Amigo lector:
Recibe mi más cordial y afectuoso saludo en la continuación de esta serie de artículos En defensa de la marca personal, que como sabes vengo desarrollando aquí durante cinco semanas consecutivas gracias a la sugerencia de mi amigo y colega Guillem Recolons. Ya te he comentado, en la primera y la segunda entregas de la serie, que la mayor parte de su contenido se generó como parte de mi respuesta a la novena pregunta que me hizo el Maestro Jordi Collell en nuestra reciente entrevista bidireccional transoceánica; pero ese contenido ha sido ampliado, también enriquecido con algunos nuevos elementos, y han surgido nuevas zonas temáticas para esta interacción con el reconocido experto Amalio Rey, cuyo artículo El lado oscuro de la marca personal fue la semilla del presente debate. En dichas zonas, abordo con cierta amplitud algunos aspectos no incluidos en la respuesta original, pero imprescindibles para el tratamiento del tema.
Hoy te propongo mi respuesta a la siguiente interrogante:
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¿Hacer personal branding correctamente nos convierte necesariamente en seres individualistas?
Como de seguro aprecias, se trata de un asunto delicado y de altísimo potencial para el análisis y la polémica desarrolladora, si lo asumimos como debemos hacerlo: con plena intención de aportar valor de utilidad social. Espero tu amable participación en este proceso, amigo lector. Gracias por ser, por estar, por acompañarme hoy y siempre.
Dice Amalio:
“Otra dimensión que me genera inquietud de la marca personal como paradigma es su exagerado énfasis individualista. Aunque esto merecería un post aparte, sólo voy a avanzar el argumento. La idea de centrarse tanto en uno mismo forma parte de una tendencia, digamos que bastante narcisista, de necesitar ‘ser diferentes’ y ‘destacar’ sobre los demás”.
Mi comentario:
Esta tendencia, lamentable y todavía muy extendida –a la cual me he referido en la respuesta # 9 de mi reciente entrevista con Joan Clotet, y también en mis trabajos Marca personal: no eres (ni puedes ser, ni debes sentirte) el modelo universal, Marca personal: diez vacunas protectoras contra el “egovirus”, y en otra cuerda, Cómo escribir “guías definitivas”: ¡LA GUÍA DEFINITIVA!, entre otros textos-, ES UNA GRAN DISTORSIÓN DEL CONCEPTO, sobre todo entendiéndolo desde su evolución -más o menos reciente en términos de difusión- hacia los procesos de aportación de valor como fuente generadora de marca personal. El concepto no incluye, ni promueve que se asuma, una perspectiva individualista, al contrario; promueve y estimula enfocarnos en la satisfacción de las necesidades de los demás y dejar en ellos nuestra marca personal gracias al valor aportado a ellos. Tom Peters lo expresó desde la portada misma de su obra 50 claves para hacer de usted una marca -el primer gran clásico del tema, en mi opinión-: “Deje de ser un empleado y conviértase en una marca que transmita distinción, compromiso y pasión”. ¿Cuál de estas tres condiciones a transmitir, puede definirnos per se como “individualistas” en un ambiente organizacional? Y su combinación, mucho menos, ¿verdad?
Dice el gurú Seth Godin -en su tremendo texto Linchpin: ¿Eres imprescindible?, del cual te propondré varias citas en una de las siguientes entregas- (por cierto, esta que te enlazo es una buena reseña del gran profesional David Cantoné), lo siguiente:
“La única manera de obtener lo que vales es destacar, ejercer un trabajo emocional, ser considerado imprescindible y producir interacciones que resulten muy importantes para las organizaciones y las personas.”
Esto, que definitivamente nos habla de marca personal (sabido es que este gran experto la cultiva y promueve, y profundizaremos al respecto más adelante, en las siguientes entregas de la serie), ¿suena de alguna bendita forma a individualismo? ¿O más bien nos convoca a aportar muchísimo valor de utilidad social?
Andrés también lo viene diciendo y demostrando desde inicios de su andadura profesional en el tema. Por ejemplo, así (¡¡¡¡¡ 2005 !!!!!):
“La marca personal parte de dos ideas fundamentales, el conocimiento de uno mismo y el establecimiento de relaciones satisfactorias con los demás que son los que realmente hacen la marca. Y eso por una razón muy fácil de entender y es que una marca personal fuerte no puede existir por sí sola, aislada. Solo puede desarrollarse y fortalecerse mediante la satisfacción de las necesidades (materiales o espirituales) del prójimo. La grandeza del concepto de marca propia es que es aplicable en la vida personal y profesional ya que el prójimo es cualquiera que tenga relación con nosotros, parientes, compañeros, jefes, amigos…Por lo tanto, una persona que trate de establecer una marca egoísta no tiene ninguna posibilidad de perdurar. Uno de los fundamentos de la marca personal es la existencia de unos valores sólidos y positivos.
Detrás de este concepto hay muchas herramientas de gestión, pero tambien utiliza ideas surgidas en la humanidad durante siglos de sabiduría, toma elementos de los filósofos que nos enseñaron la necesidad del descubrimiento de uno mismo, hunde sus raíces en el cristianismo (ama al prójimo como a ti mismo), pero también en otras corrientes filosóficas y espirituales milenarias.
La marca personal es justo lo contrario de metodologías sofisticadas, es la búsqueda de lo auténtico, de lo simple, de lo humano, y eso se traduce en “si quieres tener una vida plena, haz por los demás lo que quisieras para ti”. En el fondo, ¿el éxito del marketing no reside en la satisfacción de las necesidades de los demás?
Piensa una cosa, si te murieses ahora, ¿podrías irte con la satisfacción de que has creado algo valioso? ¿Qué has hecho por los demás? ¿Has aprovechado toda tu capacidad? ¿Te vas dejando un mundo mejor?
Pues bien, la marca personal busca el desarrollo personal y profesional. Salir del rebaño.
¿Se puede acusar a Pau Gasol de egoísta o individualista por tratar de ser el mejor? ¿Por tratar de lograr el éxito? ¿No es eso beneficioso para su equipo además de para sí mismo? ¿Se puede decir que tratar de ganar al equipo contrario es fomentar la competitividad? Venga ya…
¿No alcanzó la excelencia la Madre Teresa de Calcuta? Quizás su ambición fue la mayor de todas, la de agradar a Dios mediante la ayuda a los demás. ¿Es eso egoísta o ambicioso?
Estos son solo dos ejemplos muy diferentes de lo que significa el concepto de Marca Personal, pero de dos personas en las que se puede personificar la excelencia, la distinción, los valores.
Por lo tanto, creo que queda claro que una marca propia implica la búsqueda constante de la mejora personal mediante la satisfacción de las necesidades de los demás. ¿Quién puede estar tan ciego que diga que eso no supone una revolución en la empresa y en el entorno personal?
SÉ DIFERENTE, PIENSA POR TI MISMO, CREA TU MARCA Y HAZLO POR LOS DEMÁS” (hasta aquí la cita de Andrés; las negritas son mías).
Muyyyyyyyyyy claro, ¿verdad?
Y algunos meses más tarde (digamos, en este 2019) el Maestro nos ha propuesto verdades como estas:
“…creo que es importante no verse nunca como el centro de atención, no tratar de acaparar las miradas simplemente ‘porque tú lo vales’. Nosotros no somos los protagonistas. Pensar de esa manera es la forma más fácil de acabar creyendo que las personas somos productos.
Lo realmente relevante es lo que ofrecemos, lo que damos, lo que aportamos. Nosotros somos simples canales de comunicación para divulgar ideas, consejos y para escuchar lo que otros quieren transmitirnos.
Lo que queda es la huella, la señal, el sello.
Ojo, aquí no estoy hablando de un mundo de bondad y generosidad cercana a la santidad. Estoy diciendo también que hay que ganarse la vida con eso que podemos aportar. Pero, en cualquier caso, nos convertimos en personas interesantes cuando, valga la perogrullada, lo que hacemos tiene algún interés para alguien.
…quienes no se empeñan en ser el centro de atención, tienen una mayor capacidad de escucha, son mucho más selectivos a la hora de establecer relaciones, no se ofenden cuando no les están dorando la píldora constantemente, se centran en lo que hacen y no en lo que parecen.
Que quede claro que aquí no estoy hablando de esa modestia o humildad letal que te empuja no sólo a esconderte tú, sino también lo que haces.
Una cosa es no ponerte debajo de cualquier foco que pueda iluminarte y otra muy distinta ocultar tu trabajo bajo siete llaves. Son tus ideas, consejos e historias lo que debes divulgar siempre que tengas la oportunidad.
Ahí está la clave de lo que te estoy contando.
Si no te gusta que se centren en ti, debes encontrar el modo de desviar su mirada hacia lo que haces. Debes actuar como un mago que consigue que la gente observe lo que le interesa.
Quizás estás pensando ‘¿Por qué debo complicarme la vida?’, pues por una parte porque tal y como se están poniendo las cosas, no podemos esperar a que nadie reconozca nuestro trabajo sin conocer nuestro trabajo.
Y en segundo lugar, porque serías un canalla egoísta si permites que tus ideas se queden dentro de ti” (hasta aquí la cita de Andrés; las negritas son mías).
¿Alguna duda, por favor?
Guillem también lo ha planteado, sustentado y demostrado decenas de veces; por ejemplo, así:
- “Una de mis definiciones de Personal Branding es: el arte de invertir en ti en base al Valor que aportas a los demás. Invertir en ti no es egoísmo si luego vuelcas el conocimiento y la experiencia en ideas que mejoren la vida de los demás.
Por contra, sería egoísmo si lo que aprendes lo usas para tu propio beneficio únicamente. Estoy muy de acuerdo con Chris Litster, CEO de Buildium, al que referí hace pocas semanas en el post Liderazgo, vulnerabilidad y marca personal: Nuestra prioridad debe ser servir a las personas al planeta y los beneficios (por ese orden). Cuando inviertes el orden, eso es egoísmo” (¿Eres de los que confunde autoestima con egoísmo?).
- “El personal branding es el proceso de gestión para que nuestra marca personal vaya alineada a nuestros objetivos…y a los de nuestros clientes. Por tanto, conocer su feedback nos permitirá saber si vamos en la buena vía o estamos pendientes de un hilo” (¿Debería importarte lo que piensen los demás de ti?).
- “Desde la perspectiva de marca personal, el no mostrar la diferencia nos convierte en borregos autómatas. Pero vigilemos con ser diferentes sin más…
Yo apelo a la diferencia relevante. Cuando trabajamos la propuesta de valor personal siempre nos preguntamos ¿por qué nos deberían elegir a nosotros? Y la respuesta 1 es porque podemos resolver un problema o satisfacer una necesidad. Y la dos es porque lo hacemos de una forma distinta. Una y otra respuestas se complementan, se necesitan” (¿Qué mueve la conformidad social? (El experimento de Asch)).
- “…ya está bien de viajar solo por ver lugares bonitos, probar platos únicos, yo quiero viajar para conocer a gente diferente a mí, emborracharme de su cultura, sus ideas, sus razones. No podré pensar como ellos, pero podré comprender por qué hacen lo que hacen, piden lo que piden, o aman como aman” (Imagina ser otra persona por una semana).
- “Cierto, la palabra ‘Personal’ despista.
No culpo a quienes puedan pensar que personal branding, entendido como la gestión de nuestra marca personal, va de nosotros. Cada semana leo artículos contra la marca personal de autores que no se han molestado en leer un libro. La realidad es que la palabra marca y su proceso, el branding, implica siempre sumar valor. Suelo repetir que sin valor no hay marca.
Si llegas a este blog por primera vez y no sabías que marca personal no es personal, perdona por la confusión. Quédate con una idea: marca personal es lo que proyectamos en los demás, y personal branding es analizar la forma de sumar valor a los demás” (Personal Branding no es hablar de ti, es sumar valor a tus clientes).
- “Tu reputación (positiva) llegará cuando lo que pienses, digas y hagas esté alineado, comporte valor, y sea diferente a lo que ya existe. La marca personal es la huella que dejamos en los demás. Y si es positiva y anclada en una propuesta de valor potente, generará un reconocimiento (reputación) positivo” (La paradoja de la Marca personal).
Mucha luz sobre el punto, ¿verdad?
Usted mismo, Maestro Jordi, es uno de los que más y mejor aboga por la concepción y gestión correcta de este vital asunto. Me gustan y me marcan particularmente expresiones como las que cito a continuación, procedentes de su gran artículo No ser uno más, ser el elegido (y perdone que lo cite tan in extenso precisamente en este trascendental artículo cuyo título aparenta sugerir coincidencias con lo que aquí venimos precisamente cuestionando –texto adentro, nuestra gran verdad se impone, jejeje-; pero definitivamente, LO VALE, Y MUCHO):
- “Presencia y ausencia son dos formas de tratar el recuerdo y van unidas al concepto de marca personal. Saint-Exupery decía en su libro Carta a un Rehén algo así como que a los muertos hay que hacerlos muertos porque es en su papel de muertos que recuperan de alguna forma su presencia. Es el gran poder de la marca de las personas”.
- “El poder de cada uno es enorme si sabemos distanciarnos de la masa para ser precisa y simplemente nosotros, sabiendo estar al mismo tiempo al mismo nivel que los demás. Estar lejos significa aislamiento, confundirse representa rebajarse, distinguirse aunque sea por la capacidad de mirar más lejos, es reafirmar la identidad para ser tenido en cuenta”.
- “Para ser digno de confianza tienes que ser como los demás, codo a codo, compartiendo las asperezas y las mieles del día a día pero aportando un toque diferencial”.
- “Pensar en los demás, en aquello que puedes hacer por ellos, tener una propuesta de valor, te acerca y al mismo tiempo te distingue”.
- “Si vives de acuerdo con unos principios que hacen que te respetes a ti mismo y a los demás, te sitúas más cerca de su corazón y te acaban recordando”.
- “Si te distingues, pero sigues al lado de los que te necesitan, acabarás siendo elegido, no lo dudes. Que te elijan es una consecuencia natural que ni sale de la nada ni se improvisa, sino que se crea con el trabajo diario”.
- “Y cuando no estás, los demás no sólo hablan bien de ti sino que te echan de menos y el poder de tu marca les sigue iluminando durante tu ausencia aunque esta sea permanente. Al final tu marca te trasciende”.
Y cierto tiempo después —digamos, en esta misma entrevista-, usted se ha referido al tema de la siguiente forma:
- “La diferencia es la sal de la vida”. Sin alteridad no tendría sentido hablar de personalidad; sin diferencia, sin los demás, no tendría sentido dejar huella. Somos lo que somos y quienes somos porque existen los demás que nos modelan, y “los demás” son el paradigma de la diferencia. Querer homogeneizar a las personas, pretender crear patrones de comportamiento y de pensamiento, es tan letal como el peor de los venenos, porque mata lo que nos alimenta: la diferencia.
Poco o nada que agregar, ¿cierto?
También Eva sustenta a cada rato la posición que aquí defiendo (“El ego en sí mismo (y en su justa medida) es bueno y necesario, porque nos empodera en autoestima y nos pone en valor. El problema llega cuando te vuelves en cierta manera adicto a ‘ser importante’ y se convierte en el eje de todas tus acciones creyéndote más bueno en todo que los demás”), al igual que lo hacen:
- Neus (“Piensa en clave «voluntad de servicio». Si tenemos un talento, es para compartirlo. Al hacerlo visible, lo ponemos a la disposición de otras personas. De ese modo, en mi opinión, nuestro talento se expresa plenamente. Pienso en un libro: si lo escribes y no lo publicas, tienes un manuscrito que todavía no ha llegado a sus lectores. Poner el propio talento al servicio de otros nos motiva y nos empuja a superar nuestros miedos”.)
- Pablo (“lo que yo digo de mí, se encuentra lo que dicen los demás de mí, o sea mi reputación. Esta quedará a expensas de mi actitud, el efecto que causas en los demás como persona y como profesional, y representa mi marca personal”);
- Ylse (“Todos dejamos una huella, producto de lo que hacemos o dejamos de hacer, consciente o inconscientemente. Puede suceder que ni siquiera nos hayamos dado cuenta de que con lo que somos, hacemos, y de acuerdo a nuestras actuaciones, logramos impactar a otros seres humanos. Y debido a esta falta de conciencia y de gestión estratégica de la manera en que podemos influenciar estas percepciones de las demás personas sobre nosotros, tal vez vamos a ciegas por la vida; siendo vistos, sentidos y recordados como no queremos, ni como merecemos, ni de una manera que nos favorezca y represente. Y así, los días pueden transcurrir sin que haya ningún tipo de contribución hacia la mejora de las condiciones de nuestra vida o la de las personas que nos rodean. Pero tengamos presente que si, por el contrario, tomamos consciencia y queremos trascender y dejar un legado, debemos empezar por definir y comunicar nuestro valor diferencial. ¿Alguna vez nos hemos preguntado qué nos distingue o diferencia del resto? ¿Por qué somos únicos? ¿Cuál es nuestro propósito? ¿Nos conocemos lo suficiente para saber el para qué de nuestra existencia? ¿En qué somos buenos, cuál es nuestra contribución a la sociedad? ¿Y si con eso, además, podemos ganarnos la vida y ser felices?”);
- Fran (“Si piensas en marca personal y visualizas cómo vas a ganar miles de seguidores, cómo vas a promover grandes presupuestos, cómo de grande va a ser tu fama / gloria … quizás estás teniendo una visión equivocada de lo que realmente va esto. Trabajar una estrategia de marca personal significa estar preparado para no gustar a todo el mundo, generar relaciones auténticas, aprender a colaborar, generar conexión humana…”);
- Eugenia (“La marca personal se descubre para que todo lo que se vea sobre vos, sea lo que querés decir vos mismo: quién sos, qué hacés, cómo lo hacés y para qué lo hacés. Todo esto, para aportar un valor en los demás. Es la manera, tu estilo, para que cuando busquen un profesional con tus conocimientos, habilidades, personalidad y talento, contacten con vos. No importa que haya muchos profesionales que se dediquen a lo mismo; de hecho, ¿cuántos profesionales hay que hacen lo mismo? ¡Somos muchísimos! Pero por nuestra forma de ser, por la forma que tenemos de comunicar, por la forma que tenemos de relacionarnos, por nuestros valores, cada usuario de redes sociales o cada cliente, conecta con unos y con otros no. El concepto de marca personal no trata de convertir a las personas en objetos materiales, sino al contrario, trata de que la persona no sea catalogada como un currículum, igual a otros, sino que sea vista como diferente y capaz de aportar su valor único e irrepetible.”);
- Andrés (“El Branding Personal no es una forma de alimentar tu ego sino un instrumento para ayudarte a alcanzar tus objetivos ayudando a otros a conseguir los suyos… Así que, quítate ese complejo de culpabilidad por gestionar tu Marca Personal. Si consigues que tu nombre se asocie a algo valioso, eso va a ser bueno para quienes te contratan, para tus socios, para tu familia y para ti mismo. Y no habrás hecho nada malo, simplemente estarás consiguiendo que te valoren como mereces y todos consideramos que la justicia es importante ¿No?”)…
…y otros muchos colegas; y por mi parte, ha sido y sigue siendo una de mis preocupaciones fundamentales como practicante y defensor de la marca personal, y me he referido a ello en varios trabajos. Por ejemplo, La marca personal y su posicionamiento, Marca personal y propuesta de valor: ¿te ayudo, o me gano la vida ayudándote?, Marca personal y propuesta de valor: la importancia estratégica del enfoque, y en mi respuesta a la pregunta # 9 que me hizo Joan en nuestra entrevista -acerca de los tres pecados capitales en la gestión de nuestra marca personal-, así:
“Sin la menor duda para mí: aunque no son los únicos, los tres principales pecados a evitar en el branding personal son, a mi juicio, la egolatría, la mentira y/o distorsión de la verdad, y el egoísmo. No sé si en ese orden, y las tres cosas de algún modo relacionadas entre ellas y posiblemente con otros muchos pecados; pero las tres son causas indiscutibles de la merma en el aporte de valor a sus públicos que debe caracterizar a toda marca personal que aspire a un posicionamiento favorable sostenido y sostenible, y por supuesto, a trascender. Y también por supuesto, más temprano que tarde, lo destruyen”. Y avanzando en dicha respuesta, desarrollo los tres pecados, desde mi visión y la de otros colegas.
Queda claro, ¿verdad?
En la propia entrevista con Joan, he propuesto al respecto lo siguiente:
“aportar verdadero valor a tus públicos pasa entre otras cosas por poner a su disposición y alcance la mayor cantidad de contenidos de la mayor calidad y variedad que tú puedas entregarles acerca del tema que tratas. No te posicionas favorablemente vendiéndote como el mejor, menos aún como el “único” (entre otras razones, por una muy sencilla: no lo eres). Te posicionas favorablemente sirviéndoles a esos públicos lo mejor de tu campo y tema, parte de lo cual puede ser tuyo, y seguramente muuuuucho más ha sido propuesto por otros autores. Nadie es, ni debe considerarse a sí mismo, como LA VOZ de un tema, sabiendo que hay tanta gente trabajadora y competente en tantos lugares proponiendo con calidad sobre él.
Desaprender esa mala práctica individualista, y aprender y practicar su opuesta, puede ser decisivo para el posicionamiento de una marca personal en una época como la actual, cuando el conocimiento se ha vuelto tan fácilmente accesible para tantas personas en el mundo. Y si tú aspiras a posicionarte bien, difundir éticamente lo mejor del conocimiento generado por otros autores como parte de tu producción intelectual, te proyecta y posiciona ante tus públicos como un verdadero experto, muchísimo más que si solo propones tus propias ideas”.
Y en la misma entrevista he sugerido revisar mucho más material propuesto por diferentes colegas acerca de este tema: “…por ejemplo, esto y esto de Andrés, esto y esto de Guillem, esto de David, esto de Neus, esto y esto de Jordi, esto y esto de Elena, esto y esto de Graciela, esto de Meme -invitada en el blog de Silvia-, la serie de tuits didácticos y orientadores de Arancha y este post suyo, esto de Pablo, esto de Joan, esto de Fran, esto de Yael, esto de Marco -invitado en el blog de Integra Personal Branding-, esto de Tino Fernández -con participaciones de lujo como las de Carlos Rebate, Andrés Pérez Ortega, Margarita Mayo y Silvia Leal,…”…¿Será que resulta suficiente?
Y a estas alturas, creo que va quedando cada vez más claro que “eso” a lo que bien se refiere Amalio -porque él tiene razón: es verdad que está sucediendo, doy fe de ello, y toda nuestra tribu y los lectores que me siguen saben que desde hace mucho combato dicha insana tendencia con todas mis fuerzas-, ESO, REPITO, NO ES LA VERDADERA GESTIÓN DE MARCA PERSONAL. La huella que dejamos en los demás a partir de lo que somos, hacemos y logramos, puede y debe ser gestionada desde la autenticidad, de modos que estas tres dimensiones nos reflejen realmente y nos permitan ser aceptables y aceptados por quienes nos rodean, en la similitud o en la diferencia, como las personas que realmente somos y no como burdas imitaciones de otros o vulgares disfraces de nosotros mismos. Por tanto, Amalio puede estar tranquilo en este sentido, como lo estamos todos los que creemos en la práctica correcta de la marca personal, y así la defendemos.
Un elemento más, ya de índole algo más conceptual: personalmente, yo no considero que la necesidad de ser y sentirnos diferentes equivalga necesariamente a narcisismo, al menos en la acepción correcta de este concepto, que está clasificado y es tratado profesionalmente como un trastorno de la personalidad. Es más: ni siquiera la de destacar. Pueden existir múltiples necesidades individuales generadoras de motivos y de acciones de gestión en este sentido, y que ninguno de ellos esté directa ni indirectamente asociado a lo que ese concepto involucra; muchos de los diferentes abordajes del asunto que han sido desarrollados desde Maslow a la fecha así lo demuestran.
En un tremendo post de antología escrito en 2018 que he citado varias veces y seguiré citando (Diferenciarse no funciona), David se ha pronunciado del siguiente modo –y magistralmente– sobre la diferenciación profesional:
“Lo que marca la diferencia es tu manera de hacer las cosas, básicamente porque tu manera de hacer las cosas es el único medio que tienes para hacer visible eso que te distingue de los demás, y que ya tienes incorporado de serie.
…pero ojo, cuando me refiero a ‘tu manera de hacer las cosas’, me refiero a HACERLAS… porque ya puedes tener tal o cual manera de hacer las cosas, que si no las haces lo único que estarás marcando será tu inacción y tu invisibilidad.
…y ojo, será definitiva la manera que tengas de poner empeño en lo que hagas, tu forma de hacer real el esfuerzo y el interés sobre las cosas y, sobre todo, de sostener tu acción en el tiempo.”
Queda muyyyyyyyyy claro, ¿verdad? No se trata de la diferencia por la diferencia, ni de que la busquemos a ultranza, porque diferentes ya somos desde que nacemos. Se trata de que hagamos lo que debemos y nos corresponde hacer, y lo hagamos de un modo que defina, establezca y proyecte al entorno nuestra manera diferente de hacer, en la fe de que allá afuera puede y debe haber gente que quiera y necesite esa manera de hacerlas, y no otra, definida exclusivamente desde y por la persona que somos, y no por otra (¿y qué hay de malo en eso, por Dios?). Esto es algo a lo que me he referido en mi trabajo de 2016 Marca personal: construir voz propia y expresarse desde ella:
“4- Trabaja como eres.
Tu forma de trabajar, en lo que sea que hagas profesionalmente, dice muchísimo de ti, y es un factor crítico de tu marca personal. Por tanto, no tienes otra opción que hacer coincidir el grito de tu voz propia con lo que quieres que sea escuchado y asumido sobre tu ser y hacer laboral/profesional.
¿Quieres ser considerado como serio, dedicado, riguroso, estricto, colaborador, innovador, productivo? Pues que tu voz (la expresión de tu marca) lo grite cuando estés trabajando. Que al verte en acción, y/o al ver y comparar varias muestras de trabajo tuyas y de otras personas, no quede otro remedio que decir de ti: esto lo hizo Fulano, esa tremenda calidad es solo suya. Solo él lo hace así”.
¿Le funciona, Maestro? ¿Hay algún problema en pretender la diferencia profesional, o de algún modo ello nos define en sentido negativo?
Vuelvo brevemente al punto de origen: la sugerencia que acerca la necesidad de diferenciarse y la de destacar, al narcisismo. Si nos fuéramos por la acepción más “popular” y socialmente asumida del concepto narcisismo -la que lo equipara o aproxima a la “egolatría” expresada en autobombo, con sustento o sin él-, pues tampoco me parece que querer ser diferente a la media y destacar por un buen desempeño resulten necesariamente actitudes narcisistas. Porque ello responde a necesidades humanas normales y corrientes, de esas que la mayoría de las personas tenemos -lo expresemos o no-, y que de diferentes formas necesitamos satisfacer para ser felices.
En mi trabajo de 2017 Marca personal: del ser que somos al ser que proyectamos, he efectuado una aproximación entre las necesidades humanas y la marca personal, con sustento en los modelos de Maslow y de Covey acerca de aquellas. Pero esa es solo mi opinión personal, tan discutible como todo lo que escribo aquí y en todas partes en que lo hago; y podemos continuar analizándola y debatiendo al respecto, inclusive, consultando a especialistas en el tema cuyas aportaciones nos aclaren más la ruta analítica a todos.
Una última precisión, por ahora y por mi parte. El concepto marca personal ha crecido muchísimo, y en diversos sentidos, desde Tom Peters hasta la actualidad; ya no cabe ni funciona limitarlo a sus ámbitos operativos e instrumentales, tales como los diversos artificios digitales generadores de visibilidad online. Por mencionar solo un ejemplo ilustrativo sobre algo que me consta, en la última década y media han sido defendidas exitosamente en diversos países un grupo -todavía limitado, pero va in crescendo- de Tesis Doctorales (en el ámbito español, por ejemplo, esta, esta, esta y esta, cuya lectura, estudio y cita obviamente recomiendo); cientos de Tesis de Maestría (tengo el honor de haber dirigido 28 de ellas hasta la fecha, basadas en modelos de intervención de mi autoría, aplicados por mis estudiantes, y vienen muchas más en camino); otra gran cifra de trabajos de grado en el nivel Licenciatura e Ingeniería, y se multiplican por mucho las propuestas investigativas que anualmente nacen al respecto (vuelvo a Guillem en su comentario al post de Amalio, cuando nos dice que “Ninguna disciplina es perfecta si no sigue una mínima disciplina, y tratar de colocar un tejado cuando no hay cimientos ni estructura es, por lo menos, difícil”; COMO SIEMPRE, GENIAL, MAESTRO Y AMIGO).
Todo ello demuestra que hay muchísima gente investigando, aprendiendo y proponiendo sobre marca personal; conviene que todos sigamos estudiando sus evoluciones teóricas y metodológicas, así como las formas en que viene siendo desarrollado y practicado (como muy bien afirma David en su aún caliente post ya citado, “…un entorno en el que los conceptos no se van a desarrollar (porque no se cuestionan), se favorece el status quo establecido, y caemos en la repetición infinita de las mismas cosas una y otra vez… manteniendo la sonrisa pero sin nada nuevo a la vista… a-go-ta-dor…”. Este tema está en pleno crecimiento, y así como hay tendencias negativas como las muy bien reseñadas por Amalio (y me encanta que profesionales de su nivel expresen estas preocupaciones, pues ello nos ayuda y aporta muchísimo a todos), hay otras muchas positivas que despiertan optimismo y motivan más trabajo. Próximamente actualizaré y ampliaré mi artículo Marca personal: tendencias, análisis y estrategias 2015/2016, pues tres años son demasiado tiempo; y tal como el concepto ha crecido, reitero que quienes lo practicamos lo seguimos estudiando y debemos continuar haciéndolo. Veremos qué novedades y/o tendencias puedo proponer en este sentido, y ojalá haya nuevas que nos exijan más dedicación intensa y genuina al desarrollo conceptual, metodológico y práctico para que continúe el fortalecimiento del campo.
Finalmente, en relación con el que en mi opinión resulta el punto nodal de todo este análisis motivado por Amalio Rey –¡GRACIAS, DISTINGUIDO Y RESPETADO COLEGA!-, en función de sus complejas implicaciones y consecuencias (me refiero al “dilema” entre la integración y la “desintegración” personal/profesional), y tal como lo anuncié hace algunos párrafos, cito de nuevo a Andrés:
“El elemento personal, las opiniones, la pasión, los valores, las fobias o las creencias de cada profesional consiguen que alguien deje de ser uno más y se convierta en alguien con alma. Evidentemente eso va a provocar que quienes no sintonizan con esa persona es muy probable que queden fuera del círculo. Para el resto se producirá una conexión, un vínculo muy difícil de romper porque pasa a ser ‘Uno de los nuestros’.
Por lo tanto, creo que es absurdo tratar de separar lo profesional de lo personal. Un aspecto influye en el otro y viceversa. Ambos se enriquecen. Desde el punto de vista de la Marca Personal, un profesional que no incluya su toque o su visión personal se queda a medias. Ojo, no estoy diciendo que un piloto tenga que dar su toque personal cuando maneja un avión, pero puede diferenciarse en el trato a los pasajeros cuando proporciona información sobre el vuelo.
Un profesional que tenga las ideas muy claras puede llegar a molestar a algunas personas. Pero esas mismas ideas son las que pueden entusiasmar a otras. La clave no está en eliminar las opiniones propias y dejar tu profesionalidad en algo neutro y gris para contentar a todos, sino en hacer tu trabajo lo mejor posible sin convertirte en un robot”.
Para mí, y al menos por hoy, esto cierra el punto. Y creo que todo este debate está en la línea de su pregunta sobre lo que hoy necesita el personal branding para que perdure como concepto y entre en el top of mind individual. ¿Qué piensa usted, Maestro Jordi?
Sentada mi posición, y en espera de poder continuar debatiendo al respecto con Amalio y otros destacados colegas que ya lo han hecho -y por qué no, también con otros profesionales que sustenten puntos de vista opuestos al nuestro sobre tan apasionante tema, a quienes muy respetuosamente invito a expresarse al respecto-, paso a proponerle la dinámica de asunción, asimilación, desarrollo, masificación y posicionamiento conceptual sobre la cual le hablé algunos párrafos más arriba, Maestro. Curiosamente –y no casualmente, no creo en las casualidades-, es de la misma fuente sobre la cual Amalio ha hecho un abordaje crítico en el excelente artículo suyo que acabo de comentar (esta parte de la respuesta ya estaba escrita cuando él publicó ese post).
Amigo lector:
Hasta aquí la parte de la respuesta original (correspondiente al tema personal branding e individualismo) que di al Maestro Jordi Collell en nuestra reciente entrevista bidireccional transoceánica -con algunas inclusiones breves de nuevo contenido-, la cual he dejado hasta el punto conveniente para el tema de hoy; es un poco más extensa, pues aborda otro aspecto que aquí, para este debate, no nos interesa tanto. Ahora incluiré un elemento que contradice un tanto una parte del sentido inicial, pues al principio yo consideraba que las críticas de Amalio solo iban dirigidas a quienes desvirtúan el concepto con su mala práctica.
Luego de publicada la entrevista con Jordi, he podido leer un comentario en el post de Amalio, a través del cual él debate con Guillem y ya ataca directamente al concepto y su esencia, no solo sus malas aplicaciones. O sea: ya la mirada de Amalio resulta crítica en el sentido conceptual y temático, no únicamente acerca de las incorrectas manifestaciones visibles de su práctica que pueden hacerlo “lucir mal”, lo cual había sido mi interpretación inicial tras la lectura del interesante artículo suyo que ha dado origen a todo este debate.
Dado este nuevo giro del asunto, me enfoco ahora en ese comentario de Amalio, partiendo de otro efectuado por Guillem (al cual responde), y procuraré ofrecer una respuesta pertinente. Vamos a ello.
¡Y ese “ello”, amigo lector, será abordado en otra entrega de esta serie, la siguiente semana!
Hasta aquí esta tercera parte de la serie, amigo lector. ¿Qué reflexiones te surgen sobre los diferentes aspectos abordados? ¿Será real y está objetivamente sustentada la afirmación de que el personal branding promueve el individualismo, o más bien las manifestaciones de este fenómeno incorrectamente asociadas al personal proceso desarrollador del cual estamos hablando, constituyen feas e improcedentes distorsiones del concepto y su práctica? ¿Qué piensas tú, qué te dicen sobre esto tus estudios y tu experiencia?
Sería excelente que te manifiestes al respecto, ya sea aquí en el espacio para comentarios del Blog del Personal Branding, o en las redes que compartimos, o en otro trabajo que te decidas a escribir para abordar este interesantísimo y polémico asunto. O tal vez en un breve video en Youtube, o en Instagram, o en Twitter, o en Facebook, o en LinkedIn; o quizás en un audio transmitido a través del podcast que gestionas, en fin…¡De tu aportación podemos aprender todos! ¡Súmate al debate!
El próximo viernes podrás leer aquí la cuarta entrega de la serie, con las respuestas que propongo a la siguiente y muyyyyyy compleja interrogante:
¿Los problemas de la marca personal tienen su verdadera base en la construcción errónea del concepto, o en su mala aplicación? En uno u otro caso, ¿cómo entenderlo, y abordarlo?
Y te anticipo algo: en ese cuarto trabajo, para hablar de la conexión entre marca y marca personal, y demostrar unas cuantas cosas al respecto, tendrás la ampliamente avaladora visita de firmas tan mundialmente prestigiosas e impactantes como las de Tom Peters, Al y Laura Ries, Philip Kotler, Seth Godin, Kevin Lane Keller, Kevin Roberts, Paul Capriotti, junto a las de un numeroso grupo de nuestros excelentes y prestigiosos colegas de quienes siempre aprendo y a quienes habitualmente cito, dedicados a la promoción de la práctica correcta del branding personal…¡No te puedes perder ese desfile de imprescindibles, con sus relevantes y esclarecedoras aportaciones!
Hasta entonces, te dejo con un fuerte y cálido brand/abrazo caribeño de tu siempre amigo…
Docente desde 1984 (32 años de carrera). Profesor universitario desde hace 22 años, en las áreas de Administración, Educación, Psicología Organizacional y Comunicación Corporativa, a nivel de grado, postgrado y educación continuada. Consultor gerencial, académico y político. Asesor de Branding Personal. Comunicador. Trabajo como docente para la Universidad ISA (Santiago de los Caballeros), donde imparto desde 2012 la materia Comportamiento Organizacional. Asesoro y evalúo Trabajos de Grado, Monográficos, Tesinas y Proyectos hasta el nivel de Maestría, y corrijo textos diversos en el ámbito organizacional y académico.