¿Hay alguna relación entre el pescado y la empleabilidad? Tanto uno como la otra mantienen su valor mientras están frescos y expuestos al público.
La empleabilidad es un bien perecedero a menos que se disponga de un conservante que permita mantenerla viva a lo largo del tiempo y de las inclemencias coyunturales y estructurales. Cuando se sale del mercado de trabajo se entra en una fase de pérdida rápida de frescura y como sucede con el pescado se produce un reemplazo en el mostrador y se pasa a la situación de olvido.
En los séniores, en los mayores de 45 años, esta situación es más flagrante porque de entrada ya no se les percibe como pescado fresco si no como congelado, en algunos casos de calidad indiscutible pero congelado.
Según el VII Informe Mayores de 45 años en el mercado laboral elaborado por la Fundación Adecco , que corresponde al primer semestre del año 2015, el principal hándicap que dificulta la reincorporación de los séniores al mercado laboral es la edad, la madurez, que genera en las empresas estereotipos y perfiles poco amigables entre los que destacan la sobrecualificación que puede inducir a una demanda de mayor remuneración que en otros segmentos más jóvenes, la falta de preparación en algunos temas comparado con profesionales más jóvenes y la suposición de menor flexibilidad para hacer horas extra y viajar.
Los prejuicios son opiniones elaboradas de algo que se conoce poco o mal, suelen ser negativos, fomentan la división entre personas y la discriminación y acaban creando estereotipos. Son malos pero ahí están y como no podemos ignorarlos la acción más práctica es tratar de desmentirlos.
La visión de los séniores que se tiene desde muchas empresas no es más que un estereotipo.
El informe de Adecco indica también algunos frenos personales que lastran las oportunidades laborales de los séniores: La no adaptación del currículum para cada oferta ya que se utiliza uno genérico para todas; el derrotismo o creencia a ser descartado antes de hacer una entrevista; la no utilización de Redes Sociales y la falta de preocupación por llenar los tiempos prolongados de inactividad con ocupaciones que enriquezcan su currículum.
Para mantener fresca la empleabilidad hay pues que romper el estereotipo y eliminar las barreras personales que la cercenan. Es necesario tener la capacidad para darse a conocer, distinguirse entre la multitud, ejercer una influencia positiva en los demás y destacar en algún aspecto o dicho de otro modo ser relevante de modo que no haya ni dudas ni excusas para ser elegidos.
La experiencia, el conocimiento de la vida en todas sus facetas, el camino recorrido, los éxitos y los fracasos son los impulsores, las palancas, para mantener en movimiento la empleabilidad de un sénior y generan un relato que hay que completar con nueva formación y con la reformulación de su misión para adaptarla a las nuevas circunstancias.
Un sénior que gestione eficientemente su marca personal, que sepa comunicar su propuesta de valor y su propósito y que sepa estar de manera activa en las redes sociales tiene mayores posibilidades de volver a entrar en el mercado de trabajo.
La gestión de la marca personal no tiene edad pero a partir de los 45 es imprescindible.
Asesor de marca personal y socio de Soymimarca / Profesor Asociado en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) y Director del Posgrado en Personal Branding en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) / Economista (UAB). / PDD & MBA (IESE Business School & The University of Chicago). / Coach titulado (University of Texas, Dallas). Miembro de AECOP. / Miembro certificado de la International Coach Federation ( Associate Certified Coach). / 25 años CFO,CEO. Co fundador del Grupo Sintax Logistica.
1 comentario en «¿Eres pescado fresco o pasado?, por @jordicollell»