Érase una vez un hombre. Era un tipo genial, amigo de sus amigos, activo y emprendedor.
Apasionado de su trabajo, con estilo, manías e ilusiones. También con dudas, rodeado de éxitos y fracasos.
Divagante a veces, firme otras. Actuaba con descaro, seguro y altivo. Ante todo era un saltador de muros, un corredor de larga distancia. A mí me encantaba observarle y analizarle. Me gustaba cómo era, lo tenía todo.
Me ayudaba tenerle cerca, y me confortaba que me inspirara y me hiciera reflexionar.
Se equivocaba, claro que lo hacía. Pero aprendía de ello, no le importaba hacerlo y tampoco reconocerlo.
Ese hombre era yo. Un día le perdí la pista y no lo volví a ver.
Creo que lo mejor será salir a buscarle; lo necesito.
Pablo Adán Micó. Consultor de marketing y estrategia personal. Docente y conferenciante de Habilidades Directivas y Sociales, Marca Personal y Liderazgo para empresas, centros de formación, universidades y escuelas de negocio. Autor de «Cómo ser una Persona Influyente», «El Reto, estrategia personal para tiempos de incertidumbre» y «SOS tengo un jefe tóxico», entre otros.
Ese hombre era yo. Un día le perdí la pista y no lo volví a ver.
Creo que lo mejor será salir a buscarle; lo necesito…..
Cito textualmente tus palabras porque yo encarne esas palabras también y se que encierran mucho dolor y confusión, pero al final está lo que hoy existe y lo que somos…. asi que valió la pena vdd??