La ciencia avanza que es una barbaridad. Los últimos avances en neurología han dado pie a la neuro ciencia y con ello todo un mundo de neuro posibilidades con el neuro marketing. Si estudiamos, entendemos y aprendemos algo de inteligencia emocional y conocemos (y nos creemos) los últimos neuro descubrimientos tenemos ante nosotros un sinfín de soluciones y posibilidades para intentar ser mejores.
Sí lo se; otra vuelta de tuerca. ¿Y por qué no? Esto significa que el personal branding no tiene tope, está en pleno proceso de crecimiento y carece de límites.
Desde Goleman y su Inteligencia Emocional muchos divulgadores –que no científicos- han ido transmitiendo para los neuro ignorantes –que lo somos casi todos- conceptos de fácil aplicación a nuestras marcas personales.
Hemos aprendido, por ejemplo, que los dos hemisferios cerebrales son diferentes: actúan como zonas totalmente contrapuestas de nuestro ser; el derecho es el creativo, divertido, imaginativo, impulsivo y soñador y el izquierdo el racional, el sereno, el matemático, el reflexivo.
Es importante saberlo, pero mucho más saber para qué sirve saberlo; para empatizar. Adivino desde qué hemisferio cerebral me habla mi interlocutor y así consigo establecer con él una comunicación en el mismo canal. Zas!, relación hecha, conexión realizada. Es todo un adelanto.
Por otra parte, desde la neuro logía va y nos cuentan que el cerebro no es estático e invariable, sino plástico. O sea, que de nada sirve ya decir… es que soy así, qué le voy a hacer… No, ese cuento ya no sirve. La plasticidad del cerebro significa que podemos hacerle cambiar. Si nos consideramos pesimistas, basta con mentalizarlos y entrenar a nuestro cerebro para que la plasticidad como cualidad lo moldee de nuevo y se comporte con optimismo.
Realmente esto es sólo el principio. Las aplicaciones de la neuro ciencia a las marcas personales son muchas, e infinitas. Para empezar, tomar conciencia de que no hay nada que no podamos conseguir. Y eso es mucho, mucho decir.
En soymimarca lo sabemos, y por ello estamos aplicando a nuestros conocimientos y nuestra experiencia todo aquello que puede hacer de las personas.
Pablo Adán Micó. Consultor de marketing y estrategia personal. Docente y conferenciante de Habilidades Directivas y Sociales, Marca Personal y Liderazgo para empresas, centros de formación, universidades y escuelas de negocio. Autor de «Cómo ser una Persona Influyente», «El Reto, estrategia personal para tiempos de incertidumbre» y «SOS tengo un jefe tóxico», entre otros.
Hola Pablo,
Muy, muy interesante este tema, y muy de actualidad, aunque tengamos por medio a los «neuroescépticos», el aprovechamiento de la inteligencia emocional es una realidad. No es algo que surja nuevo y se este experimentando, es algo ya con mucho fundamento y con una base de años y años de estudio, recuerdo un curso sobre ventas hace más de una década donde ya hablábamos sobre PNL (programación neurolingüistica), por tanto estaremos usando recursos muy contrastados. Me alegro, Pablo, que soplen aires nuevos también en este campo, la buena gestión de las emociones es muy importante en muchos aspectos de nuestras vidas y poseer buenas herramientas para ello es una ayuda estupenda.
Gracias Ignacio por tu aportación y tu opinión en la línea del artículo. No se le pueden poner puertas al campo, y menos a las perosnas !
Hola Pablo. 2011 ha sido un año importante ya que, entre otras cuestiones, descubrí dos cosas claves a nivel personal. Por un lado cayó en mis manos un semanal de «El País» que incluía una entrevista al bioquímico y quiropractico, Joe Dispenza, en la que hablaba de la neuroplasticidad (que algo me sonaba, pero a Ciencia ficción). Casi al mismo tiempo, en un curso de inteligencia emocional cogí al vuelo un concepto en el que no se hizo mucho hincapíé, pero que a mí, con los pocos datos que se dieron, ya me tuvo «rendida a sus encantos»: la marca personal.
Descubrir que, como cantaba Kiko Veneno, «la Coca Cola siempre es igual pero yo no, yo puedo cambiar» y que «yo también tengo mi fórmula secreta», ha sido muy valioso a nivel personal y profesional.
Posteo una de las muchas perlas de la entevista a Joe Dispenza: «Cambiar es conectarse a un sueño, creer en el futuro cuando todavía no se puede percibir con los sentidos».
Un saludo.
Muchas gracias Mercedes. Sin duda es un gran descubrimiento, seguiremos creyendo en el futuro