El pasado 8 de marzo iniciamos esta serie sobre despido y felicidad de la mano de mi testimonio personal (ver post). No fui muy consciente de que el tema pudiera generar tanto debate en distintas redes como Linkedin, Twitter y en este mismo blog. Muchos de los lectores me habéis enviado vuestro propio relato de encuentro de la felicidad tras un despido, así que hoy publicamos la segunda parte con el testimonio desde Navarra de Mercedes Corretgé, una colega de profesión que ha encontrado en el personal branding un destino.
El caso MC
Voy a estudiar mucho para tener un trabajo en el que gane mucho dinero.
Me lo decía mi hijo Gorka de 7 años. Y tras pensar «Dios, en qué me estoy equivocando» le dije: «¿Sabes? Entre un trabajo en el que gane mucho dinero y otro, que me guste mucho aunque gane menos, yo elijo éste». Creo que lo ha entendido. Por lo menos antes de lo que yo lo entendí: tras 15 años al frente del departamento de comunicación de una organización social grande y complicada, me lancé a la aventura de intentar acercarme a mis sueños. Conté con el apoyo de mi familia, que por encima de todo siempre ha querido verme feliz (maniáticos que son).
Hoy, hablando en plata, no gano ni de cerca lo que ganaba antes y no sé que me va a pasar mañana; pero «hablando en oro» (oro fino, de calidad, de quilates que no pesan), gano mucho más: genero mi propio trabajo, hago cosas que me gustan, impulso iniciativas y proyectos que unas veces no salen, pero que otras sí y esto es impagable; nado contra corriente, pero nado e incluso buceo; siempre tengo asuntos entre manos y muchas veces, me cuesta dormir porque en mi cabeza siempre están liándose ideas y sueños.
Estoy en el mejor punto al que puede llegar una persona, como decía Franz Kafka, el punto de no retorno…
En breve impulso una acción de marca personal con una entidad pública que ha confiado en mi locura; otra iniativa mía, ésta de índole cultural, ha tenido una buenísima repercusión mediática y, por ende, social… Estas cosas y la confianza que tengo en que trabajar en la marca propia con ganas y honestidad funciona, son mi bálsamo contra los fracasos que también están, por supuesto, y que a veces dejan sin aliento.
Soy una persona afortunada porque nada en la vida me ha sido fácil. La única certeza que quiero en mi vida, es la de sentir que la gente que quiero me quiere. En lo demás, especialmente en lo profesional, prefiero no estar segura. Como escribió el poeta Mario Benedetti: «No quiero reservar del mundo sólo un lugar tranquilo».
Mercedes
Consultor, formador y conferenciante sobre personal branding.
Socio fundador y Personal Brander en Soymimarca.
Convencido de que todo deja marca, ayudo a humanizar empresas y ayudo a profesionales a proyectar su marca para lograr sus objetivos.
Además de Soymimarca, soy socio en Integra Personal Branding México, y Director de Branding en Omnia Branding.
Profesor en ISDI, en el EMBA de IESE. Publicitario colegiado, master en Mkt y estudiante de grado de Humanidades (UOC).
Mi ADN está formado por experiencias en Tiempo/BBDO, J.W.T., Bassat Ogilvy, Saatchi & Saatchi, Altraforma y TVLowCost entre otras.
guillemrecolons.com
Comparto parte de lo que dices porque puede ayudar a mucha gente y lo comparto con tus palabras porque dos es más que uno. Felicidades!!!
Me ha gustado mucho leer este post, felicidades, así que me he animado a comentar. Me recuerda el texto, a la cita de John Lennon, en la que siendo él pequeño le preguntaba el maestro que qué quería ser de mayor, y la respuesta, de hecho la más lógica, era «yo cuando sea mayor quiero ser feliz». Otra cita no tan célebre, la decía mucho un colega mío y era «estamos de paso, de la dulce hierba, al matadero». Un saludo y Carpe Diem.