En 2010 han pasado muchas cosas que merecían el título de «el año de». Pero mi elección es clara.
Y creedme, había otros candidatos más que dignos: el cloud computing, el caso de los mineros de Chile, el caso Wikileaks, la realidad aumentada o las PC tablets al estilo iPad. Pero no tengo ninguna duda de que este 2010 hay que premiar a las personas, las protagonistas de un cambio en la forma de entender el periodismo clásico.
Los ciudadanos nos estamos convirtiendo en periodistas. No en buenos periodistas, solo en periodistas, armados con teléfonos móviles con cámara de vídeo, capaces de «subir» vídeos y fotos a la red a una velocidad de vértigo.
Armados con blogs, capaces de denunciar algunas cosas que posiblemente la prensa clásica consideraría políticamente incorrecto. Fue un bloguero americano quien avanzó una de las teorías de conspiración alrededor de los atentados del 11S en Nueva York: ¿Por qué entre las víctimas de las Torres Gemelas no había ninguna persona de creencia judía?. Aquí tenéis un enlace a notícia de CNN que pone sobre la mesa el aviso previo al atentado que tuvo un grupo de personas.
Armados con redes sociales, pero muy especialmente con la red de microblogging «Twitter«, que ha permitido que ciudadanos de a pie avancen la primicia -con foto incluida- de lo que después ha sido una gran noticia. Pasó en 2008 con los atentados de Bombay. Pasó con el aterrizaje en el rio Hudson de Nueva York. Ha pasado este año que dejamos atrás con, entre muchas otras cosas, los hechos del Sahara.
Antes, digámoslo abiertamente, denunciar algo o a alguien era un proceso engorroso y largo. Ahora basta con «colgarlo» en la red. Esta nueva forma de periodismo recibe diversos nombres: publico, participativo, democrático, de guerrilla o periodismo de calle. La idea que hay detrás de este movimiento es ofrecer información independiente, de confianza, y todo lo precisa que puede requerir un sistema democràtico.
Hablo de personas, no de organizaciones. Creo que el caso Wikileaks es diferente, ya que se trata de una organización, y que la forma de obtener la información es algo oscura. En en vano, su fundador está convencido de que será asesinado nada más poner un pie en los EEUU.
Los ciudadanos, las personas, se están convirtiendo en agentes activos y no pasivos de la información. Hay aplicaciones de smartphone que exponen la valoración de la crítica sobre una obra de teatro y también la valoración del público. Y algo está pasando cuando las opiniones personales cuentan cada vez más.
Las personas están creando marca, están dejando su sello personal en muchas actividades de la vida diaria. Ya nadie quiere ser un número, un empleado o un recurso humano. Todos queremos ser reconocidos, sentirnos diferentes. Todos, muchos aún sin saberlo, apostamos por nuestra marca personal.
Con esto no quiero decir en absoluto que los periodistas se van a quedar sin trabajo. Pero ahí va un consejo: sindicaros a buenos blogs, seguid a un buen número de personas en Twitter y pagad bien por la información. Cada día tendréis más competencia. Los ciudadanos periodistas están creciendo en todas las partes del planeta.
Al final, todos quieren dejar marca. Adiós 2010. Bienvenido seas, 2011.
Guillem Recolons / Personal Brand Strategist / soymimarca
Consultor, formador y conferenciante sobre personal branding.
Socio fundador y Personal Brander en Soymimarca.
Convencido de que todo deja marca, ayudo a humanizar empresas y ayudo a profesionales a proyectar su marca para lograr sus objetivos.
Además de Soymimarca, soy socio en Integra Personal Branding México, y Director de Branding en Omnia Branding.
Profesor en ISDI, en el EMBA de IESE. Publicitario colegiado, master en Mkt y estudiante de grado de Humanidades (UOC).
Mi ADN está formado por experiencias en Tiempo/BBDO, J.W.T., Bassat Ogilvy, Saatchi & Saatchi, Altraforma y TVLowCost entre otras.
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