El vacío que esconde la apariencia

Estos días la prensa se ha hecho eco de las aventuras de un farsante conocido popularmente como «el pequeño Nicolás» que consiguió engañar a presidentes, reyes y empresarios. Muchas veces las apariencias engañan, pero muchas otras convencen. El caso que nos ocupa es de un joven que consiguió introducirse en las capas más altas de la sociedad y de la política con la apariencia como única arma, y lo hizo de manera continuada durante años hasta que fue cazado por un cúmulo de mentiras que desbordó el vaso. 

Os adjunto un artículo al respecto publicado ayer en el diario Expansión del periodista Tino Fernández en que colaboran Guillem Recolons y Andrés Pérez Ortega, y que analiza la fijación de forma sobre fondo de directivos, empresarios y reclutadores.

¿Sabes venderte como el ‘pequeño Nicolás’?

Como en la vida, en el mercado laboral el papanatismo de ciertas empresas, reclutadores o jefes les lleva a fijarse más en los fuegos artificiales de una persona que en su solidez profesional o el valor que aporta.

Francisco Nicolas / apariencias vacías
Fuente: 20Minutos

Francisco Nicolás Gómez-Iglesias, el joven detenido la pasada semana acusado de estafa, suplantación y falsedad en documento público tras hacerse pasar presuntamente por agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), después de haber alternado y fotografiarse con políticos, empresarios, famosos y hasta con el propio rey Felipe VI el día de su coronación, no es sólo una muestra de cómo alguien puede venderse personal o profesionalmente con habilidad. También es un ejemplo de cómo en la sociedad –y por supuesto en el ámbito profesional–, ciertas dosis de papanatismo llevan a fijarse en aspectos que no tienen que ver con la solidez, el valor añadido, la eficacia o la relevancia real. Parece contar mucho más la apariencia, las formas, el envoltorio personal y profesional, o la simple visibilidad.

En el terreno laboral hay quien se dedica a hacer política y tiene como actividad principal salir en la foto. Es evidente que muestran una gran habilidad para ello, pero la cuestión es que muchas organizaciones, además de aceptar esto, lo recompensan. No premian los logros. Quien consigue promocionar allí es un tipo de profesional más visible que sólido y efectivo.

De poco sirve decir que eres el mejor para un puesto si no puedes probar que eres lo que prometes

En el entorno que favorece la aparición de individuos como el pequeño Nicolás, cabe preguntarse si hay expertos porque aparecen en todos los sitios, o están en todos los sitios porque son realmente expertos.

Falsos icebergs

Guillem Recolons, socio de Soymimarca, explica que «hay personajes que consiguen saltarse los protocolos y entrar allí donde se proponen. Utilizan lo que conocemos como labia, buena presencia, pero sobre todo una sensación de seguridad que no admite dudas a quien le acoge. Son falsos icebergs. Se ve lo que flota, pero no hay nada debajo».

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