¿Por qué los implicados ya no son presuntos?

 

Pensemos por un momento que un implicado en algún proceso, por ejemplo de corrupción, sea inocente. Sí, siempre cabe esa posibilidad. Desde un delator que mintió hasta una mala lectura de correos electrónicos pasando por pruebas insustanciales. Imaginémoslo por un momento. Esas personas son inocentes, pero el mero hecho de ser implicados ya implica su culpabilidad.

El juicio mediático

Digámoslo claro, hay días que las noticias son francamente aburridas, así que los diarios, emisoras de radio, TV… necesitan generar grandes audiencias. ¿Cómo? con el juicio mediático. Es muy sencillo. Se trata de conseguir cualquier pista que lleve directamente a pensar que el implicado es culpable, colocarlo en letras bien grandes en las portadas de diarios e informativos y el resto se hace solo: las redes se encargarán de amplificar la noticia en proporción geométrica, llegando a generar chistes, vídeos, powerpoints y todo tipo de artilugios digitales que permitan compartir la noticias por internet o por mensajerías instantáneas.

Para mantener las audiencias, algunos medios no pueden esperar el veredicto del juzgado y se apresuran a servir por capítulos todo el culebrón de cada caso. ¿Es éticamente correcto?. Supongo que no, aunque seguramente alguna vez se me ha escapado un «qué cabrón» al saber que un personaje público estaba implicado en un caso de corrupcción.

La marca «implicados» no funciona. Habrá que cambiarla.

Eso es lo que ha pasado por la cabeza del ministro de justícia español, Don Alberto Ruiz-Gallardón. Cambiar la marca. No le falta razón. La marca se ha devaluado. Es como la palabra «calidad»: de tanto utilizarla ya simboliza lo contrario. Gallardón propone utilizar como sustitutivo de «implicado» la palabra «encausado». Aunque se acerca, no es exactamente un eufemismo. Encausado es, según el diccionario de la RAE, una persona sometida a un procedimiento penal (Real Academia Española © Todos los derechos reservados), mientras que un implicado sería, según la misma fuente alguien «envuelto» o «enredado» en algún asunto.

¿»Encausados» delimita mejor el tema?

La palabra encausado es, pues, más acertada ya que se refiere a asuntos penales, mientras que implicado puede ser alguien que haya ayudado a un anciano a cruzar la calle o que sencillamente haya tenido una participación muy fugaz e indirecta en un hecho delictivo. Así que ya tenemos un nuevo vocablo para referirnos a las personas que están a punto de ser juzgadas. O eso parece.

¿Y «sospechoso»?

Pero yo, como amante del cine negro, como odiante del eufemismo sutil y como mosca cojonera del lenguaje, prefiero «sospechoso». Miremos por ejemplo, en caso de un tipo que se cree ha cometido un asesinato:

Fuente: http://nostalgic-radio.com/
Fuente: http://nostalgic-radio.com/
  • Opción 1: Implicado en asesinato: pudo participar, pero no apretó el gatillo. Quizás le encendió un pitillo al asesino o le llamó por error al teléfono.
  • Opción 2: Encausado en asesinato: se ha abierto una causa que podría delimitar responsabilidades directas o indirectas en el asesinato.
  • Opción 3: Sospechoso de asesinato. No ofrece dudas. Lo mató -o no-. No ayudo, no participó, no es testigo. Lo mató -o no-.

Así pues, y respetando la elección del ministro, que no me parece del todo equívoca, me permito sugerirle recuperar el lenguaje de las mejores películas de cine negro y hablar de sospechoso.

¿Creéis que Humprey Bogart, Orson Wells o Dick Powell se referirían a «el encausado»?

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