¿Tú te indignas o tragas con todo?

Que estamos en un mundo global e interconectado no es ninguna novedad, que un acontecimiento que se produce vete a saber dónde afecta a nuestro país es el pan de cada día, que sin haber tenido ninguna posibilidad de influencia nos digan que en virtud de decisiones ajenas nos hemos pasado y hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que ahora nos toca ajustar el cinturón es otra verdad que se nos repite machaconamente.

Que los que han provocado la situación obtienen beneficios cada vez mayores, son objeto de ayudas públicas y que no parecen tener la intención de devolverlas es otra evidencia cotidiana.

¿Y nosotros que hacemos? ¿Nuestra marca personal se resiente de la situación o permanece indemne? ¿Pasamos ya de todo o pensamos actuar?

Stéphane Hessel

En Francia el nonagenario Stéphane  Hessel, 93 años,  un pasado de lucha por la libertad y  redactor, entre otras cosas, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ha publicado un opúsculo que ha hecho furor, más de un millón de ejemplares vendidos, titulado “Indignaos”,  que acaba de aparecer en España de la mano de la editorial Destino,  invita a los lectores a indignarse.

Hessel identifica la indignación como  el detonante del movimiento de Resistencia contra la invasión nazi en Francia que se cargó de un plumazo los valores de libertad, igualdad y fraternidad, los valores democráticos, forjados tras largo tiempo de lucha y compromiso.

En los tiempos que corren y en nuestro país no estamos sufriendo agresiones tan evidentes como la que supuso la guerra de 1939/45 en Francia y en Europa. Las razones para indignarse pueden parecer menos evidentes y no es fácil distinguir entre  quien gobierna y quien decide, y todo está más interconectado que en ningún otro periodo de la historia.

La buena pregunta es ¿debemos aguantar estoicamente todas las situaciones que se producen? ,  ¿Hemos de aceptar las acusaciones de malgastadores y frívolos que nos están lloviendo?, ¿El ajuste de cinturón es para todos o sólo para unos cuantos que son los que además están pagando el desaguisado? Y a la vista de lo anterior, ¿hay o no hay razones para indignarse?

Frente a situaciones injustas e insoportables hay dos tipos de respuesta: la indignación o la indiferencia. La acción o la impotencia. El compromiso o el aceptar que no se puede hacer nada y ¡qué le vamos a hacer¡.

Indignarse sirve para poner en conocimiento de los que nos gobiernan que las cosas se están poniendo realmente pardas. Los servidores públicos, nuestros políticos, que me merecen todo el respeto sea cual sea su color, necesitan recordatorios para que, en palabras de Hessel no dimitan y no se dejen impresionar por la actual dictadura de los mercados financieros que amenaza la paz y la democracia.

Las personas con marca se distinguen del conjunto por sus decisiones y por sus actitudes, huyen de lo gris  y de lo políticamente correcto, quieren ser singulares y dejar huella. Son personas comprometidas y por ello acaban siendo la opción preferente. ¿Puede tener marca personal alguien que no tenga la capacidad de indignarse?

Os recomiendo la lectura del libro.

0 comentarios en «¿Tú te indignas o tragas con todo?»

  1. Ahora es imprescindible la indignación porque la mayoría ha preferido ser colaboracionista del sistema, igual que ocurrió en Francia con la invasión nazi mucho tiempo. Pero el hecho de haber llegado a este extremo indica que las marcas personales andaban también muy «cómodas» en el silencio.

    Indignación si pero esperemos que con propuestas y actitud de manos a la obra.

    Por cierto, José Luis Sampedro, que lo prologa, es de los que lleva años hablando de la deriva de occidente (La sombra del drago, es un buen ejemplo).

    El libro habrá que leerlo, claro. Gracias.

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  2. Isabel, a mi me gusta pensar en poner límites. El sistema tiene su bondades y sus perversiones y son estas últimas las que están tomando un tono dominante de manera que acaban siendo altamente contaminantes.
    Es una creencia limitante el pensar que las cosas no pueden cambiar y que si lo hacen para ir al caos. Por suerte o por desgracia el sistema acaba digeriéndolo todo y el caos es improbable.
    Trabajar la marca personal desde la emoción nos ayuda a ser conscientes de todas estas cosas y nos permite provocar y esto siempre es bueno, por lo menos desde mi punto de vista.

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  3. Por supuesto, Jordi. Creo que por intentar no extenderme mi comentario suena un poco seco. Hablas de emoción y yo incluso diría pasión, que es lo que puede ayudar contra las perversidades del sistema.

    Bienvenido el cambio, y si lo ayudamos, mejor.

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