Cuando la política nos apasionaba y pasábamos horas y horas charlando con la familia, en el trabajo, con los amigos y cualquier momento robado al tiempo, era bueno.
Cuando aumentábamos el volumen de la TV o de la radio, para oír las declaraciones de alguno de ellos, los políticos.
Cuando un discurso nos conmovía, cuando las frases tenían un significado, cuando ellos eran como nosotros y intentaban solucionar los problemas reales, puede que más locales y no tan globales, pero aportaban soluciones.
Cuando los debates parlamentarios estaban llenos de aportaciones, de propuestas positivas para construir un país que salía de una época oscura, casi de la Edad Media y todo estaba por hacer.
¿Cómo se inicio esta brecha actual entre la política y nosotros? ¿En qué momento dejamos de creer en la política, en los políticos? ¿En qué momento ya no eran como nosotros? ¿En que momento dejaron de conmovernos sus palabras? ¿Cuándo perdieron la ilusión? ¿Cuándo la perdimos nosotros? ¿Cuándo las elecciones en un país que estuvieron prohibidas más de 40 años, se convirtieron en una cita rutinaria? ¿Quién fue el primero que dijo “todos son iguales”? ¿Por qué el color gris y la mediocridad parecen haberse apoderado de ellos? ¿Dónde hemos escondido nuestras reivindicaciones, nuestra rebeldía, nuestra ilusión por cambiar las cosas.
Desde Soymimarca queremos reivindicar, queremos pedir a todos, que hagamos un esfuerzo para regenerar democráticamente nuestra sociedad, lo necesitamos urgentemente, con nuevas formas, nuevas estructuras, nuevas fórmulas hasta puede que, más allá de los partidos.
Queremos líderes sólidos no mesiánicos, que tengan muchas ganas y mucha ilusión, que hablen nuestro lenguaje, que dimitan y/o asuman responsabilidades si su gestión es errónea, mala o mediocre, cómo cualquier hijo de vecino.
La democracia nos necesita a nosotros y a ellos, formando un equipo, unidos para entrar en una nueva sociedad 2.0 donde los contenidos, el discurso, el relato adquiere, más que nunca, una gran importancia.
Para finalizar, os dejo con uno de los mejores discursos políticos hasta el momento, disfrutadlo:
[youtube]http://youtu.be/he26DAbk3Sw[/youtube]
Neus Fornells. Periodista. Consultora de comunicación y 2.0. Actualmente Directora de Comunicación en Numintec y anteriormente Community Manager en Soymimarca. Especializada en la comunicación política pues durante 20 años ha trabajado en el Parlament de Catalunya, Ajuntament de Vilanova i la Geltrú, Generalitat de Catalunya i Institut Ramon Llull.
Buenos dias. Es una visión fantástica de lo que está sucediendo. El desencanto por la política entre los jovenes. Lo poco que nos saben transmitir en este momento nuestros políticos.
El desinterés generalizado de la gente por todo esto que nos sucede y que tiene una importancia brutal.
Reportage muy bueno.
Muchas gracias Ana por tu aportación, el concepto del desencanto, me lo apunto!
Gracias por este apasionante post. Comparto plenamente la decepción que los políticos (que no la política en sí) ha venido causando en los últimos años en la sociedad en general, y en mí en particular.
Precisamente porque creo en la necesidad de la política, entendida como lo que nunca debío dejar de ser: servicio al ciudadano, no he renegado de ella sino de la casta política imperante.
Precisamente por eso, para regenerarla, pero respetuosamente desde dentro, de acuerdo con el marco legal y constitucional, hace unos años que unos cuantos valientes creamos un partido político, emanado directamente de la sociedad civil, utilizando internet para conectarnos, y deseando devolverle a la política lo que muchos políticos deshonestos e inútiles le habían quitado: su respetabilidad.
Precisamente porque nos interesa la política, pero no los políticos profesionales; la política debería estar gestionada por ciudadanos, por profesionales, que dedican una parte de su tiempo a la política, que no la convierten en su profesión eterna.
Creo sinceramente que estamos en un punto de inflexión político, están surgiendo nuevas iniciativas, nuevos métodos, nuevas formas, nuevas ideas, desde la sociedad. Algunos las canalizamos a través de los partidos políticos, tratando de entrar en el sistema para regenerarlo; otros pretenden hacerlo desde fuera, con movimientos como el 15-M, de difícil organización, pero todos nosotros compartiendo similares fines.
Un cordial saludo,
Luis Fernández del Campo
Gracias Luis por seguirnos y por tu aportación.
Es muy interesante el concepto: políticos profesionales ¿si? ¿no? ¿Profesionales que un día dejan su empleo para dedicarse a la política con todo lo que luego representa? ¿Si vosotros que habeis creado un partido político teneis la opción de entrar en las instituciones, dejareis vuestros empleos?
seguimos…
Pues sí, Neus. Nuestros representantes en las instituciones (varios ayuntamientos, Parlament de Cataluña), no van a estar toda la vida dedicados a la política, lo llevamos recogido en nuestros propios estatutos.
Los empleos se dejan por excedencia forzosa mientras se desempeña cargo público. Después, de nuevo cada uno a su trabajo. Nosotros predicamos con el ejemplo.
Gracias por el artículo, Neus.
Por mi parte te diré que a mi me sigue emocionando, y no dejo pasar nunca una oportunidad de poder hablar de política.
Además pienso que si, realmente estamos interesados en lo que nos rodea, no podemos mantenernos distanciados de lo que ocurre en la política, pues eso querrá decir que, no estamos tan interesados.
Los cambios se hacen desde la calle, y no forzosamente acudiendo a manifestaciones, que puedan tener mayor o menor relevancia, sino debatiendo con nuestros vecinos y compañeros y acercando opiniones que luego se pueden transmitir en un boto hacia un lado o hacia otro.
Porque, de todas formas, y en contra de lo que estamos viviendo en estos últimos años, con tantos temas de corrupción y demás, creo que nuestros políticos, o al menos una gran parte de ellos, intenta hacer las cosas lo mejor que sabe, y quiere lo mejor para su país, su región o su pueblecito, y cada día, de una u otra forma, lucha por ello.
Por esto, yo no he perdido la ilusión por la política, y aunque en muchas ocasiones me sienta decepcionado o frustrado, aún me emociono cuando hablo de política.
Muchas gracias de nuevo por el artículo, Neus, y espero que este sea el primero de muchos en Soymimarca.
Un saludo.
Muchas gracias Andrés. Totalmente de acuerdo con lo que dices. La política nos sigue haciendo vibrar y no es bueno generalizar, pues hay políticos que también intentan cambiar las cosas, como buenamente pueden. Tenemos que seguir debatiendo, hablando, proponiendo, discutiendo, construyendo sobre política….porque en el fondo ¿quien no quiere una sociedad mejor?
Felicidades por estas tus palabras de ánimo, de rebeldía, de grito… De romper el silencio.
Realidad clara y concisa de los tiempos en los que vivimos. Si vendas en los ojos que nos impidan ver la cruda realidad de una política y políticos a la deriva.
Palabras las tuyas que todos, sin excepción, deberíamos hacer nuestras para hacernos oír en estos tiempos de incertidumbre, de no saber hacia donde vamos, de poner la radio cada mañana al despertarnos y escuchar perplejos la última decisión de esos llamados dirigentes.
Enhorabuena por ese suspiro de fuerza y optimismo que nos brindas para que todos, de una forma u otra, nos convirtamos en caballo de batalla para conseguir una sociedad diferente, una sociedad con un relato, como tu bien dices…
Saludos,
Muchas gracias Luis por tus bellas palabras. Entre todos podemos conseguirlo.
¿Queremos Pepiños Blancos, Montillas, Pajines, y similares, que nunca han trabajado por cuenta propia o ajena, fuera del partido? Yo, NO.
Yo quiero políticos que sepan lo que hacen, que tengan carreras universitarias, que sepan lo que es trabajar al frente de una empresa, o por cuenta ajena, y que tengan una profesión a la que regresar cuando acaben su compromiso con la sociedad.
La profesionalización de la política nos ha llevado a crear una casta alejada de la realidad de quienes pretenden administrar.
Sí, soy absolutamente partidario de que la política sea vocacional, y para servir a los demás, porque somos los demás quienes les pagamos el sueldo.