Esta semana pasada tuve la suerte de dar una charla a alumnos de 4º del grado en Comunicación, concretamente en la Facultat de Ciències de la Comunicació de la UAB. Digo suerte porque pocas veces he sentido la escucha activa con tanta fuerza.
Lo creamos o no, muchas escuelas, especialmente en EEUU y Australia, enseñan competencias digitales a sus alumnos dentro de sus programas de educación reglada. Destacan cuatro áreas clave del currículo: privacidad, buenas prácticas, personal branding y acoso cibernético. ¿Personal Branding? Vaya, así que eso no es para profesionales en edad laboral, qué sorpresa (modo irónico ON). Analicemos pues cómo encaja el personal branding como asignatura escolar:
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¿Cómo se suele estructurar esta asignatura de personal branding?
Distingue dos etapas, la de toma de conciencia y la de “construcción” de la marca.
Etapa 1: toma de conciencia
Esta etapa consiste en recordar a los estudiantes de todas las edades que su huella digital les puede limitar las posibilidades futuras de encontrar un empleo y puede arruinar su reputación. Cada tweet, cada like en Facebook, cada imagen o comentario publicado en Instagram puede afectar a su marca. ¿Y por qué es tan importante su marca?
Para responder a esa pregunta primero tenemos que entender cómo y por qué diferentes grupos de edad utilizan las redes sociales. Los estudiantes de secundaria, por ejemplo, quieren marcar su independencia de los lazos familiares y experimentan con las redes sociales para establecer su posición con respecto a la vida. Son “heavy users”, y la etapa de toma de conciencia les ayuda a entender los riesgos de una marca mal cimentada. En cambio los estudiantes de primaria suelen dar poca importancia a cómo las redes sociales afectan su capacidad para conseguir un trabajo; eso queda muy lejos. Tiene sentido entonces que esta etapa de conciencia sea muy distinta si hablamos de un niño de 10 años, una adolescente de 14 o un joven de 21.
Etapa 2: “Construcción” de marca
Quien me haya leído antes sabe que no acepto la palabra “construir” o “crear” la marca personal, puesto que un adulto la tiene ya creada: se trata entonces de gestionarla, potenciarla, dinamizarla. Pero aquí hablamos de personas en edad escolar, y por tanto la palabra “construcción” tiene sentido. Hay aspectos de la marca personal que apelan a todos los grupos de edad. No importa la rama de estudios que se elija, el desarrollo de liderazgo, o perfil tecnológico y, en definitiva, los “soft skills” deben ser los adecuados para cada edad:
Educación primaria
El uso de las redes sociales es bastante nuevo en este grupo. Aunque algunos son ya usuarios prematuros, es probable que no hayan recibido ninguna instrucción sobre su uso responsable. La formación en este nivel de edad se concentra sobre todo en la vida privada y la gestión de los ajustes personales y de privacidad de las cuentas sociales. Sin embargo, ya a esa edad se inicia en esos países una introducción sobre la exploración de carreras universitarias (qué lejos estamos en otros países), las redes sociales pueden introducirse como una de las herramientas que los estudiantes pueden utilizar para entender mejor posibles entornos profesionales. Las redes sociales pueden ser un recurso para ayudar a los estudiantes que investiguen una carrera específica. Redes profesionales como Linkedin admiten perfiles a partir de 13 años, y a los chicos de primaria ya se les muestra el formato digital del CV.
Escuela Secundaria
En la escuela secundaria se combina la importancia de la privacidad, las buenas prácticas y la gestión de marca personal en un plan de estudios. No niego que el personal branding está muy centrado en soft skills y medios digitales, pero por algo se empieza. Se trata de un período de transición hacia la edad adulta, así que la idea de los contenidos de valor cobra sentido. Aquí ya se enseña a los estudiantes a crear perfiles en redes sociales y a cómo gestionar su comunicación con las vistas puestas a una futura beca o futuro puesto de trabajo.
En EEUU, por ejemplo, existen innumerables casos de candidatos que han visto las puertas de una universidad cerradas a causa de malas prácticas online. Y no hablemos del plano deportivo. Ningún entrenador universitario aceptará a un estudiante con deficiente reputación en la red, ya que existe un peligro inminente de contaminar al equipo. Muchas universidades y consultoras empiezan a monitorizar a muchos de los estudiantes de secundaria en medios sociales.
En esta etapa ya se les enseña una correcta elección de la fotografía y avatar de las redes, la redacción de la “bio” o el extracto de Linkedin o About.me, y cómo abordar la redacción de un curriculum vitae.
Universidad
En estos países, el estudiante que accede a la universidad ya dispone de un buen bagaje de competencias transversales “soft” como la oratoria, la organización de eventos, la dirección de equipos y el trabajo en red. A eso se le suma un conocimiento medio del entorno digital y de sus líneas rojas. Pero la carrera universitaria es el entorno perfecto para trabajar el iceberg de la marca personal al completo, no sólo en su versión digital. Un buen trabajo de autoconocimiento basado en el conocimiento de la marca personal de cada uno da paso a un proceso de posicionamiento profesional basado en una estrategia de diferenciación, relevancia y coherencia. En determinadas carreras universitarias, las grandes consultoras como Deloitte, Accentur, Cap Gemini, Ernst & Young… ya están al acecho de las jóvenes promesas, lo que sitúa el listón muy arriba para los estudiantes.
Por tanto, en esta etapa ya no se trata de “estar” en las redes sociales sino de “ser” y de demostrar que cada uno es el candidato perfecto. La red social Twitter se une a Linkedin y otras como Facebook o Google + en el campo de expresión y comunicación de cada estudiante. El que además tenga un blog y deje ver claramente sus propuestas de valor, tendrá más oportunidades.
En el área de visibilidad, lo digital no basta. Sería aconsejable que los estudiantes tengan su propia tarjeta de visita con unos datos básicos como nombre, recinto universitario y grado que se cursa, objetivo profesional (Profesional de Relaciones Públicas, por ejemplo), zona geográfica y fecha deseada, teléfono de contacto, e-mail y perfil en Linkedin y/o About.me.
Si el elevator pitch es importante en todas las edades, este discurso breve y con foco directo hacia la propuesta de valor debe ser trabajado y ensayado con especial énfasis en esta etapa de la vida.
Conclusiones
Sin duda el personal branding forma ya parte de las llamadas competencias transversales soft de los estudiantes en algunos de los países más avanzados.
Tratar como materia el personal branding en 3er o 4º curso de grado es llegar algo tarde (aunque más vale tarde que nunca), y por eso estos países lo incorporan a edades tempranas, si bien inicialmente bajo el prisma de la educación digital.
España, pero también muchos países de América tienen la oportunidad de mejorar el currículo profesional de los estudiantes al incorporar en la educación no sólo algunas competencias soft como la oratoria sino también el personal branding como estrategia para convertirse en la opción preferente, algo que en su primera etapa les ayudaría a conseguir la mejor beca y posteriormente el mejor empleo, pero que no se quedaría ahí, sino que les ayudaría en los procesos de autogestión y elección de toda la carrera profesional.
La gestión de nuestra marca pública, nuestros “footprints on social media” es clave, pero lo es más en los momentos iniciales previos a nuestra incorporación a la universidad y al mundo laboral.
Se necesita voluntad política, pero sobre todo sería esencial que los planes educativos de los gobiernos sean estables, y que no sean moneda de cambio de los partidos políticos. ¿Utópico? Es posible, pero como rezaba el “claim” de la agencia Saatchi & Saatchi en mis tiempos ahí, “Nothing is impossible”.
Enlaces de interés para ampliar la información:
Brand Student, Pro Share, Chris Syme, It’s all virtual, Blogging for jobs, Careerealism
Imagen: freepik
Consultor, formador y conferenciante sobre personal branding.
Socio fundador y Personal Brander en Soymimarca.
Convencido de que todo deja marca, ayudo a humanizar empresas y ayudo a profesionales a proyectar su marca para lograr sus objetivos.
Además de Soymimarca, soy socio en Integra Personal Branding México, y Director de Branding en Omnia Branding.
Profesor en ISDI, en el EMBA de IESE. Publicitario colegiado, master en Mkt y estudiante de grado de Humanidades (UOC).
Mi ADN está formado por experiencias en Tiempo/BBDO, J.W.T., Bassat Ogilvy, Saatchi & Saatchi, Altraforma y TVLowCost entre otras.
guillemrecolons.com