Ya estamos otra vez en septiembre. La vuelta de vacaciones es un buen momento para hacer balance y preparar el ataque final al año. Yo siempre he creído que lo que no hayamos hecho hasta septiembre difícilmente lo haremos en lo que queda de año; hace años llegué a esta conclusión no por pesimismo si no por pura evidencia práctica y también tengo que confesar que el último cuatrimestre si nos lo proponemos puede ser muy fructífero y provechoso.
Acabo de leer un post en Fast Company que habla de las cosas que estamos haciendo ahora pero que podemos lamentar en 10 años y he pensado que compartirlo y comentarlo nos puede ayudar en este momento de aterrizaje ya casi otoñal.
La vida no para, y entre el desarrollo de la carrera profesional, tirar adelante la familia, buscar los recursos necesarios para vivir y muchas otras cosas más el tiempo pasa que vuela y nos obliga a tomar decisiones sobre la marcha de las que no somos capaces de prever las consecuencias y que, al final, podemos acabar lamentándolas.
Según un estudio de Allianz Life Insurance Company of North America un tercio largo de los americanos lamenta las decisiones más importantes que ha tomado hasta el momento, y si sucede en América también nos puede pasar aquí.
¿Qué cosas podríamos lamentar en un futuro próximo?
El articulista, Gwen Moran, nos señala seis posibles focos de lamentación sobre los que hemos de prestar atención ya que todavía podemos estar a tiempo de evitarlo:
- Abandonar relaciones románticas o amorosas. Fundamentalmente aquellas que nos hubieran sacado de nuestra zona de confort y que nos hubieran obligado a cambios vitales importantes. Relaciones rotas por no haber sido capaces de armonizar nuestra carrera profesional o personal con la de nuestra pareja o, por otro lado, no haber sabido cortar una relación poco fecunda para iniciar otra posiblemente más rica. Se acaba casi siempre lamentando.
- Dejar de lado a los amigos. Por trabajo, obligaciones familiares o por que la vida es simplemente dura cerramos las puertas a los que nos quieren y a los que podríamos incorporar a nuestra vida y al final nos encontramos solos y lo lamentamos.
- El sedentarismo. ¿Ejercicio físico? ¡Ya lo haremos mañana o cuando tengamos tiempo¡ Y los días pasan , el cuerpo se oxida , nos creemos inmortales porque no pasa nada hasta que pasa algo, que no tiene por qué ser fatal, y lo lamentamos.
- La salud. Estamos tan ocupados que no tenemos tiempo para hacernos los controles básicos, compartirlos con nuestro médico y seguir sus indicaciones y puede que lo acabemos lamentando.
- El estrés que nos hace ignorar vivir en presente. Estamos sometidos a muchas presiones de manera constante y sin tregua. Tenemos siempre la cabeza ocupada por mil cosas y nos olvidamos de vivir el día a día con intensidad y acabamos entrando en una carrera hacia el sin sentido y cuando nos damos cuenta lo lamentamos.
- Dejar que el miedo alimente nuestras decisiones. Miedo sobre todo a perder o a salir de lo que conocemos, de las zonas de confort. Estamos, sin darnos cuenta, apegados a tantas cosas que la posibilidad de pérdida de algunas de ellas nos paraliza y nos hace tomar decisiones que a la larga podemos lamentar.
Gestionar nuestra marca personal es un buen antídoto contra las lamentaciones futuras porque nos ayuda a tomar nuestras decisiones en plena consciencia. Si tenemos claro nuestro foco, lo que nos da sentido, nuestra visión y nuestra misión apoyadas por nuestros valores y tomamos las decisiones, importantes o no, bajo su filtro seguro que no tendremos nada que lamentar en el futuro.
Imagen: Pixabay
Asesor de marca personal y socio de Soymimarca / Profesor Asociado en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) y Director del Posgrado en Personal Branding en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) / Economista (UAB). / PDD & MBA (IESE Business School & The University of Chicago). / Coach titulado (University of Texas, Dallas). Miembro de AECOP. / Miembro certificado de la International Coach Federation ( Associate Certified Coach). / 25 años CFO,CEO. Co fundador del Grupo Sintax Logistica.