pero estratégicamente recortada) barba que “ocultaba” un carácter pausado y tranquilo. Un señor afable, pero absolutamente respetable. ¿Su carácter? Para mí, la personificación de “lo cortés no quita lo valiente”.

De él aprendí algo importante que puedo aplicar hoy. Respeto. Respeto por quién lleva un recorrido.

Cuando gestiones tu marca, busca a las personas más respetadas de tu profesión. Síguelas. Aprende en silencio de ellas.

No quieras “inventar la sopa de ajo”: recoge los frutos de quien ha sembrado antes que tú y si quieres luego mejorarlo, mejóralo.

3. El “qué” es la excusa, lo que importa es el “cómo”

Una pelota. Al final, comprendí que en el deporte ese objeto era lo de menos.
A las personas nos chiflan los objetos (tangibles o intangibles). Necesitamos manipular algo. Esa necesidad canaliza el centro de atención de nosotros hacia afuera. Necesitamos algo que justifique todo lo que sucede en una interacción humana. Y necesitamos crear “excusas perfectas” para generar algo en lo que depositar todo nuestro esfuerzo en un proyecto. Para algunos es el dinero, para otros crear una App, algunos quieren conseguir un puesto de trabajo o trabajar en su propio proyecto.
Alrededor de estos «qué» canalizamos nuestros esfuerzos.

Nos empeñamos en centrar toda nuestra atención en fabricar o conseguir algo creado fuera de nosotros olvidando que lo importante es el cómo lo hacemos:

  • ¿Desarrollamos nuestros valores cuando hacemos lo que hacemos?
  • ¿Fluimos cuando trabajamos?
  • ¿Mejoramos?
  • ¿Cómo nos sentimos?
  • ¿Vale la pena nuestro viaje?

Encuentra “la salsa” en la interacción humana de tu trabajo. Luego, qué es lo que haces, podría ser substituido, en el peor de los casos.

4. Individuo = 0

Superestrella. Todos queremos ser una cuando hacemos algo “en serio”, en el deporte o en la vida.

Pero la individualidad no es viable. El individuo vale 0. Cualquier deporte, sea individual o en equipo, necesita un grupo de gente que trabaje para un mismo objetivo. Todo el conjunto debe ir en la misma dirección. Los que están en la cancha, son los representantes del grupo. Entrenador@s, jugador@s en el banquillo, gestor@s en los despachos, emplead@s del club, madres y padres, parejas e hij@s… deben ser incluidos en el proyecto. Compartir ilusiones y objetivos.

En el desarrollo de tu marca personal, no dejes a nadie que te importe al margen. Explica, a todo aquel que quiera escuchar, tu proyecto. Hazlos partícipes. Genera ilusión. Implícales en tus logros y déjate ayudar en los momentos difíciles. Sin la gente que te rodea, no puedes llegar a ningún sitio.

5. Gestión de la frustración: no todos llegan

“No todos llegan”, nos repetían Domingo y sus auxiliares periódicamente. El objetivo era prepararnos para la realidad. De los 15 integrantes de ese equipo de jovenzuelos, sólo uno ha llegado a ser profesional.

Nos preparaban para que fuéramos capaces de trabajar con la expectativa de que lo más probable es que no fuéramos profesionales. Intenté “quedarme con la copla” de que valía la pena vivir toda aquella experiencia, aunque el resultado no fuera el esperado.
Al final, sucede: hoy solo me quedan buenos amigos, alegrías, viajes y experiencias que de otra manera nunca hubiera podido vivir tan intensamente.

Es posible que al gestionar tu marca personal mires a tus referentes y nunca llegues a ser como ellos.

Probablemente no llegues a ser un@ estrella del rock o un@ icono de la televisión. No importa. Y piensa si de verdad ese es realmente tu objetivo.
Sea cual sea empieza, decídete a cambiar las cosas, disfruta del camino que has de recorrer hasta llegar a tus sueños, vive y atesora las experiencias que hay en él.

Encanta a unos pocos y centra tu atención en ellos.

Quizás encuentres la sorpresa cuando llegues a sitios que nunca pensaste que ibas a llegar.

Karate picture by Albumarium

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