Vivimos en una sociedad, donde la política, los políticos, y todo a aquello que se previncula a este sector, tiene dudosa aceptación entre los ciudadanos, si no es un rechazo brutal. Decenas de políticos en capilla de tribunales, sobres, falsos cursos, cuentas en paraísos, y demás acciones de buena fe…
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Estamos en una época, en la que la marca de un partido político significa llevar un lastre como apellido, que dificulta el que un buen político se pueda demarcar de las siglas, y poder mostrar su valía y buena gestión y no ser una sucursal de partido sino tener la libertad de generar su propia marca personal. Ayer mismo escuchaba la siguiente afirmación, “ Ramón es muy bueno, se ocupa realmente de los problemas y es el mayor activista de nuestra ciudad… pero a su partido nunca le votaría”. Ahí radica el problema, ahí esta la falta de posibilitar un liderazgo de personas mediante una la marca personal que por ejemplo, si los partidos no fueran tan cerrados y habilitaran las listas abiertas, posiblemente, mucha gente sería elegida por su valor como gestor, por su trato personal, al fin y al cabo su marca personal, y no le anularía el apellido que arrastra a modo de marca genérica.
¿Qué alternativa queda para que los ciudadanos nos sintamos con ganas de ir un domingo a votar, y dejar la tranquilidad del hogar? Pues el marketing emocional… aquel en el que las empresas intentan descubrir respecto a su marca una poción mágica llamada vínculo emocional, con la finalidad de que los ciudadanos vean en la marca del partido algún icono, símbolo… cercano y familiar, y así mantener su lealtad, pese a las malas noticias del pasado.
Esto se empieza con el juego de la simbología, por ejemplo la territorialidad. Que importa lo buen o mal gestor que haya sido un presidente concreto, los líos que tienen sus antecesores o cercanos, en los tribunales… si de repente saca la varita mágica con el hashtag #Independencia o #unidad, y nos mete en una vorágine de noticias, publicidad, campaña en redes…en torno a dicho tema, que consigue en un santiamén que nos olvidamos de problemas, gestiones incorrectas, hipotecas, deudas… y nos vistamos con el traje regional, y abanderamos todos a una una reivindicación que pese a ser legítima, realmente esconde una estrategia de marketing de #TocaCorazones basada en una cortina de humo brutal, que no lleva a ningún lado, pero que habrá generado una distracción social lo suficientemente amplia como para que no se hable de otra cosa. Eso si… acompañada de una campaña de marketing estudiada, y apoyada por los grandes del «Offline», que consiga una omnipresencia del tema en los medios de comunicación, y además añadiéndole algún que otro comentario «inteligente» del político de turno donde se reta, y se lanza el órdago mas utilizado en España, “A que no hay huevos!” que son las cinco palabras que mueven a cualquier español,… pues voilà! el libro está vendido.
Cada vez se están dando mas casos parecidos, y ante encuestas donde se presagian no muy buenos resultados, se tiende a sacar el comodín del #Sentimiento, que deje a un lado la mala reputación, buscando rápidos impactos para atraer al electorado . Es el ejemplo de la guerra de las banderas, empezando con la gran bandera española en la plaza Colón de Madrid y terminando en Donostia con la mayor ikurriña en pleno centro de la ciudad, con su inauguración correspondiente, aparición en medios, hashtag en twitter, y demás estrategia de marketing como acompañamiento, de forma que el impacto vaya directo al corazón, a las emociones, a los sentimientos… y la gente se identifique con dicho #Símbolo, de una forma directa y activa, olvidando lo demás.
Al final se trata de uno de los pilares del marketing, el utilizar un símbolo para provocar una emoción, y conseguir una respuesta afectiva y poco racional por parte del ciudadano.
Personal Brander & Online Marketing Manager. Emprendedor apasionado del social media. Especialista en asesoramiento especializado en análisis y aplicación de desarrollos de estrategia de marketing online para gestión de marcas y personas. Formador de Ecommerce, SEO, Marketing Online y Redes Sociales.