Muchas veces apreciamos tanto a nuestros colaboradores, amigos o pareja que sin quererlo somos capaces de ahogarlos. Algunas personas, directivos y empresas matan las marcas personales de sus colaboradores pensando que así no se irán y podrán tenerlos eternamente a su lado.
Hoy os propongo la lectura de un cuento hindú que encontré en el libro de Martí Gironell, l’Arqueòleg, que nos explica cómo la posesión y el apego excesivo por las personas puede liquidar la relación. Dejemos que las marcas personales vuelen libres y tendremos personas y colaboradores a nuestro lado por largo tiempo
Una pareja llegó cogida de la mano a la casa del brujo del poblado. Él era uno de los jóvenes más valientes y atrevidos de la región y ella era una de las chicas más bellas y simpáticas del clan. Cuando el brujo les vio les preguntó qué querían y la pareja le dijo que se querían mucho, que querían casarse, pero que como se amaban tanto temían que alguna cosa les separara. Lo que pedían al brujo era algún conjuro, algún hechizo que les garantizara poder estar juntos hasta que la muerte les llevara al la casa del Creador. Frente a aquella declaración de amor de los dos jóvenes, el brujo les dijo que sí, que algo se podía hacer, pero que era muy difícil y sacrificado y extremadamente peligroso. A ellos les daba igual, se querían tanto que estaban dispuestos a hacer lo que hiciera falta. El hombre sabio ordenó a la chica subirse a la montaña más alta y que allí, sólo con la ayuda de sus manos y una red, tenía que atrapar el halcón más espléndido y vigoroso que encontrara. Una vez atrapado lo tenía que llevárselo al brujo tres días después del comienzo de la luna nueva. La chica aceptó. Y al chico le encargó la misión de subir a uno de los picos más nevados que había en el norte y le pidió que le trajera el ejemplar de águila más hermoso y esbelto que encontrara. Para conseguir esta meta solo tendría sus manos y una red, las mismas condiciones que la chica.
Llegó el día señalado para llevarle al bujo las dos aves que había pedido que atraparan sin herirlas. Tanto la chica como el chico esperaban con su ejemplar en las manos que la sabiduría de aquel hombre les procurara el conjuro para que su amor perdurase. El brujo comprobó el estado del águila y después el del halcón y les felicitó porque eran bellos. Se les veía espléndidos y sanos, igual que la pareja. El sabio les preguntó si volaban muy alto y si les había constado mucho atraparlos. Tanto el chico como la chica reconocieron que si pero que por amor se hacía lo que hiciera falta. Estaban impacientes y excitados por saber que tenían que hacer y el chico preguntó al brujo si tenían que sacrificarlos y beber su sangre o cocinarlos y comérselos. El viejo sonrió y les dijo que no hacía falta. En cambio, les ordenó que cogieran las aves y las ataran entre si por las patas con una cinta de cuero y que las dejaran volar. La pareja obedeció al brujo y, cuando las soltaron, vieron que no podían volar. Sólo podían arrastrarse por el suelo, dar saltitos y tambalearse de aquí para allá sin rumbo fijo, y cuando una, el águila, se levantaba, la otra, el halcón, se caía. El cabo de un momento, frente a la imposibilidad de hacer lago positivo, se empezaron a pelear a picotazos.
La pareja observaba atónita la reacción de las dos aves. Para evitar que se agrediesen hasta lastimarse, el brujo cortó la cinta de cuero para que pudieran volar. Mientras las aves se difuminaban en el horizonte, el hombre sabio les dijo que esto era el conjuro que buscaban. Les dijo que ellos eran el águila y el halcón, que si se ataban, ni que fuera por amor, vivirían arrastrándose y tarde o temprano acabarían peleados.
Antes de bendecir la pareja y dejarlos partir les despidió con una recomendación: “ Si queréis que vuestro amor dure para siempre, volad juntos pero no atados”
Gracias por la lectura y a volar y dejar volar.
Jordi Collell / Asesor de marca personal
Asesor de marca personal y socio de Soymimarca / Profesor Asociado en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) y Director del Posgrado en Personal Branding en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) / Economista (UAB). / PDD & MBA (IESE Business School & The University of Chicago). / Coach titulado (University of Texas, Dallas). Miembro de AECOP. / Miembro certificado de la International Coach Federation ( Associate Certified Coach). / 25 años CFO,CEO. Co fundador del Grupo Sintax Logistica.
Excelente artículo Jordi!!!. Lo voy a compartir me parece muy potente.
Un cuento muy bonito, gracias por compartirlo!
Excelente articulo Jordi.. me encanta!
Excelente artículo, le veo aplicaciones a esta historia en varios ámbitos de las vida, voy a compartirlo y creo que guardaré la historia para utilizarla en la enseñanza.
Sr. Jordi excelente artículo una historia que no lleva a la refelexión, voy a compartirla. Un gran abrazo.
Excelente fábula, Jordi, con un mensaje bien claro: “ Si queréis que vuestro amor dure para siempre, volad juntos pero no atados” aplicable en todos las relaciones que uno establece en la vida, tanto personales como profesionales.
Molt bona aportació, crec que és una interessant reflexió sobre relacions humanes
En este tipo de relaciones, lo mas importante es actuar sobre el medio de la persona que deseas fidelizar, enriqueciendo su entorno (mejores condiciones de trabajo, nuevos equipos, reconocimiento a la labor, etc.), que hacerlo sobre la persona («amarrarlo» con un contrato o estableciendo nexos personales con invitaciones a almuerzos, etc.)
Jordi, es una muy bella historia. Lástima que además sea también muy vieja. Y eso quiere decir que a pesar de haberla oído muchas veces, normalmente no hacemos nunca caso. Ni en la vida privada, ni mucho menos en la profesional, solemos ser capaces de dejar volar a nuestro lado a nadie más, ya sea por exceso de celo protector, ya sea por miedo a que vuele más alto que nosotros.
Pienso que, además de maravillarnos con la historia, deberíamos esforzarnos en aplicar la lección.
Texto original:
Jordi, és una molt bella història. Llàstioma que a demés sigui també molt vella. I això vol dir que tot i haver-la sentit moltes vegades, normalment no en fem mai cas. Ni en la vida privada, ni molt mens en la professional, acostumem a ser capaços de deixar volar al nostre costat a ningú més, ja sigui per excés de zel protector, ja sigui per por de que voli mes alt que nosaltres.
Penso que, a mes de maravellar-nos amb la història, hauriem de esforçar-nos en aplicar la lliçò.
Este artículo me ha encantado, me ha hecho darme cuenta de que tienes que dar espacio a las personas, de que no tienes que «atarlas» a ti siempre.
«Si quereís que vuestro amor dure para siempre, volad juntos pero no atados»
Excelente articulo Jordi. Muchas gracias por tu aportacion, es imprescindible ponerlo en practica tanto en la vida privada como en la profesional. Saludos.
Excelente, sencillo y contundente; Gracias x el post;
Algo tan obvio que la mayor parte de las veces no caemos en la cuenta; en todos los ámbitos vitales, sin egocentrismos, lo más importante es uno mismo, si existe sumisión o subordinación aún de forma voluntaria, al final uho se convierte en una proyección «corregida» o no, del otro, se anulan sus virtudes y nunca se desarrollan, sin embargo uno se convierte en lo que el otro quiere, no en lo que uno quiere…