En pocos días las noticias relacionadas con la marca personal han traído cierta sustancia en lo que a polémica se refiere:
Primero fue Alfredo Vela quien, acertadamente, se preguntaba por qué alguien sin una marca personal correctamente gestionada podía impartir clases de marca personal. Eso generó cierta controversia en las redes sociales, especialmente conducida por personas a las que les hirió la afirmación de Vela. Ayer escribí sobre eso en mi blog personal, destacando que la experiencia siempre es un factor de credibilidad.
Después fue el periodista tecnológico Juan Cabrera, del Huffington Post, quien arremetió contra la marca personal en su artículo «Sombras y mentiras alrededor del personal branding«.
Contrariamente a lo que muchos puedan esperar, voy a dar la razón en casi todo al Sr. Cabrera. En todas las profesiones hay profesionales buenos y malos, y el entorno del personal branding no escapa de un intrusismo creciente, quizás debido a una sensación errónea de que tras ello se mueven ingentes fortunas. También hay muchísimo intrusismo en el coaching y, desde luego, también hay periodistas buenos y malos.
Los que nos dedicamos profesionalmente a la consultoría y/o formación de marca personal tenemos gran parte de culpa de los «ataques» de Cabrera, quizás por no haber explicado con claridad el alcance de nuestro trabajo. Me explico:

Cabrera habla de promocionar nuestra marca y de marketing individual. Y eso, sin duda, es parte del branding personal, pero no todo. Algo no le ha llegado correctamente al periodista, ya que el punto de partida de un proceso de marca personal pasa por entender mejor cómo somos, lo que llamamos autoconocimiento. Seguidamente hay que preguntarse qué queremos ser en unos años y dónde queremos estar, una estrategia personal. Y solo al final de ese proceso hablaríamos de la parte más relacionada con la comunicación, o lo que Cabrera llama promoción personal. Cierto, si no comunicas no existes, así que no hay que avergonzarse y mantenerse en la retaguardia, hay que lanzarse a explicar lo que podemos hacer por los demás.
Reducir a Tom Peters a alguien que dijo que las personas debían promocionarse es quedarse algo corto. Peters engendró la idea del “intraemprendedor” un paso evolutivo del empleado clásico hacia alguien con ideas propias, con iniciativa y con un sentido de la estrategia personal dentro de una organización.
Quizás la mayor confusión del periodista es creer que somos marcas. No somos marcas, tampoco productos. Pero nuestras acciones (e inacciones) dejan marca en los demás, y el personal branding tratará de influir lo máximo posible en que esa marca sea la que deseamos dejar. Nos habla de esclavitud, de que hay que estar en todo momento en todos los foros imaginables y redes sociales. No sé con qué experto de marca personal ha hablado Cabrera, pero creo que se tratará de algún especialista multinivel, de esos de negocios por internet y que están muy lejos de ser alguien puesto en marca personal.
Una vez más, alguien supuestamente bien documentado confunde uno de los medios (internet) con el fin (conocernos, saber a dónde vamos, entender lo que nos hace únicos, nuestra propuesta de valor hacia los demás y darlo a conocer). No es la primera vez ni será la última.
Lo cierto es que el título «sombras y mentiras alrededor del personal branding» prometía un contenido más interesante del que se desprende de la lectura del artículo, quizás por esa costumbre de muchos periodistas de priorizar el titular sobre el contenido. El poso que deja la lectura del artículo es algo decepcionante, se queda uno con la idea de que Linkedin es una cueva de mentirosos, como si no se pudiera mentir en un currículo de papel.
Para acabar, no tengo nada contra Juan Cabrera, soy lector del Huffington y me gustan muchos de sus textos, pero le recomiendo encarecidamente la lectura del último libro publicado en España sobre marca personal: Marca personal para dummies (Planeta), de Andrés Pérez Ortega. Estoy seguro de que si lo lee no escribiría el mismo artículo. Siempre habrá mentiras sobre el personal branding, eso es inevitable, pero también hay verdades.
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Consultor, formador y conferenciante sobre personal branding.
Socio fundador y Personal Brander en Soymimarca.
Convencido de que todo deja marca, ayudo a humanizar empresas y ayudo a profesionales a proyectar su marca para lograr sus objetivos.
Además de Soymimarca, soy socio en Integra Personal Branding México, y Director de Branding en Omnia Branding.
Profesor en ISDI, en el EMBA de IESE. Publicitario colegiado, master en Mkt y estudiante de grado de Humanidades (UOC).
Mi ADN está formado por experiencias en Tiempo/BBDO, J.W.T., Bassat Ogilvy, Saatchi & Saatchi, Altraforma y TVLowCost entre otras.
guillemrecolons.com
En todos los ámbitos encontraremos a gente que quiera encontrar atajos para ahorrar tiempo y esfuerzos. En el caso del personal branding no es diferente. La fase de conocimiento y definición de estrategias es laboriosa y no se puede hacer de la noche a la mañana. Por eso cuando cala la idea de que tenemos que «vender nuestra marca» no es raro que alguien se sienta tentado de empezar por el final.
Quizás le valga a alguno para conseguir una entrevista pero afortunadamente el reclutador no es tonto y no le será fácil averiguar si la marca está erigida sobre cimientos de barro
Excelente metáfora la de los cimientos de barro para definir a «los impostores». Estoy contigo, al final es una cuestión de atajos, pero igual que pasa con el aprendizaje de idiomas, al final no se engaña a nadie. Gracias por escribir!
Muchas gracias por compartir siempre reflexiones llenas de sensatez y conocimiento. Aunque la marca personal no es mi campo pienso que es cierto que han florecido, como en primavera, buenas y malas hierbas también en este sector. Pero tiene más que ver con el afán, por otra parte muy extendido desde antiguo en este país, de tomar cualquier «palabro» de moda, leer un par de libros, escuchar un par de charlas y, sin más preparación convertirse en «experto» (léase los community managers, los gurús de LinkedIn, el coaching… y no sigo porque me canso). Al final aquellos de escasa o nula preparación, terminan buscando otro «campo» para seguir desarrollando su talento (el de embaucar), porque los demás se dan cuenta de su falta de preparación. Es verdad que esto perjudica y mucho a los que hablan (hablamos) desde la experiencia, el conocimiento y la formación. Y pasa en casi todos los ámbitos de las nuevas tecnologías, el marketing o las ventas.
Creo, como tú, que la marca personal va mucho más allá de hacer marketing. Tiene que ver con dejar huella, con cambiarte a ti mismo y a tu entorno, antes de cambiar el mundo.
Al final los buenos permanecen y aportan. Esa es mi esperanza.
Cierto Lola, la primavera es una estación propicia para el crecimiento de todo tipo de hierbas, virus y alergias. Afortunadamente, después vienen los calores de la canícula que queman las hierbas sin base sólida. El problema es que, entretanto, «embaucan» a más de uno. Un saludo virtual y mil gracias por escribir!
De acuerdo contigo Guillem, te copio mi respuesta al autor: Siempre han habido personajes aprovechados y fantasmas. Por suerte online dejan un rastro fácil de desmontar como tiene todos los números el ejemplo que menciona el autor (el poder lo tiene la amiga!).
Creo que el Personal Branding poco o nada tiene que ver con esa situación y otras que se mencionan. Hacerse cargo de nuestra imagen y reputación es un ejercicio de responsabilidad máximo que nos permite desenvolvernos en el nuevo mundo del trabajo estableciendo una base honesta, transparente y rica en contenido para comunicar y conectar.
No hay empleo de por vida y nuestro aprendizaje es continuo. No es estar presente, es ser eficiente, ágil, adaptable. Visible donde nos interesa, localizables en un mundo cada vez más colaborativo e interconectado que ofrece oportunidades para informarse, desarrollarse y demostrar nuestro potencial.
Se valoran los soft skills, difíciles de reflejar en el CV tradicional pero interpretables desde una marca personal única bien fundamentada y desarrollada aprovechando las herramientas online: un artista puede compartir su obra, un escritor sus textos, un experto sus conocimientos, un estudiante sus habilidades y creatividad, un CEO sus valores y reflexiones… Valorarnos a nosotros mismos para que nos valoren en la misma medida. No hay limite donde hay sustancia!
En este contexto los que busquen ‘multiplicar egos y banalizar ideas’ no tienen recorrido y no dejan de ser marcas personales vacías, sin propuesta de valor y mal gestionadas que, como una marca comercial sin fondo y valor real, quedarán desnudas como el Emperador de H.C. Andersen.
Bueno! Gran respuesta Cristina. No sé si te replicará el autor, parece que no es su costumbre. Por otro lado, aun no han autorizado la publicación de tu comentario, lo cual puede deberse a que van relajados o a que ha sido censurado. Felicidades por tu reflexión!
Guillem, sólo hay que esperar a que llegue la próxima moda. Unos mutarán, y otros nos quedaremos.
Eres grande Ricard!Frase sencilla pero definitiva y visionaria. Mil gracias por escribir!
Absolutamente brillante y totalmente de acuerdo Guillem!
Destaco encarecidamente la parte de: «El poso que deja la lectura del artículo es algo decepcionante, se queda uno con la idea de que Linkedin es una cueva de mentirosos, como si no se pudiera mentir en un currículo de papel».
Y es que es así, en cierto modo hay una caza de brujas contra los que creemos en la fuerza y el poder del personal branding, cuando creo que todo es mucho más sencillo, es algo que ha existido de toda la vida y que ahora se la ha puesto un nombre, o al menos así lo veo yo. Pero si considero que es algo de lo que debemos formarnos y aprender constantemente.
Un abrazo!
Bien dicho Alexis! Reducir el personal branding a un CV mal redactado en Linkedin es un ejercicio de simplicidad impropio de un periodista, lo que me hace pensar que también es un intruso de su profesión, ya que parece que no se ha documentado como debiera. Mil gracias por escribir, un abrazo!
Hola Guillem,
Últimamente he leído y he escuchado en tantas ocasiones la expresión Marca Personal (o Personal Branding) que he sentido curiosidad por saber qué es. De todo lo que he leído hasta el momento, lo que a mi parecer, hablando como novata en el tema, es más coherente y se acerca más a lo que yo esperaba encontrar, son comentarios (y blogs, teorías, libros…) como los suyos y como los profesionales que piensan como usted. Es decir, los que se centran en la marca que deja la persona, en sus habilidades, sus puntos fuertes, en lo que se es experto. Y para ser experto tienes que amar lo que haces y disfrutarlo. Sólo disfrutándolo puedes dejar huella en los demás. Y si lo que haces lo disfrutas, difícilmente puedes ser omnipresente en todos los foros imaginables como propone Cabrera. Y sé de lo que hablo, porque de mi desempeño profesional en este momento, gran parte de culpa, la tienen dos profesionales de mi época de estudiante (estoy hablando de hace unos 15 años), y que me marcaron mucho para orientarme hacia donde ahora estoy. Ellas ya tenían su marca personal sin proponérselo. Y actualmente, la profesional que me está marcando para que aún adore más mi trabajo como orientadora-formadora, es mi propia jefa. ¿Cuántos pueden decir eso de sus jefes? Ella también tiene su marca personal, seguramente sin pretenderlo.
Bueno, con todos mis respetos a los expertos, es mi humilde opinión de inexperta en el tema. No pretendo molestar a nadie con mis comentarios, simplemente mi visión es, quizá más humanista, sin pretender que la persona se convierta en producto comercial, sino que se muestre como es, como siente, como piensa, que sea capaz de una introspección y descubra sus puntos débiles y los refuerce para convertirse en una Persona con Marca.
Muchas gracias por tus conocimientos, Guillem.
Creo que estamos muy de acuerdo, María. Te felicito por ese momento que has buscado que te permite apasionarte cada día más por tu trabajo. Es un estadio de autorealización que sin duda te ayuda a ser más feliz. Comparto tu visión humanista del tema. Gracias por escribir!
Yo solo puedo ser testimonio de mi propia experiencia. Firme un contrato con una editorial y me comprometí en el a promoverme en redes sociales para respaldar dicho libro. En menos de un año he podido interactuar con una importante cantidad de personas que han dejado en mi no solo crecimiento profesional sino personal. Yo tengo una vida, un trabajo y justo en este año me han surgido proyectos que es imposible rechazar cuando se ajustan a tu plan de vida integral. Tonta seria si les digo: «perdón no, no soy escritora reconocida, solo tengo un libro», o » no perdón no tengo certificación en marca personal», solo gestiono mi marca. Autores, empresarios me han contactado al ver el crecimiento de mis redes sociales. Y no estoy esclavizada a ellas. Imposible con tres hijas preescolres, un trabajo, un hogar, y un marido. Justo la responsabilidad en que me coloca la confianza que me dan, me ha hecho explorar tres de esas vías «sombrías mágicas» que ofrecen resultados monetarios. Para decirles con certeza a mis clientes eso funciona o no funciona. O funciona de esta manera. Me está costando dinero y tiempo. Pero lo considero un proceso de investigación necesario. Cierto debe uno capacitarse con buenos programas. Pero tampoco puede uno detener la vida hasta que el titulo este en mano. Eso no es practico. Lo honesto es decir lo que somos tal cual y lo cierto es que lo que VENDE son los resultados concretos; no el titulo. Como docente que fui, valoro mucho la instrucción, como empresaria, vendedora, mujer práctica se que mucho se hace, aprende y perfecciona sobre la marcha. Si dios me hubiera dicho…no puedes aplicar para tres hijas… no tienes las habilidades transversales, o estas sobrecalificada no te las mando porque te frustrarás. La vida no es asi señores.