¿En qué somos competentes? por @jordicollell

Me gusta escribir el primer post del año 2017.  Es territorio todavía inexplorado aunque se diferencia en casi nada del que dejamos atrás, excepto en nuestros deseos porque la vida continúa bajo los mismos supuestos. Abordemos pues el nuevo año en el punto exacto donde lo dejamos y sigamos avanzando paso a paso en la gestión de nuestra marca personal.

¿En qué somos competentes?

La pregunta no debe ser baladí, porque cuando la hacemos a nuestros clientes acaba sucediendo lo mismo que con la fama, cara de palo y parece que la pregunta les ponga en un compromiso.  Y no creo que sea por modestia o por falsa modestia, sino por auténtico desconocimiento. Al final sabemos más sobre los demás que sobre nosotros mismos, y siempre nos queda la opción de preguntar. Pero antes de hacerlo es mejor sumergirse en el autoconocimiento a pulmón libre y ver qué descubrimos.

De qué hablamos cuando hablamos de competencias

El concepto de competencia es multidimensional y nos coloca en el ámbito de las habilidades, conocimientos, actitudes y la manera de relacionarnos con los demás. A través de ellas explicamos lo que sabemos hacer, lo que hemos aprendido, cuáles son nuestros valores y nuestro nivel de inteligencia emocional.

Todos somos competentes en algo

Descubrir en qué somos competentes no es algo inmediato, sobre todo cuando estamos bajo la presión de tener que dar una respuesta rápida. Y es una pregunta que nos harán en cualquier entrevista de selección, de admisión a unos estudios o simplemente en una conversación informal. Nosotros tenemos una metodología propia que ayuda mucho, pero en cualquier caso hacer un pequeño viaje a por nuestro pasado y ver qué hemos ido aprendiendo en cada fase importante de nuestra vida nos dará pistas de lo que hemos ido incorporando a nuestra mochila competencial. De cada fase hemos aprendido algo y nos toca ir desgranándolo para que lo podamos explicar de manera clara.

Hemos de explicar cada competencia con un logro

Detrás de cada competencia hemos de poner un logro que la sustente para que no seamos víctimas de nuestra imaginación y para que los demás puedan creernos.

Cuanto mayores somos y tenemos más experiencia de la vida, más fácil resulta ligar las competencias con hechos demostrables. Pero la edad no importa, una alumna de grado explicaba que una de sus competencias era saber moverse en situaciones complejas, y lo explicaba muy claramente porque era la hija mayor de una familia de ocho miembros que había tenido que cuidar y acompañar a sus hermanos durante años así como ocuparse de las tareas domésticas que sus padres no alcanzaban a completar administrando desde una determinada edad parte del presupuesto familiar. Otro alumno explicaba su capacidad para negociar y trabajar en equipo porque se había dedicado de manera profesional a un deporte que exigía precisamente estas habilidades y otro demostraba su capacidad de superación personal y de hacer frente a las dificultades porque practicaba un deporte que le obligaba a actuar en solitario.

Y todos tenían menos de veinticuatro años y eran pues muy jóvenes.

La experiencia y el pasado son las palancas del futuro

Para los más mayores es complicado integrar lo aprendido durante años en algo que crean de interés para los demás o en transformarlo en algo útil.

En los procesos de cambio profesional o de volver a empezar, de reinvención, sucede a veces que queremos hacer tabla rasa con el pasado y esto es un gran, enorme, error. Aunque lo que hemos hecho lo valoremos negativamente por la emocionalidad del momento, porque nos han despedido o hemos tenido que cerrar el negocio o el libro no se vende o…lo que sea, siempre será fuente de demostración de competencias de lo que hemos aprendido a través de los años y del propio fracaso. Cuesta pero es imprescindible hacer el esfuerzo. Si te ayuda un consultor en marca personal el resultado será más rápido y mejor articulado.

Recordemos las palabras de Steve Jobs en su discurso en Stanford cuando hablaba de conectar puntos. La conexión siempre se hace a posteriori pero exige una reflexión para que sea posible.

Así pues aunque quieras cambiar de oficio, de trabajo, de empresa o iniciar un proyecto nuevo apóyate en lo que ya has aprendido y no lo tires por la borda, sería un despilfarro.

Escribe tu lista

Ahora es tu turno. Escribe tu lista de competencias y explica en que hecho real te basas para demostrarlas. Y si te cuesta llámanos, te ayudaremos con mucho gusto.

Feliz 2017!!!

Imagen: Pixabay

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