Claves para no dejar que te pisoteen, por @jordicollell

Tomar la iniciativa en la vida profesional no siempre es fácil ni posible. Para los profesionales que trabajan por cuenta ajena es habitual que se acepte que sea la empresa quien marque la hoja de ruta. La condición de empleado implica que alguien tiene que decidir en qué actividades se ocupa al trabajador porque a fin de cuentas este último cambia su tiempo por un salario o por lo menos esta es la situación habitualmente aceptada.

Si tu no dices lo que eres, los demás dirán lo que no eres es una frase de nuestro colega Ramón Freixa que también puede aplicarse al desarrollo de la carrera profesional. Si no gestionas tu hoja de ruta profesional los demás lo harán por ti.

La manifestación más extrema de cómo otros pueden marcar, negativamente, el momento profesional es la condena al aburrimiento. Javier Ricou publicó hace unos días un artículo en La Vanguardia sobre esta situación, “Boreout, los males de un trabajo aburrido” en el que pone de manifiesto los daños psíquicos y físicos que se producen cuando una organización deja de contar con un colaborador y para forzar su salida lo condena al aburrimiento.

La condena al aburrimiento es una práctica poco ética, de dudosa legalidad, que transmite un mensaje muy negativo sobre las organizaciones que la practican y que es difícil de adivinar por parte de los afectados. Por regla general se produce en situaciones en las que se puede supones un cambio en el rendimiento por parte del trabajador ya sea por haber entrado en una franja de edad crítica o en una nueva situación personal como la maternidad y va unido a la falta de capacidad jurídica de la empresa para despedir a un trabajador que busca de esta manera el modo de forzar un acuerdo de salida.

No dejes que te pisoteen

Estar en manos de un tercero es siempre una situación de desventaja y cuando esto afecta a una parte muy importante de la vida como es el trabajo y los ingresos todavía lo es más por lo que puede resultar interesante ver la manera de tomar la iniciativa para anticipar en la medida de lo posible las situaciones negativas y tener un plan de acción si estas se producen de manera imprevista. Para ello recomiendo tener presentes los siguientes aspectos:

  1. Ser conscientes del terreno que se pisa. A pesar de que se pueda estar cómodo en una empresa y de que el salario compense nunca se debe renunciar a analizar la situación de manera crítica y objetiva. Signos como un historial consistente de prejubilaciones a llegar a un umbral de edad o de reacciones adversas frente a determinadas situaciones personales como maternidad, enfermedad…deben hacer reflexionar y tomar medidas preventivas.
  2. No creer en nuestra singularidad. Lo que ha pasado a los demás puede pasarnos a nosotros y cuando pase nadie nos va a sacar las castañas del fuego. Uno de los aspectos más significativos del artículo de Ricou es la falta de apoyo por parte de sus colegas, que estaban al corriente de la situación de condena al aburrimiento a la que estaba sometida, que encontró una de los testimonios citados.
  3. Gestionar la carrera profesional. No es un tópico y aunque los tiempos no estén para tirar cohetes en lo que se refiere a cambiar de empleo o para hacer otros planes, lo que si es cierto es que si no lo hacemos nosotros nos lo vamos a encontrar hecho y es posible que no sea de nuestro gusto. Adaptar nuestra actividad a las distintas etapas de nuestra vida de manera realista y planificada es la única manera de recuperar el protagonismo. De entrada siempre es difícil pero a medida que vamos profundizando en saber lo que queremos y en dibujar la manera de llevarlo a la práctica se van abriendo puertas. Démonos la oportunidad de afrontar el cambio.
  4. Tener un plan B. Por si suceda aquello que siempre hemos deseado que no ocurra que por lo menos no nos coja desprevenidos. Haber trabajado el punto anterior, nuestra carrera profesional, nos habrá dado las vías de acción y sólo tendremos que ponerlas en práctica.
  5. Gestionar la Marca Personal. Dejar huella pasa por gestionar la vida y la carrera profesional. La gestión de la marca personal nos podrá en el camino para saber movernos en cualquier circunstancia teniendo el control y el protagonismo.

Que nada ni nadie nos pueda condenar al aburrimiento y destruir nuestra vida.

Imagen: Flickr CC. MATHIEU BEAURY

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