No, no es necesario ser cabrón

Me estreno como co-autor de este blog tras mi incorporación a SOYMIMARCA. El post de hoy, dedicado a un libro que he leído recientemente, lo publiqué el pasado domingo en mi blog personal.

Este libro es el que bajo el título “¿Hay que ser cabrón para llegar a Director General?” acaban de publicar Antonio Agustín y Sofía Delclaux. Conozco desde hace poco tiempo a Antonio y aunque compartimos una larga conversación recientemente en un Ave de Madrid a Barcelona no hemos tenido grandes oportunidades de conocernos bien, por lo que os aseguro que no tengo ningún interés especial en lo que voy a decir a continuación.

Simplemente, deciros, que el libro de Antonio y Sofía me ha parecido magnífico y que hay que leer sí o sí. Enmarcado en el contexto de la literatura de carácter profesional al que me refiero en el primer párrafo de esta entrada, han conseguido exponer con claridad y sencillez situaciones reales, referirse a personas de verdad, y lo hacen con un enfoque tremendamente didáctico y simple que invita a la lectura y a la reflexión. Aunque no me lo creí del todo cuando me lo comentó en nuestra reciente conversación, han conseguido establecer un nuevo mecanismo o formato de comunicación (probablemente ya utilizado en otros entornos) pero que para mí era desconocido, aunque totalmente fresco e enriquecedor.

Creo que todos los que, por obligación, hábito, costumbre o interés de aprendizaje, leemos muchos libros y manuales de gestión utilizamos, a menudo, la fórmula que yo denomino “en diagonal” y que significa que tendemos a situarnos en un texto de forma global y después prestamos atención específica a las partes que nos interesan. Lo siento, no es éste el caso ni la fórmula recomendable para la lectura de este libro. De hecho os reconozco que he intentado hacerlo algunas veces pero al final he tenido que volver sobre mis pasos. Siempre tenía la sensación de que me dejaba algo importante.

Tanto es así que me voy a proponer regalar el libro (con dedicatoria de los autores evidentemente) a mis tres hijos. Creo inclusive que podría ser un excelente manual sobre la función de DG para las universidades y escuelas de negocio.

Para remarcar lo que acabo de decir sobre el uso de este manual como herramienta de aprendizaje voy a referirme a algún mensaje que aparece en él. Frases escritas por los autores pero dichas por personas reales, cercanas, como cualquiera de nosotros. Podría citar muchas, sin embargo voy a señalar solamente dos: La primera es de Ricardo Currás “Los Directores Generales más cabrones airean los marrones, pasan de resolver problemas y se dedican a salvar el tipo sin aportar. Fundamentalmente porqué consideran a las personas meros instrumentos”. La segunda es la que formula Miquel LLadó haciendo referencia a su “maestro” Josep Maria Suriol sobre los consejos que le dio para orientar la carrera profesional. Aquí van: “-Concéntrate en hacer muy bien lo que haces hoy. El futuro ya vendrá-, -Cuando inicies tu carrera profesional tendrás personas que te reportarán que serán mayores que tú y cobrarán más que tú. Esto no debe preocuparte-, -No te preocupes por lo que ganas, preocúpate por el proyecto. Lo demás ya vendrá,-. Hasta los 35 años el tiempo corre a tu favor. Dedícate a aprender: Busca a las mejores compañías y a los mejores profesionales-.

Y para terminar quisiera recordar una frase que aparece en el libro “Las oportunidades casi siempre hay que ir a buscarlas. Difícilmente vienen a ti”. Antonio y Sofía sí que han sabido encontrarlas. Felicidades.

Pau Hortal / Socio Consultor / Soymimarca

0 comentarios en «No, no es necesario ser cabrón»

  1. Gracias por la recomendación.

    La incluyo en mi lista de lecturas pendientes.

    Espero que este sea el primero de muchos post’s.

    Que te vaya muy bien con SoyMiMarca.

    Un saludo.

    Andrés Rodilana Martín.

    Responder
  2. Hola Pau.
    Muy interesante el post y me ha gustado mucho la segunda frase, aunque creo que, actualmente, habría que subir un poco el listón de la edad… sobre todo para carreras superiores en las que a veces las cosas se alargan demasiado.
    Un saludo y suerte en tu nueva trayectoria.

    Responder

Deja un comentario