Imagen + Mensaje + Emoción. Proyectando tu marca personal, por @pabloadanmico

Le podemos dar todas las vueltas que queramos pero la comunicación personal es la herramienta clave y necesaria para trasladar nuestro mensaje y conseguir nuestras metas. Somos seres sociales y utilizamos la comunicación para, precisamente socializarnos.

Estudiando la comunicación personal en toda su dimensión (mira que le he dado vueltas y más vueltas a raíz de la publicación de “Cómo ser una persona influyente”) te das cuenta que la antropología, la piscología y la neurología nos aportan claves científicas y empíricas de los rincones más complejos de las relaciones personales.

Cierto es que las áreas de la comunicación personal en su lado más académico son la kinesia (gestos, mirada, postura), proxemia (proximidad, contacto) y el paralingüismo (la voz), pero hemos de ser más explícitos y prácticos.

Por eso precisamente vale la pena utilizar toda esa información para intentar sintetizar al máximo las áreas de la persona que comunican, hacerlas sencillas y útiles.

Comunicar para darnos a conocer, comunicar para convencer, comunicar para hacer llegar a los demás nuestros valores, fortalezas, metas, compromisos, nuestro valor diferencial en definitiva. Comunicar nuestra marca personal, que de eso hablamos.

Sintetizando pues nuestras áreas generadoras de comunicación resumiría que son tres:

1. Lo que se ve: la imagen.

2. Lo que se oye: el mensaje.

3. Lo que se percibe: el lado emocional.

Tiene mucho que ver también con la programación neuro lingüística, la PNL, y sus clasificación de las personas en función del uso de los sentidos en la comunicación: visuales, auditivos y kinestésicos.

Vayamos a definir el sentido y el contenido de cada apartado:

1. Lo que se ve. ¿Qué se aprecia de nosotros?

– Tu aspecto, tu imagen física. Debes valorar en qué medida apoya aquello que quieres transmitir y resulta coherente con tu forma de ser.

– Tu actitud. Si mantienes la mirada, si gesticulas y utilizas la comunicación no verbal para apoyar el mensaje.

– Tu tarjeta de visita, si está limpia, arrugada, tachada. Será la herramienta de un posible nuevo contacto.

– Tu CV si estás buscando empleo o mejora, tu proyecto si estás presentando tu idea o empresa. Es lo que quedará de ti.

2. Lo que se oye. ¿Qué se escucha de nosotros?

– Tu mensaje. Las palabras utilizadas, el orden de las mismas. Una estructura coherente, en tiempo adecuado y de fácil interpretación.

– Tu tono de voz, grave, agudo, equilibrado. También el volumen, si se te escucha correctamente. Y la dicción, la limpieza en la pronunciación de las palabras que utilizas.

– Tu entonación, el énfasis que pones al hablar, la pasión o ilusión que pone música a tus palabras.

– Tu vocabulario, cercano a tu profesionalidad pero siempre con naturalidad.

3. Lo que se percibe. ¿Qué sienten al escucharme?

– El lado emocional, el de los sentidos. La percepción queda tras der ti, tu huella.

– Seguridad y confianza, aspectos necesarios para causar un impacto adecuado.

– La seguridad en ti mismo, tu capacidad y tu motivación para conseguir algo

– Tus valores, tu forma de entender el entorno y de relacionarte. Coherencia y compromiso.

Cuidar estas tres áreas requiere conocimiento y trabajo. Pero requiere algo mucho mayor; un proyecto de marca personal.

Porque marca es lo que eres, pero también lo que los demás piensan que eres. El nexo de unión está en la comunicación personal.

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