¿Cómo se explica que los últimos momentos de una persona puedan dejar una marca mayor que su propia vida? ¿De verdad es tan importante la manera en que nos dejó James Dean, Bob Marley, Marylin Monroe, Jim Morrison o Kurt Cobain?
Creo que descubrí a Amy Winehouse como muchos de vosotros: con Rehab, una de las canciones que más ha sonado en estos últimos años, brillantemente interpretada por una Winehouse que pisaba fuerte con «Frank», su primer disco.
Pero para mí, amante del jazz, Winehouse me llegó al corazón con la soberbia interpretación del clásico «Round midnight«, una pieza muy difícil de versionar vocalmente y de gran riqueza cromática. Solo algunos de los grandes se atrevieron con esta canción, de entre ellos Charlie Parker, Bobby MacFerrin, Herbie Hanckock, Miles Davis, Thelonius Monk (la versión original), Stan Getz, Betty Carter, Wes Mongomery, Dexter Gordon, Oscar Peterson, Wynton Marsalis…
Winehouse ha muerto. No me importa cómo, eso es cosa de forenses y de la familia. Pero para mí pasará a la historia -a MI historia- como esa artista transgresora (perdón por la redundancia) de cejas interminables que supo entonar como nadie las complejas notas del sublime «Round midnight» con un estilo inimitable, absolutamente eterno.
Las televisiones, prensas, revistas y webs amarillas no se cansarán de mostrarnos la peor cara de la artista, pero para mi Amy Winehouse siempre será un regalo, un placer para los sentidos, una tarde de otoño, ese momento que roza lo perfecto. Descansa, querida. No te pude escuchar en directo, pero quizás dentro de unos años lo consiga.
Guillem Recolons / asesor de marca personal y admirador de un portento llamado Amy Winehouse.
Consultor, formador y conferenciante sobre personal branding.
Socio fundador y Personal Brander en Soymimarca.
Convencido de que todo deja marca, ayudo a humanizar empresas y ayudo a profesionales a proyectar su marca para lograr sus objetivos.
Además de Soymimarca, soy socio en Integra Personal Branding México, y Director de Branding en Omnia Branding.
Profesor en ISDI, en el EMBA de IESE. Publicitario colegiado, master en Mkt y estudiante de grado de Humanidades (UOC).
Mi ADN está formado por experiencias en Tiempo/BBDO, J.W.T., Bassat Ogilvy, Saatchi & Saatchi, Altraforma y TVLowCost entre otras.
guillemrecolons.com
De acuerdo contigo. A mi me pasó algo similiar con Michael Jackson: años de querer mostrarlo como algo raro, enfermo, derrotado, llega en anuncio de this is it, rompe récord de entradas vendidas, y el 26 de Junio de 2009 (luego de morirse), dejó de ser el pedófilo excéntrico, y pasó a ser el rey del pop, el genio del baile y la música.
Los medios son lo peor, como diría el mismo Jackson:
Just because you read it in a magazine
Or see it on the TV screen
Don’t make it factual
Everybody wants to read all about it
Just because you read it in a magazine
Or see it on the TV screen
Don’t make it factual
See, but everybody wants to believe all about it
Muy cierto, es un caso paralelo al de muchos artistas. Mi punto de vista es que un artista es alguien que rompe normas, que piensa de forma divergente, y eso, junto con la fama, el dinero y el stress genera formas de conducta «ilógicas». Pero lo cierto es que esas formas son tan ilógicas como el genio mismo.
Gracias por escribir
Guillem, estoy de acuerdo contigo. Amy ha sido y será una de las más interesantes figuras del jazz y soul, una mujer que se agarraba a la música y que la hacía suya con esas letras que decían tanto de ella.
Fin a los excesos y, por desgracia, a una carrera a la que aún le quedaba mucho que darnos.
Hola Guillem.
Me ha gustado mucho tu visión exclusivamente artística de la figura de Amy Winehouse.
soy un gran admirador de la música de Amy y me repugna el linchamiento del que ha sido víctima. Parafraseando aquel memorable libro, creo que nos encontramos ante «La conjura de los necios» Muchos de los artistas reconocidos a través de la historia han tenido comportamientos que no iban en la línea de la moral predominante en la época y muchas de sus obras de arte están creadas bajo los efectos de las drogas, el alcohol, la locura o el delirio.
La historia del jazz, del rock o de la literatura están plagados de genios atormentados, con una visión de la vida diferente a la de la mayoría de sus coetáneos.
Cuando alguien tiene la sensibilidad para cantar y componer como lo hacía Amy, se puede entender que nos encontramos ante una persona frágil, sola, con gran necesidad de afecto y protección y enferma, para la que el significado de «tenerlo todo» no es aquel que pensamos.
En fín, me quedo con la mejor Amy Winehouse, la de «Stronger Than Me» que tanto me recordara a otra gran perdedora del jazz: Billie Holliday.
Un saludo,
Celestino Martínez.
Lola, toda la razón. La peor parte es precisamente que nos perdemos lo que esta mujer era capaz de dar.
Gracias por escribir!
Celestino, buen símil el de la Holiday, que pasó sus últimos años «casada» con la heroína. Curiosamente, su fama vino cuando ya era consumidora, lo que da que pensar y lo que confirma que, como dices, su visión dela vida no coincidía con la de sus coetáneos.
Tenemos un caso más cercano, el de Whitney Houston, que echó a perder una gran carrera como solista pop acercándose demasiado a la cocaína. Parece que se ha podido rehacer, pero a un precio alto: ha perdido sus cualidades vocales.
Gracias -de nuevo- por escribir
saludos,
Me encanta que podamos ver el lado profundo de las personas, es justamente éso lo que nos hace ser diferentes. Las sociedades están creadas para formar seres estructurados y encasillados, lo cual por un lado está bien, si no, tendríamos unos cuantos entes deschabetados haciendo locuras por el mundo… me incluyo… pero el valor real de un ser, es cuando comenzamos a adentrarnos a ese profundo camino interior que nos muestra tal cual somos y nos hace diferentes.
Tal vez necesitamos ser más desvergonzados y atrevidos, como Amy o Lady Gaga, para que la gente nos recuerde.
Al fin y al cabo, no hay muerto malo ni novia fea dicen por ahí…
Yadyra
Buena reflexión, Yadyra. Es razonable que exista un orden establecido, pero una persona no consigue crear marca propia hasta que consigue romper con algún convencionalismo.
Los que nos dedicamos al branding personal no pretendemos crear «Amy’s», pero sí que tratamos de encontrar el lado más distintivo y disruptivo de cada persona, dotarlo de una buena hoja de ruta y como dirían algunos, «dejar que fluya».
Gracias por escribir.