Jamás he visto cambiar tanto, en tan poco tiempo, a tantas personas ¿no os pasa?
Fotografías de perfiles en RRSS, de personas con pieles rosadas, posturas erguidas, caras sonrientes, cabellos cuidadosamente peinados… se han convertido en imágenes de narices enormes, en primer plano, asomadas a una pantalla, que parece que esté en un agujero al que se asoman, con pieles cetrinas, por exceso o defecto de luz; hombros adelantados, codos que, al ponerlos sobre la mesa, levantan los hombros de la ropa y hacen desaparecer el cuello. Nuestra marca personal tras la pantalla no está alineada con la que hemos mostrado siempre.
Y si fuera algo irremediable… sólo restaría entristecernos por la imagen distorsionada que dan est@s profesionales.
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Lograr una buena marca personal tras la pantalla: MANOS A LA OBRA
La buena noticia es que nuestra marca personal tras la pantalla sí tiene solución, es tan fácil como hacer pruebas de toma de imágenes, en el teléfono y el ordenador, cuidando:
Iluminación
- a) La iluminación: evitando que sea:
- muy fuerte o muy tenue.
- lateral o cenital (que caiga de arriba, haciendo sombra en los ojos).
- mejor cálida (amarilla) que fría (blanca), sin mezclar.
Postura
- b) La postura corporal:
- Situando al nivel de los ojos la cámara del teléfono o el ordenador.
- Evitando acercar la cabeza a la cámara (si lo ves necesario, hazte con un micrófono).
- Manteniendo los hombros ‘naturalmente abiertos’ y la cabeza sobre la columna.
Presencia
- c) Cuidar la presencia:
- Peinados, como para salir a la calle.
- Sonrisa, como si la pantalla no estuviera entre las personas.
- Evitar cuellos en forma de pico y mangas cortas.
Estos factores, ayudan a que nuestra imagen sea lo más parecida posible a la fotografía del perfil… o al menos nuestra mejor versión, en estas circunstancias!
Muchas de estas propuestas las aprendí de Alicia Ro, claro 🙂
Los preparativos
El día antes
Vamos a ver cómo llegar, al momento de ponernos delante de la cámara, encontrándonos en la mejor forma posible, comenzando por el día anterior. Imagina…
- Acabamos de trabajar, cerramos el ordenador, quitamos todas las fuentes de alimentación y la red wifi. Limpiamos el escritorio y lo dejamos preparado para el día siguiente, con las tres tareas más importantes del día siguiente, a la vista.
- Cenamos temprano, masticando mucho la comida y siendo conscientes de que estamos ‘fabricando’ nuestro cuerpo. La media de edad, de las células que componen los órganos, músculos, etc., en el cuerpo de una persona adulta, es de 7 a 10 años.
- Nos lavamos los dientes (con la mano contraria a la usual), pasamos el hilo dental y aprovechamos para sacar la lengua (notamos cómo los pequeños músculos del pecho se estimulan y ‘llaman a la sangre’, rejuveneciendo así los tejidos) y dado un paseo, por la acera o la terraza, aprovechando que bajamos la basura.
- Preparamos la ropa del día siguiente (para evitar vestirnos del humor que nos levantemos), nos hemos desperezado, quitado los zapatos (les hemos puesto la horma y limpiado, antes de que se enfríen). Nos quitamos la ropa y nos ponemos el pijama, de algodón y fabricado en la zona, de la que llevábamos, la que esté limpia, la tendemos en el exterior, para que se airee.
- Esa noche, como nos sentimos un poco inquiet@s, no toca lectura, sino meditación. 26 minutos, ponemos la alarma y nos tumbamos, por si nos dormimos… y comenzamos a respirar, poniendo la atención en el aire, cómo entra y sale por la nariz.
El mismo día, por la mañana
- Nos levantamos temprano, respiramos hondo, nos desperezamos y vamos a baño, conscientes de las pisadas y de que el organismo va a eliminar residuos… nos lavamos los dientes (de nuevo con la ‘otra’ mano) y sacamos la lengua todo lo que podemos.
- Tomamos agua tibia con un poco de limón y, si no tenemos la tensión alta, una pizca de bicarbonato o un poco de agua de mar. Después una fruta bien masticada y, si tenemos un complemento bien referenciado, lo tomamos.
- Hacemos una tabla de ejercicios, como idea: los cinco ritos tibetanos y desayunamos, de nuevo respirando y masticando mucho,
- Nos vamos a la ducha y, antes de mojar el cuerpo, frotamos enérgicamente la piel con una toalla, para estimular la microcirculación y arrastrar las células muertas: cada minuto perdemos aproximadamente de 30,000 a 40,000 células muertas de la superficie de nuestra piel... Preparamos la mezcla de champú y agua, para enjabonar el cuerpo y lavarnos el cuero cabelludo sin agua previa (lavado S.A.P.): ahorro de tiempo, producto, agua y mejora de la calidad de piel y cabello.
Mejora continua
- Por donde pasamos (habitación, cocina, baño…), vamos dejando un rastro de orden y limpieza. Los elementos que no hemos utilizado en seis meses van, como sistema, a la caja de ‘fuera de casa’.
- ¿Acumulas enseres que no utilizas? Lo que no tiene uso, resta energía: échale un vistazo al sistema de ‘vaciado’ que nos regalan nuestros expert@s en arquitectura saludable.
- Llega el momento de volver a la mesa de trabajo. Tenemos las tres tareas más importantes del día elegidas. Y alarmas en el reloj, cada 1 o 1’5 horas. Para levantarnos, desperezarnos, respirar conscientemente, beber agua… y de vuelta al trabajo.
Haz que tu marca personal tras la pantalla proyecte tu verdadera marca. Anímate y adapta tus hábitos a este ‘plan de acción’, que de esta situación vamos a salir con una imagen de Marca Personal, saludable y científicamente más bell@s todavía!
Foto: Photo by Kentaro Toma on Unsplash
Experta en Imagen Profesional, entreno para transmitir, visual y saludablemente, la Marca Personal, offline o mediante fotografía / video en las RRSS. Autora del libro “No Imagen, Marca Personal, Salud y Belleza Científica”.