La seducción es un atributo de nuestra marca personal, sin rubor ni pudor y en el sentido más literal. Seducción, atracción, influencia y persuasión van cogidos de la mano.

Wikipedia, siempre a mano cuando la necesitamos, define la seducción como «el acto de inducir y persuadir a alguien con el fin de modificar su opinión o hacerle adoptar un determinado comportamiento según la voluntad del que seduce. Aunque suele emplearse para referirse a intentos de conseguir interacciones de tipo sexual, se emplea también en español para referirse a intentos de atraer, físicamente o a una opinión”.
La seducción como otras formas de comunicación que persiguen ejercer influencia sobre los demás se asocia en algunos casos con engaño o manipulación y que así sea depende de cada cual y de sus valores, como casi todo en la vida.
Nuestra marca personal es seductora por definición porque su objetivo final es que seamos los elegidos en cualquier circunstancia y en cualquier situación.
Que los demás se fijen en nosotros y nos escojan depende lo que queramos, de cómo queramos conseguirlo y de cómo lo contemos. Depende también de lo que seamos capaces de transmitir sobre nosotros mismos, de nuestra autenticidad, de nuestra coherencia.
Relato e imagen personal son muy importantes en el proceso de seducción. Seducimos cuando damos el primer paso y nos acercamos en solitario y a pecho descubierto a nuestro objetivo y también lo hacemos cuando los demás viene a nosotros interesados por lo que hemos dicho o hecho y alguien nos ha recomendado. El marketing de atracción es una forma avanzada y potente de seducción.
El seductor que engaña es galán de una sola noche porque seguro que no repite y, como las voces corren, su reputación se hunde. La marca que vende humo se volatiliza y se convierte en irrelevante. Las redes sociales y la vida en general están llenas de seductores a punto para echarnos el anzuelo, estar alerta y tener una idea clara de cuales son los límites, información y valores, son las mejores armas para desactivarlos.
Una marca personal potente y bien gestionada tiene armas poderosas de seducción en cada uno de sus atributos, y es capaz de conquistar el corazón más duro. Una marca blanca solo conquista el bolsillo. Si queremos seducir no seamos nunca marca blanca.
Asesor de marca personal y socio de Soymimarca / Profesor Asociado en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) y Director del Posgrado en Personal Branding en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) / Economista (UAB). / PDD & MBA (IESE Business School & The University of Chicago). / Coach titulado (University of Texas, Dallas). Miembro de AECOP. / Miembro certificado de la International Coach Federation ( Associate Certified Coach). / 25 años CFO,CEO. Co fundador del Grupo Sintax Logistica.
Un post muy acertado. Creo que la seducción es mucho más que un mero atributo de la marca personal. Una marca personal no es una herramienta de marketing, es un proceso contínuo de seducción del Mundo. La marca se puede diseñar desde el marketing pero también desde la estrategia de seducción cientifica que Mario Luna recoge en sus libros. Para mi la mejor forma de crear una marca personal es la combinación de ambos enfoques.