Contenido, Comparte este artículo
El auge de la marca personal
En los últimos años hemos vivido una auténtica revolución con respecto a las redes sociales y la marca personal. De entre ese tumulto de personas conectadas en el mundo 2.0, han sobresalido marcas especialmente notables que han logrado un posicionamiento sólido y una marca ampliamente reconocida. Esto, junto con el gran número de recursos existentes que hablan de marca personal y animan a construir la tuya propia, ha despertado un fuerte interés y ha empujado a muchas personas a tratar de mostrarse al mundo y hacerse un pequeño hueco entre la multitud.
Las malas interpretaciones
Sin embargo, bajo mi punto de vista, una parte de esas personas han malinterpretado el concepto de marca personal y se han visto en la necesidad, e incluso en la obligación, de crearse cuentas en redes sociales y redes profesionales que les permitiesen conectar con el mayor número posible de personas y tratar de interactuar de alguna manera.
Por supuesto, no juzgo ni critico a nadie por ello. Es más, valoro el esfuerzo que han hecho por adquirir nuevos recursos e incluso reinventarse en momentos de dificultades económicas y laborales. El problema es que el foco se ha puesto en la necesidad de hacerse notar, de ser visible entre tanto gentío, de hacerse escuchar y de relacionarse con cuantos más mejor. Digamos que sería algo así como el que se compra la equipación más completa y se echa a la calle a correr, pero descuida qué necesita realmente, si ese deporte le motiva, no sigue un entrenamiento, no se propone un pequeño plan para progresar, ni tampoco escucha las respuestas de su cuerpo. Puede ocurrir que se lesione, que se aburra de la misma rutina o simplemente que se desmotive porque no vea resultados.
Es decir, en demasiadas ocasiones, por una cuestión de urgencia o de dejarse llevar (o sentirse presionado) nos centramos más en el envoltorio que en el contenido, sin pararnos siquiera unos minutos a pensar para qué lo estamos haciendo.
¿Qué es para mí la marca personal?
La marca personal es aquello que define nuestra esencia y, por lo tanto, nos hace únicos.
Y es algo útil, por lo que hay que “ejercitarla” y ponerla a rodar. Básicamente porque nos ayuda a clarificar quiénes somos, nos permite moldear qué queremos proyectar, nos ayuda a generar un contexto donde gestionar nuestras relaciones y porque nos ofrece un camino que recorrer hacia un fin.
El rol de la inteligencia emocional
Por lo tanto, para que todo esto funcione no basta con crearnos un perfil en redes, lanzarnos a conseguir conexiones, nutrirnos de información y aportar comentarios y “me gustas”. Necesitamos saber quiénes somos, hacia dónde queremos ir y qué estrategia vamos a seguir para ello. Necesitamos trabajar la inteligencia emocional para conocernos en profundidad, ser capaces de gestionar nuestras relaciones de la manera más eficiente posible y alcanzar así nuestros objetivos.
Las competencias de la inteligencia emocional nos sirven de base para construir nuestra marca personal, pero también nos ayudan a ponerla en práctica y sacarle el mayor partido:
- Capacidad para identificar nuestras propias emociones.
- Capacidad para regular y gestionar nuestras propias emociones.
- Capacidad para automotivarnos.
- Capacidad para reconocer las emociones de los demás.
- Capacidad para gestionar nuestras relaciones.
Pero esto va más allá de un tema estrictamente emocional. Consiste en hacer un análisis de quiénes somos, qué nos motiva y dónde queremos llegar. No se trata de definirnos a través de un puesto o una función, ni únicamente a partir de nuestra personalidad. Se trata de identificar aspectos como:
- Cuáles son nuestros valores fundamentales y si nuestros proyectos están alineados con los mismos.
- Qué nos motiva, analizando qué emoción nos genera cada reto, proyecto, actividad.
- Cómo nos mostramos ante los demás y cómo nos comunicamos, qué proyectamos en ellos.
- Qué talentos tenemos, qué se nos da bien y nos encanta hacer.
- Cuál es nuestra visión, dónde nos vemos en los próximos años.
- Cuál es nuestro propósito de vida, algo que trasciende más allá de nosotros mismos y que compartimos con otros.
Además, la inteligencia emocional nos ayuda a gestionar y canalizar nuestras emociones, algo especialmente relevante en momentos de dificultades o cambios; y, por otra parte, nos ayuda a sacar lo mejor de nuestras relaciones, a comunicarnos de manera eficiente respetando las marcas de los demás. La marca no sería personal sin la parte más emocional y profunda, de la misma manera que no sería marca sin personas alrededor con las que relacionarse, compartir y enriquecerse.
Con esto no digo que sea un error tratar de tomar visibilidad en las redes o de conectar con otras personas que puedan resultarnos interesantes. Pero antes de definir una estrategia y de ponernos manos a la obra, debemos dedicarle tiempo a hacer una reflexión profunda sobre quiénes somos, conectar con nuestra parte más emocional para conocer nuestra verdadera esencia y saber qué podemos y queremos aportar en la vida.
Menos avatares
En un mundo tan poblado y tan sumamente conectado digitalmente, la marca de cada persona se convierte en nuestra huella dactilar, en nuestro ADN, y el ejercicio de la inteligencia emocional se vuelve más necesario aún. Necesitamos menos avatares, menos posados y menos textos, y necesitamos más personas reales, más aportaciones cargadas de autenticidad, más sentimientos y miradas llenas de emoción y más sueños por soñar y también por cumplir.
Enlaces interesantes:
- Los 4 pasos para alcanzar la agilidad emocional (Álvaro Merino – Pulgada a Pulgada)
- 16 hábitos de las personas con alta inteligencia emocional (Ana Vico – BeFullness)
Apasionada del aprendizaje y la relación con las personas, fan de las redes sociales y proyecto de bloguera, amante de los animales y entusiasta del deporte.
Analista de Talento en Ferrovial Servicios. Anteriormente, especialista en Programas Formativos en la Universidad Ferrovial y Técnico RR.HH
www.beatrizvalero.es
Excelente post Beatriz!!! Me encanto!!! Yo que recién estoy comenzando a construir mi marca personal, ya que descubrí este tema hace muy poquito, me apasionaaaaa!!!!
Pero es tan cierto lo que dices tu, no se trata de andar armando marcas personales superficiales, la marca personal es mucho mas profunda que eso, es un todo integral, no es solo hacerte visible, que entiendo que eso es solo un complemento, sino que es más bien compartir lo que eres, lo que quieres enseñar, lo que quieres dejar y todo lo que pueda servirle a los otros dando tu máximo, para a su vez animar a levantar a tantas otras personas que únicas e irrepetibles que aun no han sabido como compartir sus talentos con los demás o sacarle su máximo potencial (mi caso propio) por no saber que si se puede hoy mas que nunca!!! por que cada vez que hacemos eso, hacemos un aporte al mundo para hacer un mundo mejor!!! Y por que también creo que las experiencias personales, que están cargadas de todo lo que somos y hemos vivido, pero que cuando las vivimos y compartimos no solo nos hace crecer a nosotros sino a los otros. Y aquí termino, creo que las marcas personales no solo somos responsables de un crecimiento propio, sino de hacer crecer a otras y hacer nacer a otras, sino que sentido tiene?…
Te felicito!!!
Saludos!!!
Gracias por tus palabras Frida, qué importante es trabajar la marca desde el interior!
Me alegro que te haya gustado. Un saludo!
Quiero dejar este dato de un libro sobre el real estate que me en lo personal me gustó mucho y aportó a mi educación financiera. Ya que soy nuevo en esto de aprender leyendo y me estoy formando mientras escribo estas líneas. El texto es claro, su autor muy sincero, real, y muestra con detalle el negocio y enseña muy bien cómo recuperar la inversión realizada en inmuebles.
https://www.amazon.com/Los-Secretos-Inversión-Inmobiliaria-Internacional-ebook/dp/B019L3P240/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1506439049&sr=8-1&keywords=los+secretos+de+la+inversion