Muchas veces no sabemos como organizarnos la vida y la agenda, sabemos que las cosas no van bien, quizás necesitemos soltar lastre o saber decir que no, pero al final dejamos de hacerlo por temor a equivocarnos, a meter la pata.

En la gestión de nuestra marca personal hemos de tomar constantemente decisiones que afectando nuestro presenten tienen una inevitable proyección hacia el futuro, son aquellas cosas que decimos que pueden tener consecuencias.
Y nos sentimos solos ante el peligro y pensamos que los demás viven muy bien, mejor que nosotros, porque este tipo de cosas solo nos pasan a nosotros.
Aunque equivocarse es de sabios y es una fuente brutal de conocimiento yo soy de los que piensan que si lo evitamos nos ahorraremos disgustos. La enfermedad y los malos tragos pueden ser una gran escuela de vida pero ni los quiero ni se los deseo a nadie. Metamos la pata, pero con estilo y que no sea por falta de criterio.
El elemento clave en toda decisión sea del tipo que seda está en tener claro lo que queremos ser , donde queremos llegar y de que manera. Trabajemos en un momento de relajo nuestra misión, visión y valores personales; planteémonos la pregunta terminal, lo que nos gustaría que se dijera de nosotros en el momento de nuestro funeral y pongámoslo por escrito, resumido para que lo podamos poder en nuestro smartphone, pegar en la libreta y colgar de la nevera de casa para verlo y tenerlo presente siempre.
Lo que sigue es bastante sencillo y se resume en tres grandes pasos:
– VER. Tiene que ver con los ojos y con el corazón. Significa estar atentos a lo que nos pasa, a lo que pasa en nuestro entorno y como se refleja en nuestro interior. Lo que diferencia dos situaciones que pueden parecer iguales es la manera como las vivimos. Saber ver nos ayudará a comprender lo que de entrada nos gusta o no, nos hace sentir cómodos o nos angustia, nos interesa o nos aburre. Yo soy de los que afirmo que no he venido a esta mundo a sufrir.
– JUZGAR. Cuando encontramos personas, tareas, cosas que nos alegran la vida y a las que queremos dedicarnos hemos de tomar consciencia que en primer lugar no tenemos tiempo para hacerlo todo y después que hay cosas que nos acercan y otras que nos separan de nuestra declaración vital, de nuestra misión y de nuestra visión o que incluso yendo a la par conculcan algunos de nuestros valores. Es una reflexión seria, profunda y que requiere un enorme grado de sinceridad porque de lo que resulte podemos tomar compromisos inatendibles o partido por causas que no son las nuestras. Y esto vale para asistir a un evento, para cambiar de trabajo o aceptar una amistad.
– ACTUAR. Es el momento final y por ello clave, aquí convertimos en actos nuestra reflexión. Mi consejo es que dejemos caer por el camino todo aquello que nos haga sufrir y nos lleve por derroteros por los que nunca nos ha interesado pasar. No significa que desatendamos compromisos adquiridos ni que sólo busquemos el lado fácil de cualquier situación, de ningún modo, y a veces habremos de tragarnos sapos y hacer cosas que nos fastidian porque siempre lo mejor es enemigo de lo bueno. Pensemos finalmente en delegar aquellas cosas que no nos aportan nada, muchas veces encontraremos a alguien a quien si que le interesan y que nos estará agradecido.
Y si puedes no hagas este camino solo. Los asesores de tu marca personal te podemos echar una mano en cualquier momento para que siempre estés en condiciones de dejar la huella en el corazón de los demás.
Asesor de marca personal y socio de Soymimarca / Profesor Asociado en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) y Director del Posgrado en Personal Branding en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) / Economista (UAB). / PDD & MBA (IESE Business School & The University of Chicago). / Coach titulado (University of Texas, Dallas). Miembro de AECOP. / Miembro certificado de la International Coach Federation ( Associate Certified Coach). / 25 años CFO,CEO. Co fundador del Grupo Sintax Logistica.
Gran post Jordi! Sería estupendo otro post de esta temática que profundice en cómo discernir qué priorizamos y qué no. El gran drama del nuevo emprendedor es la gestión de su tiempo y de sus esfuerzos. ¿Cómo ser más eficiente?