Ilumina tu vida con valores, por @jordicollell

Las organizaciones humanas y las empresas no son todas iguales. Esta semana que dejamos atrás hemos tenido la oportunidad de trabajar la marca personal con directivos de una compañía que ha sido diversas veces elegida Great Place To Work. Una de las cosas que más me chocó con respecto a otras empresas fue el orgullo que transmitían los participantes de pertenecer a la organización. Su manera de actuar los convertía de hecho en embajadores de la marca.

Ilumina tu vida con valores

Las empresas que cautivan a sus empleados son empresas con grandes valores. Y del mismo modo las personas que además de ser conocidas y reconocidas se convierten en memorables, se graban en la memoria de los demás porque también son portadoras de valores potentes.

Pero hoy no hablaré de empresas si no de personas.

Los valores son el faro

En la vida pasamos momentos de calma y de tempestad, momentos felices y amargos. La vida tiene siempre una de cal y otra de arena. Los momentos bajos refuerzan el carácter y cuando han pasado nos convertimos en mejores personas, más fuertes y más sabias. Pero también puede suceder lo contrario y que un momento bajo nos hunda en la tristeza, la depresión y no levantemos cabeza.

Que suceda una cosa u otra depende de los valores que tengamos. Cuando un barco atraviesa un banco de niebla en el que no se ve más allá de unos pocos metros hace sonar la sirena para evitar colisionar con otro buque. Del mismo modo cuando atravesamos momentos de confusión e incertidumbre los valores nos indican el camino que nos hemos propuesto seguir.

Los valores no se improvisan. Todos somos portadores de valores y de contravalores y es importante que los descubramos, los ordenemos y los incorporemos de manera consciente a nuestro día a día.

Detectar los valores

Detectar los valores forma parte del proceso de autoconocimiento y con el tiempo pueden cambiar y se pueden ampliar. Nos permiten saber como vamos a dirigir nuestra vida.

Nuestro sistema de valores se refleja en el día a día en la manera como tomamos las decisiones y nos sentiremos mejor o peor en función de cómo estemos alineados con ellos.  Nos proporcionan seguridad, coherencia, equilibrio y madurez. Es por esto que nos ayudan a entrar en el corazón de los demás para ser recordados.

En los momentos de crisis, tanto personal como en las organizaciones, es importante tener a punto el sistema de valores porque tendemos todos al egoísmo y corremos el riesgo de tomar decisiones incorrectas.

¿Cómo podemos detectar nuestro sistema personal de valores?

  1. Busca un momento de calma y un lugar tranquilo. Y ten algo con que escribir, libreta, Tablet o similar.
  2. Piensa en aquellas cosas que son esenciales en nuestra vida y prepara una lista. Sin pasarte en extensión porque el exceso nos hará perder visión. Amistad, amor, familia, solidaridad, trabajo, creatividad…
  3. Ordénalos de más a menos importante para ti.
  4. Señala cual es el contravalor en el que corres el riesgo de caer si te despistas.
  5. Escoge los diez más importantes y críbalos sucesivamente hasta que queden cuatro.
  6. Guarda la lista y revísala al cabo de una semana. Mira si los sigues compartiendo y en que situaciones cuotidianas te resultan más válidos y aplicables.
  7. Revisa tu vida de acuerdo con tus valores. Si no la vives en coherencia con ellos trabaja lo que puedes cambiar: hábitos, maneras de relacionarte con los demás, diálogos contigo mismo, creencias o comportamientos.
  8. En las decisiones importantes revisa tu lista de valores y mira si lo que vas a hacer está alineado con ellos o no. Actúa en consecuencia.

Todos tenemos valores

Todos tenemos valores. En mucha literatura de autoayuda se ha tratado de poner los valores como algo, de facto, desfasado. Se habla de la importancia de los acontecimientos porque nada pasa por casualidad. Bajo esta última óptica, como dice una buena amiga, se suele esconder la incapacidad de algunas personas para justificar lo injustificable y una conducta terriblemente egoísta, muy alejada de los objetivos de la marca personal. Los valores nos alejan del egoísmo y nos acercan a los demás.

Y volviendo al principio, las empresas con un sistema de valores potente acaban convocando colaboradores que los comparten, los incorporan a su autoconocimiento y se distinguen de sus competidores.

Feliz semana.

Imagen: Pixabay

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