Este fin de semana he tenido la oportunidad de participar en un taller dirigido por Jaume Isal, en el que hemos realizado un plan de trabajo personal con el objetivo de ser más conscientes de nuestro personaje social. Todos nosotros somos buenos estrategas, nuestra mente elabora diferentes procesos y estrategias para contestar ante los estímulos del exterior tal y como esperan los demás que reaccionemos. Realizar una mirada a nuestro interior, descubrir nuestro niñ@, reconocer cuales son nuestros comportamientos automáticos y nuestras emociones nos dota de recursos internos poderosos. Y sólo así podremos reaccionar desde la paz, aceptación y tolerancia necesarias.
Además, precisamente este domingo leía de El País.com un interesante artículo de Miriam Subirana ilustrado por José Luis Ágreda que me ha hecho reflexionar sobre la auténtica identidad de las personas, a pesar que en su artículo lo focaliza mucho hacia los hombres, realmente creo que en la mayoría de casos actuamos todos desde los estereotipos, desde nuestro personaje social y es aplicable a todos nosotros.
Comportamientos todavía muy típicos en el mundo empresarial como agresividad, imposición de criterio, individualismo, etc., son habituales entre los directivos. Todo ello ¿para qué? ¿Serán formas de esconder la angustia, la inseguridad y el vacío existencial? Sin duda, ello influye en que vivamos relaciones insatisfactorias, condicionadas por el lastre social y cultural que nos ha llevado a un vacío interior.
En ocasiones, nuestra inseguridad y nuestros miedos hacen que nos aislemos de nuestras propias emociones. Huimos de nosotros mismos, no reconocemos nuestras emociones y tendemos a culpabilizar a los demás de todo aquello que nos pasa.
La cuestión que plantea es cómo lograr que cada uno de nosotros conecte con su verdadera identidad.
Es necesario escucharse a uno mismo, quererse y recuperar la seguridad interior, es decir cultivar nuestra autoestima, solo así podemos establecer relaciones sanas sin necesidad de imponer, forzar ni presionar a los demás.
Según Subirana “La recuperación de nuestra identidad auténtica pasa por redescubrir valores como el amor, la paz, la sinceridad, la empatía, la escucha, y despojarnos de todos los estereotipos que nos alejan de la posibilidad de lograr armonía y plenitud.”
Eso implica desaprender lo aprendido. Dejar de lado tus personajes, tus etiquetas, lo que se espera de ti. Así podrás clarificas tu camino. Definirás tus objetivos y realizarás el plan de acción necesario para reconstruir tu marca personal en función de tus propios criterios de valor.
Una marca que refleja tus valores es una marca con identidad propia. Te propongo que hagas que tu marca sea realmente personal e intransferible. Que te conviertas en una lovemarks concepto desarrollado por Kevin Roberts, CEO mundial de Saatchi & Saatchi. El cual cree apasasionadamente que el Amor es un elemento clave para el éxito de la empresa. Y nos dice que: “Para que las grandes marcas puedan sobrevivir, necesitan crear Lealtad más Allá de la Razón”.
Tal y como dijo una vez el famoso matemático Blaise Pascal:
«Todas las desdichas del hombre provienen de su incapacidad para sentarse tranquilamente a solas en una habitación»
Reflexiona, realiza un viaje a tu interior y si es crees que es necesario reconstruye tu marca y conviértela en una Lovemarks.
Montse Taboada / Coach
Quería corregir un error y es que el artículo que mencionan de El País Semanal está escrito por Miriam Subirana y no por José Luis Ágreda. Yo sólo me encargué de las ilustraciones del mismo.
Muchas gracias.
Gracias por avisarnos, ya está corregido. Y por cierto, felicidades por las ilustraciones. Feliz martes!