Y ahora… ¿qué hacemos?

Las elecciones han pasado. Ya tenemos el cambio que tiene que devolver la confianza de los mercados. Ayer los mercados seguían castigando las bosas y la deuda, como anteayer, como hace un año. Hagamos lo que hagamos no hay salida, esto no hay quien lo pare y nos dicen que lo peor todavía no ha llegado. ¿Y ahora qué?

A estas alturas ya tengo elementos bastante fiables para empezar a creer que individualmente poco podemos hacer para que la economía remonte y las aguas vuelvan a un cauce lo más parecido al normal porque parece ser que no volveremos a estar como antes. Y el recurso que todavía nos quedaba, votar, ya lo hemos utilizado.

Veo sensación de miedo y está justificado porque seguro que vamos a perder algo y todavía no sabemos qué es. El paro aumenta y nos pone en cabeza de un triste ranking, se recortan salarios, se rebajan servicios y se anuncian más medidas a definir. A pesar de lo que nos está cayendo el grifo sigue dando agua cada vez que lo abrimos, el metro funciona y nuestros hijos siguen yendo a la escuela. La vida sigue.

Nietzsche decía que todo lo que no acaba con un individuo lo hace más fuerte

Si, por el momento, no podemos cambiar este entorno hostil porque no depende de nosotros quizás vale la pena buscar que es lo que podemos cambiar para tener nuestra vida encauzada y con sentido. Nietzsche decía que todo lo que no acaba con un individuo lo hace más fuerte.

Posiblemente hasta ahora hemos tenido muchas cosas aseguradas, sobretodo las relacionadas con nuestra salud, educación, jubilación… y hemos tenido la suerte de contar con un flujo de ingresos que, mejor o peor, nos ayudaban a cubrir el resto de necesidades. Nos hemos convertido en dependientes y no nos hemos de culpabilizar por ello ni dejar que otros lo hagan, pero debemos tomar consciencia de que parte de lo que teníamos seguro se va a acabar. Y podemos aceptarlo sin hacer nada o actuar en consecuencia.

Vivir para verlas venir reaccionando según se vayan produciendo los acontecimientos nos seguirá alimentando la inseguridad, el miedo y el stress frente a lo que está fuera de control.

Los cambios y las mejoras no vendrán del exterior o si lo hacen pueden llegar tarde. Identificar las zonas de nuestra vida en las que podemos hacer algo, definir que queremos hacer y trazar un plan para conseguirlos alimentará nuestra vida de sentido, seremos nosotros los que iremos abriendo camino y volveremos a sentir confianza en el futuro.

Y en esto consiste tomar el control de la marca personal. En ser proactivo y no vivir a remolque de los acontecimientos, en saber que nosotros tenemos la capacidad para ir dirigiendo nuestras vidas donde queramos y no donde nos lleven los acontecimientos, en hacernos más fuertes para poder hacer mejores a los demás.

¿Te atreves a escoger?

Jordi Collell / Coach y Asesor de Marca Personal

0 comentarios en «Y ahora… ¿qué hacemos?»

  1. Crisis de la sociedad postmoderna (aplicable a los EEUU a finales de los años sesenta):

    «Estamos disasociados de la experiencia real, vivimos en un vacío, por lo tanto,nos sentimos inseguros, y consecuentemente por elso nos encontramos en peligro de caer en el aburrimiento, y por eso nos encontramos en un estado muy grave de salud mental, que unicamente superamos mediante una rutina para no tener que afrontar este aburrimiento y esta vanidad de nuestra relación con el prójimo y con nosotros mismos, así como con la abstracción de nuestras experiencias».

    Creo que el individuo no puede establecer estrecha relación con su humanidad en tanto que no se disponga a transcender su sociedad y a reconocer de que forma ésta fomenta o estorba sus potencialidades humanas. Si le resultan «naturales» las prohibiciones, las restricciones y la adulteración de sus valores,es señal de que no tiene un conocimiento verdadero de la naturaleza humana.»

    (Erich From, «Patología de la normalidad»)

    (versió catalana)

    Crisis de la societat postmoderna (aplicable als EEUU a finals dels anys seixanta):

    “Estem disassociats de l’experiència real, vivim en un buit i, per tant, ens sentim insegurs, i conseqüentment per això ens trobem en perill de caure en l’aborriment, i per això ens trobem en un estat molt greu de salut mental, que únicament superem mitjançant una rutina per no haver d’afrontar aquest aborriment i aquesta vanitat de la nostra relació amb el pròxim i amb nosaltres mateixos, així com amb l’abstracte de les nostres experiències.

    Crec que l’individu no pot establir estreta relació amb la seva humanitat en tant no es disposi a transcendir la seva societat i a reconèixer de quina manera aquesta fomenta o estorba les seves potencialitats humanes. Si li resulten “naturals” les prohibicions, les restriccions i l’adulteració dels seus valors, és senyal de que no té un coneixement veritable de la naturalesa humana.”

    Erich Fromm (“La patologia de la normalitat”)

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