Uno de los efectos laterales de la crisis, o por lo menos yo lo interpreto así, es que cada vez con mayor frecuencia me encuentro con personas que parecen recién salidas de un congelador.
Encuentro a faltar este estado febril por hacer cosas nuevas, por buscar que se puede hacer para que el mañana sea algo mejor que el hoy, la tibiez es en el mejor de los casos el estado de ánimo imperante. ¿Qué nos está pasando?, ¿Dónde hemos escondido la pasión?
La pasión, tal como nos cuenta Wikipedia, es una emoción definida como un sentimiento muy fuerte hacia una persona, tema, idea u objeto. Así, pues, la pasión es una emoción intensa que engloba el entusiasmo o deseo por algo.
Una de dos o realmente estamos en hibernación a la espera de recuperarnos en el mismo estado en que estábamos antes de la crisis o realmente no estamos esperando nada. Las dos situaciones explican la falta de pasión.
Me cuesta creer que seamos tan necios e incapaces de vivir sin esperar algo, como mínimo que las cosas mejoren y que lo de la amenaza por no poder pagar la hipoteca se quede en una simple pesadilla.
Ya se que el horno no está para bollos pero también se que a río revuelto ganancia de pescadores, no nos quedemos en la orilla y echemos el sedal, seguro que algo pica.
Cuando el desánimo empieza a corroerme tengo una pequeña liturgia que siempre acaba por funcionar y conste que he vivido varias crisis, económicas y personales y he llegado hasta aquí. Por si os es de utilidad os lo cuento:
1) Recordar cuales son mis competencias, aquello que me hace fuerte y único. Me ayuda a encontrar recursos para tirar adelante en cada situación comprometida.
2) Yo siempre creo que puedo hacer algo para cambiar las cosas. Porque si yo no actúo alguien lo hace por mi y con mi vida no tolero que nadie se meta. Es una cuestión de actitud, cuesta pero siempre hay una vía para la acción.
3) Cualquier acción tiene un plan estructurado. No se confunda con un plan de negocio, esto viene luego, pero partiendo del principio visualizo dónde quiero llegar y pongo de manifiesto los pasos intermedios a seguir y los indicadores que me indicarán si voy por el camino previsto.
4) No dudo en consultar a profesionales competentes cuando lo necesito. Y no es siempre una cuestión de tener o no recursos sino de prioridades. Los recursos pueden ser escasos pero sus usos son alternativos. En los momentos de crisis se pone de manifiesto la mediocridad y se intenta buscar gangas que siempre son peligrosas. Un buen profesional tiene su coste pero aporta valor.
5) Pido ayuda. Pedir nos cuesta mucho, no nos atrevemos y no sabemos hacerlo. Os confieso que cada vez que he pedido ayuda la he obtenido con creces. La ayuda es amiga de la reciprocidad, no lo olvidemos.
6) Comparto con mi entorno. Compartir aumenta mi confianza, convierte la esperanza en inyecciones de pasión y da vida anticipada al proyecto.
Si tu pasión está en horas bajas, si ves que el futuro pinta tempestad, tómate un respiro y dedícate a trabajar tu proyecto. Cuenta con nosotros, desde Soymimarca te ayudaremos a darle forma, a integrarlo en tu vida y darlo a conocer al mundo. Nosotros cuidaremos de que tu seas el elegido, por algo somos tus expertos en Marca Personal.
Jordi Collell / Coach y Asesor de marca personal
Asesor de marca personal y socio de Soymimarca / Profesor Asociado en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) y Director del Posgrado en Personal Branding en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) / Economista (UAB). / PDD & MBA (IESE Business School & The University of Chicago). / Coach titulado (University of Texas, Dallas). Miembro de AECOP. / Miembro certificado de la International Coach Federation ( Associate Certified Coach). / 25 años CFO,CEO. Co fundador del Grupo Sintax Logistica.
Interesante artículo Jordi, si todos hiciéramos un ejercicio de reflexión en lugar de dejarnos llevar por el día a día rezando para que las cosas no vayan a peor, seguro que todo nos irían mucho mejor.
Jordi, de verdad, cuando leo aquí, en soymimarca, es como si estuviera leyendo algo de un colega de toda la vida al que entiendo perfectamente. En este caso que bien dices «cuando el desanimo comienza a corroerme», porque la PASIÓN va muy con el ÁNIMO y cuando estamos abajo se nos apaga ese motor que nos mueve a hacer cosas continuamente, el cerebro ya no es tan lúcido, nos falta nuestra chispa habitual, y es importante como apuntas no dejarse llevar por la desgana, «hay que darnos un empujoncito», y se por experiencia que esto cuesta pero también es útil, tus consejos son claros y van encaminados a «despertar», yo añado estas dos aportaciones:
– No se pasen el día repitiendo, por muy mal que vayan las cosas, «que mal estoy», «que mal va todo» o cosas por el estilo, lo uno que hace es rebozarse en el lodo, si no se puede ser optimista por lo menos no se machaque
– Alejense de los que sí se machaquen con las frases anteriores.
Un saludo
Es muy importante que personas de tu calidad humana y profesional escribais esto. Yo creo que hay demasiados inputs negativos y el ambiente muy pesimista. Lo importante es ver el mundo real, trabajar, pensar en positivo y aprovechar para mejoprar en todos los campos. Yo creo que si las cosas se hacen bien, podemos salir de la situsación.
Totalment d’acord.
Pasión no me falta, ni ilusión ni ganas, mi proyecto a quienes lo expongo les parece muy adecuado en los momentos de crisis, pero ¿donde están los clientes? dicho de otra manera, ¿donde están las empresas que aguantando la situación aún necesitan contratar personal?
Jordi, gràcies per transmetre’n passió.