Para vender cada vez lo tenemos más difícil. No es un eufemismo ni un tópico, es la dura realidad. Hemos entrado en un contexto de precios bajos, en muchos casos una auténtica caricatura de lo que fueron en un pasado reciente. Muchos profesionales expulsados por la crisis de sus puestos de trabajo han decidido establecerse por su cuenta basando su plan de negocios en la supervivencia ya sea a través de la guerra de precios o simplemente ofreciendo servicios de manera gratuita con la esperanza de que una vez conocidos podrían proponer tarifas acordes a sus necesidades y a su valía profesional.
Cualquier propuesta es contra ofertada a la baja porque sigue habiendo alguien que es capaz de prestar un servicio o vender algo a cambio de casi nada. Todos hemos vivido situaciones similares de este tipo, yo recuerdo concretamente una en la que una persona que solicitó nuestros servicios, hacia la que nos volcamos todo el equipo en cuerpo y alma para ayudarle porque su situación personal nos emocionó y a la que hicimos una propuesta económica muy ventajosa nos contestó ofendida que había encontrado a otra profesional, competidora nuestra, dispuesta rebajar la tarifa en más de un sesenta por ciento que dadas las circunstancias solo podía hacerse posible incurriendo en pérdidas. Íbamos a ayudar y encima salimos trasquilados. Por suerte fue un caso aislado y nuestros clientes valoran los servicios que prestamos aceptando nuestras propuestas que siempre son las más ajustadas para poder ofrecer el mejor servicio y por esto seguimos dando guerra día tras día.
La única manera sobrevivir en un entorno como el actual es que nuestros clientes se den cuenta de que somos únicos.
No todos los competidores tienen nuestras capacidades y aun cuando estemos ofreciendo productos o servicios similares nuestras historias son tan distintas que si somos capaces de contarlas con toda su riqueza llegaremos con seguridad a su corazón. Y cuando alguien compra lo hace con la mente y con el corazón, no lo olvidemos.
Para vender necesitamos que nuestros productos y servicios estén amparados por una marca personal potente, la nuestra y así se convertirán en únicos como nosotros.
Nuestra marca personal enriquece y da más valor a nuestros productos y servicios. Cuando nos interesamos por una actividad, por un servicios o por un producto en concreto lo normal es indagar acerca de lo que es y de quien hay detrás y si la promesa única de valor que ofrece es puramente retórica o está sustentada por personas de carne y hueso. Y cuando encontramos nombres y apellidos buscamos las historias personales y acabamos escogiendo aquello que nos ofrece mayor credibilidad con un precio que sea, lógicamente, asequible.
Si quien nos ofrece un producto determinado nos explica que además de ser un buen vendedor es un experto en el propio producto y que este forma parte de las actividades que dan sentido a su vida conectará con nosotros con mayor credibilidad que otra persona que podría estar haciendo cualquier otra cosa. Si quien intenta vendernos un producto financiero o una póliza de seguros tiene una buena visibilidad tanto en la red como fuera de ella y de manera sostenida ofrece consejos e informaciones de valor que le sitúan no ya como vendedor si no como un experto ganará nuestra confianza con mayor facilidad que otro profesional que realice simplemente un acción de venta.
Si la tienda que nos vende los ultramarinos, el azúcar y las latas de conserva tiene al frente un profesional con una historia relevante o con un nivel de competencia singular como profesional de la alimentación, ya sea por estudios o por experiencia o por las dos cosas, acabará siendo nuestra preferida frente a muchas otras.Y así podríamos dar ejemplos hasta la saciedad.
Nuestra sociedad necesita profesionales con marca personal fuerte, expertos en cada uno de sus productos y servicios que sean capaces de comunicar que son únicos en su ámbito de actividad. Para quienes están al frente de una actividad, un servicio o un comercio gestionar su marca personal es un seguro de supervivencia porque supone el pasar de ser uno más a ser el único. Y los consultores, asesores y estrategas de la marca personal estamos aquí para ayudarles.
Formarse como experto en Personal Branding es una opción que permite obtener las herramientas para definir y trazar el propio camino profesional y el de los demás y poder ser la opción preferente. El Personal Branding es una profesión de futuro.
La Facultad de Comunicación y Relaciones Internacionales Blanquerna de la Universitat Ramón Llull y Soymimarca hemos puesto en marcha una nueva edición del Postgrado en Personal Branding con la finalidad de formar a profesionales que desde sus ámbitos de actividad estén capacitados para impulsar y ayudar a gestionar marcas personales. Está especialmente diseñado para que los directivos y los responsables de la gestión de personas ayuden a convertir a sus empleados en embajadores de la marca corporativa y es en formato a distancia con a sesiones presenciales al final del programa para que pueda ser compatible con las tareas habituales. La matrícula está abierta y las clases se iniciarán a final de octubre. Te esperamos.
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Asesor de marca personal y socio de Soymimarca / Profesor Asociado en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) y Director del Posgrado en Personal Branding en la Facultad de Comunicación Blanquerna (URL) / Economista (UAB). / PDD & MBA (IESE Business School & The University of Chicago). / Coach titulado (University of Texas, Dallas). Miembro de AECOP. / Miembro certificado de la International Coach Federation ( Associate Certified Coach). / 25 años CFO,CEO. Co fundador del Grupo Sintax Logistica.
Tiene mucha razon es lo que vivimos actualmente comparto esta forma de pensar y ha relizar la marca personal.