Nuevo reto para RRHH: Conectar la marca de la empresa a las marcas personales

El domingo pasado fue día de elecciones en Catalunya, un día histórico porque todas las jornadas electorales, con independencia de quien sea el ganador, son históricas y marcan un nuevo hito en el camino de la democracia y la gobernabilidad. Esperemos que también la marca personal del país, los países, los estados y las naciones también tienen su marca personal, salga reforzada y seamos una opción preferente en esta época de crisis económica y de desconfianza en general.

Con la vista y los oídos inmersos en la contienda acabo de abrir cerca de la medianoche el correo y me he encontrado con la sorpresa de un mensaje de Didier Erwoine anunciándome su nuevo artículo “Conectar la marca de la empresa a las marcas personales”. Didier Erwoine es belga y pionero en su país en el desarrollo, reflexión y difusión del concepto de marca personal centrado sobre todo en el interesante camino de acompasar las marcas personales con sus homónimas corporativas. En su perfil de LinkedIn incluye una bonita presentación en francés que vale la pena leer con atención.

Destaco de su nueva aportación algunos aspectos que pueden ser de nuestro interés y que nos aportan elementos para la reflexión.
Hubert Rampersad, autor que Erwoine cita con frecuencia y del que hablaremos un día no lejano, estima que la relación Marca Corporativa / Marca Personal debería primar sobre la relación Marca Corporativa / Cliente porque es a través de un personal fuerte y motivado que el cliente queda finalmente satisfecho.

Para proceder a ajustar las marcas personales de los colaboradores y la marca de la empresa nos expone una vía de trabajo que resumo y relanzo para animar una discusión:

Enlazar las marcas personales y corporativas no es una terea fácil y puede dar lugar a situaciones de difícil compatibilidad. Rampersad propuso en su día, 2008, realizar una “entrevista de ambición” para verificar la armonía o la contradicción entre las marcas de las partes y en el caso de una divergencia profunda parece apuntar que lo mejor es separarse amistosamente aunque en el caso de una compatibilidad parcial el individuo deberá desplegar su marca personal en otros canales complementarios como tener otra actividad profesional independiente, a través del voluntariado o mecenazgo de competencias o vía el compromiso ciudadano lo que no siempre es fácil o posible.

La transparencia es otra situación que puede crear dificultades en la conexión de las marcas personales y corporativas y un buen ejemplo es el individuo que quiere mantener o acceder a cualquier coste a una determinada función puede tener la tentación de acomodase a ultranza y alienar su marca personal. Hay que asegurarse de que la compatibilidad no sea ficticia.
La alternativa que nos propone Didier es analizar las marcas personales a partir de varios criterios como talentos, habilidades, ambición y objetivos, valores, imagen entre otros y orientarlos bajo un aspecto que esté en concordancia con los valores de la empresa. De este modo un trabajador podría convertirse en embajador de un valor de compañía en particular mientras que otro podría escogerse para representar a la empresa en la página de internet . Imaginemos un vídeo colgada de la pestaña “empleo” o ´”únete a nosotros” en el que un colaborador hablase de su integración y sus objetivos…

Más que soñar en que un trabajador pueda concordar con todos los aspectos de la marca corporativa, por qué no considerar que represente de una manera muy particular uno de ellos. Visto globalmente habría una suma de excelencias que unidad las unas con las otras formarían un todo coherente y más eficiente que una suma de marcas idénticas supuestamente fieles a la compañía. La riqueza de un sistema nace de la diversidad de sus elementos.

La integración de las marcas personales se podría garantizar por la figura de los “manager-coach” cuyo objetivo sería hacer emerger los talentos particulares de sus colaboradores, que no son ni más ni menos que la base de sus respectivas marcas, rodeándose de un equipo con perfiles complementarios y el “gestor de marcas” que aseguraría la coherencia de las marcas personales con la marca corporativa. Este branding manager tendría una visión global que le permitiría orientar a los manager-coach y a los departamentos de la empresa sobre los equilibrios a conseguir para cuadrar los perfiles individuales con las necesidades de la marca corporativa.

Al final la gestión de las marcas acabará siendo una auténtica apuesta para un departamento de “Recursos Humanos” que deberá desarrollar las herramientas para conectar las marcas personales con la marca corporativa. Un cambio radical de visión y de función ¿ o no?.
Una vez más se abre el turno de palabras. Feliz semana.

Jordi Collell / Personal Branding Coach / soymimarca

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