A menudo hablo con jóvenes universitarios que no se han planteado tener una tarjeta de visita, la ven como algo anticuado, superado. Llámame nostálgico, pero cuando voy a los eventos que ahora se conocen como «offline» (yo prefiero denominarlos «de la vida real»), el intercambio de tarjetas es algo recurrente, protocolario e interesante.
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Origen
Hace poco leí que el origen de las tarjetas se encontraba en la Francia del siglo XVII. En aquellos tiempos las clases más afortunadas tenían por costumbre y por protocolo visitar. Al no existir cita previa, podían encontrarse con la sorpresa de que la persona a la que iban a ver no estaba en casa, y por eso surgió la idea de dejar un «testigo» de la visita en forma de tarjeta que contenía los datos básicos del visitante: la tarjeta de visita. Pero luego, hurgando por la red, veo que como siempre China se adelantó a occidente también en esto de las tarjetas, con origen en el siglo XV.
Utilidad
Según el networker Emilio Márquez, «Las tarjetas de visita son objeto esencial para practicar networking, es un modo rápido y claro de intercambiar datos. Estas basicamente tienden a contener nombre, apellidos, teléfono de contacto y correo electrónico de la persona.»
Protocolos de entrega
Existen diversas formas de entregar una tarjeta según si estamos con de la persona receptora o no.
- El caso más antiguo es el dejar una tarjeta como testimonio de una visita en la casa u oficina de quien hemos ido a visitar.
- A distancia: un protocolo que se repite en Navidad es el de enviar un pequeño obsequio a alguien, siempre acompañándolo con una tarjeta firmada.
- Eventos: se considera ya habitual que un ponente en una charla deposite en una bandeja un buen montón de tarjetas a disposición de los asistentes. También es habitual que, al finalizar la sesión, un asistente quiera compartir en privado su tarjeta con el orador.
- El protocolo presencial occidental es el intercambio de tarjetas al inicio de la reunión. Cada uno tiene enfrente la de los demás para recordar nombres y cargos, pero se miran pocos detalles. En ocasiones también se entregan al final de la reunión si ésta ha sido fructífera.
- El protocolo oriental es más complejo. Entrega primero la persona de mayor rango o edad. Quien entrega la tarjeta debe hacerlo con las dos manos y haciendo un acto de reverencia. Quien la recibe debe analizarla minuciosamente y dejarla a la vista, no guardarla.
Ideas de diseño
- Incluir una foto
- Incluir una caricatura o dibujo
- Que las de cada empleado sean distintas
- Jugar con tipografías y relieves
- Utilizar troquelados especiales
- Incluir alguna sorpresa (olor, sabor, un microchip…)
- Hacer que sea interactiva
- Incluir notas de color
- Imprimir con nuevos materiales
- Trabajar con estampados
- Cambio de formato (un muñeco, un coche en miniatura…)
- Una pincelada de creatividad sectorial (como la última foto del artículo, la del dentista)
Un poderoso medio de comunicación
Pero más allá del protocolo, para mi las tarjetas me hablan de las personas y empresas que representan. Una tarjeta nos indica si el tipo de empresa es creativa, industrial, de abogado, de arquitecto… Hay unos códigos no escritos que siempre están ahí: el abogado suele tener una tarjeta de diseño sobrio, fondo blanco, letra cursiva inglesa. El diseñador gráfico, por contra, tiene una tarjeta repleta de originalidad, color, tipografías arriesgadas… Pero a veces hay excepciones que se convierten en obras de arte. Aquí tenemos alguna:
Consultor, formador y conferenciante sobre personal branding.
Socio fundador y Personal Brander en Soymimarca.
Convencido de que todo deja marca, ayudo a humanizar empresas y ayudo a profesionales a proyectar su marca para lograr sus objetivos.
Además de Soymimarca, soy socio en Integra Personal Branding México, y Director de Branding en Omnia Branding.
Profesor en ISDI, en el EMBA de IESE. Publicitario colegiado, master en Mkt y estudiante de grado de Humanidades (UOC).
Mi ADN está formado por experiencias en Tiempo/BBDO, J.W.T., Bassat Ogilvy, Saatchi & Saatchi, Altraforma y TVLowCost entre otras.
guillemrecolons.com
Nada de nostálgico, al contrario, diría práctico porqué personalmente considero las tarjetas de visita una sencilla herramienta para comunicar, muy útil en la actividad del networking. A veces puede que perda mails, pero os aseguro que tengo el cajón repleto de tarjetas!
Yo no creo que dejen nunca de existir. Pero si hay una evolución clara en cuanto a sus diseños y técnicas de impresión. Es un elemento rápido de identificación y personal. Yo desde luego sigo utilizándolas y por supuesto vendiéndolas en la empresa que trabajo, pero si he notado esa gran diferencia de aspectos.
Una de las evoluciones posibles para la tarjeta de visita, es la incorporación de un código QR, que conecta la tarjeta con internet, proponiendo a ampliar información adicional, y uniendo la tarjeta con el movil.