Tengo 45 años, me he quedado sin empleo (I)

Es una historia tan cruda como real. En los dos últimos años he recibido decenas de mensajes con este comienzo o algo muy similar. El perfil se repite, es el típico de un trabajo de personal branding, el que desearíamos no tener nunca. Es muy español el hecho de recordar a nuestra Santa Bárbara cuando ya empezó la tempestad. Al menos tenemos alguien a quien encomendarnos, cuando no a quien echar la culpa de tan tormentosa situación.

Sea o no un hecho habitual, es lo de menos, lo que sí es cierto es que nunca es tarde si la dicha es buena. Así que cuanto antes tenemos que intentar poner en remedio ese mal que pensábamos que nunca nos iba a tocar y hoy puede estar más cerca de lo que nunca habíamos imaginado.

En la primera parte de este artículo analicemos la situación y iremos preparando respuestas a las siguientes preguntas:

  1. Quién soy en estos momentos
  2. A qué he dedicado mi vida personal y profesional en los últimos años?
  3. Qué percibe mi mercado sobre mí

 

1. ¿Quién soy en estos momentos?

No cometas el error de prejuzgar que sabes de antemano la respuesta, porque en la mayoría de los casos no es así. Lo que soy, el papel que desempeño, la coincidencia real con mis deseos y mis aspiraciones anteriores. De ésta viene una pregunta derivada: ¿que quiero ser? Retomar mis aspiraciones ¿en qué momento de mi vida pasé de ser un soñador a establecer mi tienda de campaña en la zona de confort? Esa zona calentita, ese refugio de bienestar y calor que a veces se transforma en una trampa que anestesia mis ilusiones y que prioriza lo racional frente a lo emocional.

Algunos lo llaman madurez, yo prefiero llamarlo comodidad.

 

2. ¿ A qué he dedicado mi vida personal y profesional en los últimos años?

Es muy posible que hayamos estado muy centrados en nuestra vida profesional pero de una manera interna a la empresa. Pensábamos que un trabajo era para toda la vida, o quizás que después de un trabajo venía otro. Pero eso era antes.

El desempleo se ha convertido en un monstruo de voracidad desmedida, que ha salido a buscar alimento fuera de su territorio clásico.

Aquellos que han diseñado su vida en un espacio empresa-casa son auténticos desconocidos para el mundo del desempleo.

Tampoco caigamos en la trampa de pensar que las redes sociales nos comunican con el mundo y ellas nos sacarán de esta situación: falso.

¿Has investigado tendencias? ¿Has escrito algo? ¿Has buscado oportunidades? ¿Te has relacionado? ¿Has hecho algo que te dirija hacia el futuro?

 

3. ¿Qué percibe el mercado sobre mí?

Por si no estabas totalmente convencido estás inmerso en un mercado. Un mercado de relaciones sectoriales y personales, en el que se enmarca tu puesto de trabajo. Éste no está rodeado de cuatro paredes, sino de personas, y además no tiene fronteras. Ese mercado está diseñado para dar cabida a todos pero sólo si el mercado te conoce, te percibe; si has conseguido darte a conocer y posicionar tu persona, tu mensaje y tu valor.

Reflexiona si eres respetado y percibido por algo más que por tu puesto de trabajo y por lo que pone en tu tarjeta de visita. Esos recursos te dan valor hoy, pero mañana podrán no servirte de nada.

He sido, he estado, he dirigido, he hecho… ¿crees que eso valdrá de algo en el mundo que viene? Un mundo en el que centenares de profesionales vagarán confiando en que un pasado les avale una oportunidad. Más vale que tengamos la mente y la actitud en el presente y el futuro, en conocer lo que viene y en cómo afrontarlo.

 

En la segunda parte de este artículo (Tengo 45 años, me he quedado sin empleo (II)) continuaremos reflexionando sobre otros aspectos fundamentales como:

  • Qué decisiones importantes he tomado en los últimos años
  • ¿Estoy preparado para los tiempos difíciles?

Y lo más importante, hablaremos de cómo el personal branding puede ayudarnos.

 

 

0 comentarios en «Tengo 45 años, me he quedado sin empleo (I)»

  1. Hola Pablo,

    Menos mal que al final pones que vas a ayudarnos…buuuff, creo que tengo ansiedad…
    Está muy de moda decir eso de que estamos en la «zona de confort» e «instalados en la comodidad», y aunque se entiende el concepto suena verdaderamente mal, porque habrá mucha gente que aún en su rutina y en su estancamiento trabajará duro cada día, cuando se queda desgraciadamente en paro y lee que ha estado instalado en la «zona de confort»…, bueno, me imagino sus pensamientos…
    Espero la segunda parte, en la que seguro nos darás interesantes consejos.

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  2. Voy a cumplir 50 años y llevo año y medio en paro. El último año solo conseguí un trabajo los fines de semana temporalmente y un contrato de dos meses en verano en el sector de la hostelería.

    Hoy me he visto reflejado en casi todas las intervenciones que han hecho algunos parados en el programa Asuntos Propios de RNE:
    http://www.rtve.es/alacarta/audios/asuntos-propios/asuntos-propios-segunda-hora-27-01-12/1306059/

    Lo que usted dice suena todo muy bonito y muchos lo aplicamos. Pero la realidad es muy, muy distinta. No quiero extenderme mucho, pero por experiencias ajenas y la propia experiencia personal, para que te contraten sólo hace falta tres cosas:

    1. Estar dispuesto a trabajar más por menos. Eso es lo que espera la mentalidad garrula y esclavista del empresariado español que te hace un contrato de 8 horas, te presiona o extorsiona para que trabajes 14 o 16, y trata de pagarte sólo 6. La filosofía de Henry Ford de pagarles a sus empleados lo suficiente para que se compraran los coches que fabricaba, es inexistente en éste país.

    2. De nada sirven los títulos, los másters, los idiomas, la experiencia, tu ilusiones o ganas de trabajar, tus disponibilidad para implicarte en los objetivos de la empresa… aunque en las ofertas y las entrevistas te lo pidan. A la hora de la verdad eso no te lo valoran, ni antes de contratarte, ni en el hipotético caso que lo hagan. He conocido muchos casos.

    3.Ser menor de 35 años. Aunque el colectivo de jóvenes y mujeres tengan un elevado índice de desempleo, los que más dificultades tienen para que le contraten son los mayores de 45 años. Tengo pruebas. No he podido acceder a muchas ofertas ofertas que especificaban incluso «de 18 a 25 años» o porque me discriminaban por razón de sexo, al especificar sólo mujeres, incluso en cursos de formación.

    Es verdad que en nuestro país hace falta una reforma laboral -pero no como se está planteando- y un cambio de mentalidad. Pero lo que más falta hace, lo más importante y es absolutamente impresindible es una REFORMA EMPRESARIAL y un gran CAMBIO DE MENTALIDAD DE LA PATRONAL. Con la mentalidad del ex-presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y la garrulez, la ignorancia y la incultura del que actualmente preside la patronal madrileña, su cuñado Arturo Fernández -de verguenza ajena cada vez que le veo cuando le hacen una entrevista-, éste país no va a ningún sitio. Si esos son sus representantes, así son sus representados que le han elegido.

    Aún así, una reforma laboral por sí sóla no va a crear empleo. Mientras la economía no crezca, no hay nada que hacer. Y para que la economía crezca hace falta que los trabajadores ganen sueldos decentes, que puedan consumir los productos y servicios que las empresas donde trabajan venden. Pero los empresaurios y sus representantes políticos que están en el gobierno, parecen que no están por la labor.

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    • Runaway no se trata de que lo publicado sea o no sea muy distinto a la realidad. Estoy de acuerdo en que lo mencionado no es garantía de éxito pero aseguro que sí lo es para aumentar las posibilidades de éxito.

      Gracias por el comentario, esperemos que esto no dure demasiado.

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  3. Estoy con Runaway hasta el final.
    Que diferencia hay entre todo lo que nos llega a través de los diferentes medios y soportes y la realidad, mucho coaching y rollos patateros.

    El mundo está lleno de gente que sabe lo que tenemos que hacer, nos hablan de cambio de actitudes, de no desesperarse etc, etc, etc, en fin, una cosa es la teoría y otra cosa es el día a día.

    Yo ahora me dedico a leer y a caminar,no hago búsqueda activa de empleo, no ya no lo hago,vamos he desertado.

    No escribo desde la pena o la desesperación, simplemente he aceptado la realidad, tras años de lucha infructuosa, aparte de que ya no tengo ni para un tonner.

    Suscribo integramente el punto dos del comentario de Runaway y pongo un ejemplo, el fundador y gerente de una muy buena empresa Asturiana, al ver un curriculum de bastante nivel, dijo textualmente, no a esta persona no la contratamos, no quiero estrellas del rock and roll, quiero uno muy currante y que no hable
    Que Dios reparta suerte y al toro, yo me voy a caminar que llevo pegado al pc muchas horas

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