En un mundo en el que escribir SMS o Whatsapps es más común que llamar por teléfono o encontrarse para hablar, me da miedo de perder el contacto personal con mucha gente. Muchas personas se han olvidado de que los medios solamente tienen que facilitar nuestro trabajo, pero no pueden sustituirlo. Actualmente existe una deshumanización de las relaciones humanas: muchas personas eligen, de esta manera, el medio de comunicación según la comodidad que les ofrezca su uso y se olvidan de que las situaciones complejas o mensajes complicados pueden verse agravados, precisamente, por estas decisiones.
Las emociones y el grado de incertidumbre de tus mensajes pueden ayudarte a elegir el medio adecuado para comunicarte. Así, llamaré a mi amiga por teléfono si quiero saber cómo fue su entrevista de trabajo y escribiré un correo electrónico para confirmar una cita.
Sin embargo, muchas personas se alegran si no se les molesta. Mi opinión es que es importante la relación con la persona con la que queremos comunicarnos, algo clave igualmente para escoger los medios adecuados. En general, sabemos que no podemos salvar una relación a través de Whatsapp. Una noticia puede resultar demasiado fría o dura, nos faltan las emociones que podemos expresar con nuestra voz o con nuestro lenguaje corporal.
Algunos directivos que conozco o que he encontrado brevemente en el pasado piensan que la “open-door-policy” (mantener su puerta abierta para que los empleados puedan entrar libremente) es una pérdida de tiempo. Los que usan esta estrategia de comunicación, regular y adecuadamente, saben que sus empleados tienen menos inhibición para comunicarse con su jefe. La tendencia es una comunicación continua y regular sobre diferentes temas de trabajo.
Una crítica puede ser que los empleados acudan al despacho para hablar de pequeñas “insignificancias”. Sin embargo, lo que es una “insignificancia” es muy subjetivo; un líder tiene que comunicarse con sus empleados y, dado que el trabajo nos lleva a concentrarnos más en nuestras tareas, lo que implica que el tiempo tiene que ser usado eficientemente, un discurso cara-a-cara puede ahorrarnos una cadena infinita de correos electrónicos, quizás, con muchos malentendidos. Entonces, ¿qué es más efectivo?.
[subscribe2]
Psicóloga Organizacional, Formadora y Coach especializada en Liderazgo y Comunicación interpersonal. Lingüista e intérprete (SSIT, Milan, Italy) / Voice Coach. Además es Profesora del Posgrado en Personal Branding y Guest Blogger de soymimarca. Acompaña a profesionales a desarrollar sus habilidades comunicativas.
El cara a cara puede ahorrarnos muchas interpretaciones y malentendidos. Lo considero una inversión de tiempo en mejorar la comunicación con el equipo y a la larga genera más eficacia. Me gusta el post. Saludos
Gracias, Miguel Ángel, ahorrar tiempo es un factor clave de la comunicación efectiva.
Muchas gracias, Miguel Ángel, es exactamente lo que pienso yo.