Profesional de Alto Rendimiento, por @PaulaFdezOchoa

Alto Rendimiento

La idea de “alto rendimiento” siempre ha estado vinculada al deporte. Este concepto alude al deportista con talento, dedicación profesional deportiva y pertenencia a una selección, que optimiza o maximiza el aprovechamiento de los recursos corporales y técnicos para alcanzar un gran nivel y  los mejores resultados y ser un “deportista de alto rendimiento”

Pero del mismo modo que cada vez más extrapolamos los valores del deporte (superación, disciplina, exigencia, trabajo en equipo, fair play, respeto, etc.) al día a día empresarial e intentamos implementarlos en el trabajo, también podemos aplicar la idea de este concepto en cualquier otro sector en el que nos preparamos a todos los niveles (desde el talento, con conocimientos “hard” y habilidades “soft”, la pasión y entrega) para dar lo mejor de nosotros mismos y “competir” al máximo nivel en nuestro entorno laboral. ¿Para qué? Para ser un “profesional de alto rendimiento”.

marca profesional de alto rendimiento

¿Por qué pensar así? Porque trabajamos en entornos muy competitivos y globales, con exceso de oferta y demanda y constantes cambios que nos obligan a adaptarnos y actualizarnos constantemente si no queremos quedarnos fuera de mercado. Y la situación actual está demostrando que necesitamos alcanzar un estado de bienestar como base para enfrentarnos a cualquier reto y oportunidad de la naturaleza que sean, que necesitamos gestionar nuestra marca personal para diferenciarnos con nuestra mejor versión, posicionarnos con nuestro talento y propuesta de valor y ser “la opción elegida”. Sólo así conseguiremos ser productivos y lograr el tan esperado “alto rendimiento profesional”.

Y lo visualizo en el siguiente triángulo:

triangulo profesional Alto Rendimiento

Bienestar

Como dijo el Dr. Víctor Vidal en una entrevista publicada en Expansión el pasado 29 de noviembre, «Nos estamos acostumbrando al estrés y lentamente nos mata. El 70% de las enfermedades están relacionadas con el estrés y si no lo están, las agrava«.

Y no es casualidad que el citado artículo de Expansión se publicase en la sección de Directivos pues, lamentablemente, la mayoría vivimos en permanente estado de alerta, de conectividad, de tensión por responsabilidades y multitareas asumidas y sin poder conciliar nuestras vidas personales y profesionales lo que, en definitiva, nos enfrenta a nuestro día a día desde una insana excitación. Y no sólo se espera de nosotros que sobrevivamos a este cocktail explosivo sino que, además, lo hagamos con nota consiguiendo un alto rendimiento.

Esta situación no puede imperar y ser algo tan habitual, ni siquiera en los entornos de dirección o alta competición en los que erróneamente parece que es indispensable para “mantenerse en la cresta”. Es nocivo para nuestra salud (física, anímica y mental) y nocivo para nuestro trabajo porque la productividad baja estrepitosamente y en ningún caso será sostenible a medio largo plazo.

Un constante y alto nivel de exigencia, dedicación y sacrificio y las largas jornadas laborales están provocando cada vez más estrés, adicciones o ansiedad en muchos profesionales y, en consecuencia, están desembocando en bajas por depresión, absentismo y merma en la productividad. Esta realidad, por tanto, ha comenzado a medirse en términos económicos y las empresas han asumido la necesidad de convertirse en “Organizaciones Saludables”. Así por ejemplo, en el sector de la abogacía, que vive en la mayoría de los casos en el contexto descrito, se han empezado a implementar medidas y políticas de bienestar en los despachos bajo la premisa de que son buenos para los negocios y para los ciudadanos, que un buen abogado tiene que ser un abogado saludable y que el bienestar es una responsabilidad de todos y para todos porque es un deporte en equipo (Fuentes, Informes: The Path to Lawyer Well- Being: Practical Recommendations for a Positive Change” y “Well-Being Toolkit for Lawyers and Legal Employers”)

En esta línea, de nuevo Expansión publicó un artículo titulado “Hacer deporte mejora la productividad en los bufetes” en el que Despachos como Cuatrecasas, Garrigues o EY explicaron sus Programas de Bienestar y se resaltaron en cifras algunos de los beneficios que aportaban:

  • Un estudio de la Universidad de Navarra afirma que la productividad de una firma con trabajadores felices puede aumentar hasta un 31%.
  • Por cada dólar invertido en fomentar el deporte entre los trabajadores hay un ahorro de tres dólares en absentismo, según un informe de la Universidad de Harvard.
  • Casi dos de cada diez abogados sufren depresión clínica y un 50% padece estrés, según el estudio Law Care. Un programa de bienestar y deporte podría reducir estas cifras.
  • Las compañías que ofrecen diferentes programas de bienestar consiguen que el nivel de compromiso de sus empleados sea del 88% frente al 48% de las que no cuentan con ellos, según Limeade Institute.
  • Un informe elaborado por la escuela de salud pública Johns Hopkins Bloomberg, en Estados Unidos, señala que realizar al menos 75 minutos a la semana de ejercicio vigoroso reduce las cifras de absentismo laboral en 4,1 días al año.
  • La inclusión del deporte en el horario laboral recorta los gastos derivados de enfermedades en los trabajadores hasta en un 39%, según recoge un estudio de la Universidad de California.

Con el mismo objetivo tenemos por ejemplo a Suecia, país que se enorgullece de ser el más deportista de Europa, con empresas que tienen cláusulas deportivas como la de ropa Björn Borg que incluye una hora de entrenamiento semanal obligatoria para incrementar la salud de sus trabajadores y su productividad.

Y si bien es cierto que las organizaciones y organismos públicos deben implementar programas que ayuden a reducir los niveles de estrés y a tener mayor salud y calidad de vida, a nivel individual no hay excusas para no cuidarnos, debemos trabajar en paralelo para conseguirlo, apostar de raíz por hábitos saludables (deporte, descanso, nutrición equilibrada) y aplicación de medidas sobre la diversidad, igualdad, conciliación y responsabilidad social, entre otras.

En conclusión, alcanzar un equilibrio vital o estado de bienestar se torna imprescindible y tendencias como la del Workplace Happiness o la del “profesional saludable” han llegado para quedarse.

Marca Personal

Volviendo al argot deportivo en el que se persigue “batir nuestra marca personal” (superar nuestras puntuaciones), de nuevo en el ámbito laboral tenemos que aprender a gestionar nuestra marca personal para conseguir optimizar nuestro talento, poner en valor nuestra propuesta en el mercado y alcanzar nuestra mejor versión.

Mi recomendación es que para que nuestra marca personal sea potente deberá tener los siguientes 5 atributos clave, respecto de cada uno de los cuales añado una cita y autor para explicar su contenido:

  • Calidad: “Dales calidad. Es el mejor tipo de publicidad que existe”. Milton Hershey
  • Diferente: “La estrategia competitiva consiste en ser diferente” M.Porter
  • Auténtico: “El modo de obtener una buena reputación es procurar ser lo que se deseas parecer” Sócrates
  • Constancia: “Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabajo, más suerte tengo”. Thomas Jefferson
  • Conectividad: “Todo es cuestión de personas. Se trata de la creación de redes“. Mike Davidson

Sólo así y desde una buena estrategia planificada (con seguimiento del adecuado proceso de gestión de marca personal o Personal Branding) conseguiremos dejar la huella perfecta para ser conocidos, reconocidos y elegidos en nuestro mercado. Como dice mi buen amigo Guillem Recolons, experto en Marca Personal, Si no aportas no importas”.

Productividad

El libro de Isra García “Ultra Productividad” tiene como objetivo dar a conocer y aplicar ciertas estrategias, técnicas, habilidades y hábitos que nos ayuden a algo que de una forma u otra todos queremos: “producir más y vivir mejor. Y, una vez más, el autor lo hace muy ligado al deporte puesto que comenzó a vivir de cerca la productividad cuando preparaba su primer Ironman (prueba de 3.86 km nadando, 180.25 km en bici y 42.20 km corriendo) y tuvo que dejar de trabajar 14-15 horas al día para pasar a 8-9 y poder descansar y entrenar más adecuadamente. Reforzó esta metodología cuando preparaba una competición de mayor dureza, un Ultraman (tres días en los que recorrer 515 km en una duración determinada de tiempo y combinando natación, bici y running), y así siguió con otros hitos que fueron oportunidades para pulir lo que considera que significa realmente la “ultraproductividad”.

Estamos sujetos a la economía digital que a veces hace que acabemos engullidos en el pozo sin fondo de la ineficacia. También estamos sujetos a un entorno hiperconectado y a un exigente mercado laboral que nos piden a gritos conciliar nuestra vida personal y profesional para no andar en la cuerda floja de la inestabilidad. Y los días son de 24 horas. Innegociable ampliar duración. Por tanto, ¿qué nos queda? Optimizar al máximo el tiempo que dediquemos a nuestro cometido laboral para ser rápidos y eficientes al mismo tiempo y ser lo más productivos posibles.

En definitiva, adoptar un estilo de vida saludable (bienestar) es imprescindible para gestionar con éxito la vorágine del mercado tan competitivo como el actual en el que estamos inmersos. También es imprescindible diferenciarnos, brillar con nuestra propia marca personal para potenciar nuestro valor y el valor que aportamos a los demás. Y, sin duda, al ser el tiempo un bien o activo escaso, todo aquello que hagamos deberá ser bajo la premisa de alcanzar la mayor productividad posible.

¿Estás preparado para ser un profesional de alto rendimiento?