En el 2015 ni egoístas ni abnegados

De manera periódica San Silvestre nos visita para anunciarnos que el año se acaba y como cada año bajaremos la persiana pero nos quedaremos. Al final de cada día tras una jornada, más o menos dura por los tiempos que corren, hacemos un receso, cerramos los ojos y nos preparamos para despertamos con las luces de un nuevo día. Es el momento de hacer balance, para retener lo bueno y reciclar lo malo en el arcón de la experiencia y retomar fuerzas para seguir. Lo más certero que nos trae el alba es la seguridad de que aquí estamos, nos guste o no, para echar otro capote a la vida. Lo mismo sucede cada fin de año.

¿Qué quiero para el nuevo año? Que pensemos un poco en nosotros porque en muchas ocasiones somos los grandes olvidados, queremos hacer grandes cosas y no nos acordamos de que existimos. Un buen propósito para el nuevo año es querer para nosotros lo mismo que queremos para los demás, ni más ni menos, sólo lo mismo. Y que tengamos el valor, el aplomo y la paciencia para incorporarlo al redactado de nuestro propósito y convertirlo en realidadtrust yourself / creative commons photo / pixabay.com.

Es fácil olvidarse de uno, es bastante frecuente girar la cabeza cuando nos cruzamos con nuestros sueños y es todavía habitual justificarlo bien sea por las circunstancias o por que los demás nos exigen tanto que hemos de escoger entre ellos o nosotros y acabamos perdiendo nosotros en la elección.

Si creernos el centro del universo es un error de bulto, blandir la bandera de la abnegación puede ser un suicidio porque tan nocivo es dejar a los demás de lado como negarnos a nosotros mismos. Si bien es cierto que nuestra marca personal existe porque los demás existen también lo es que se forja a través de nuestro propósito, de nuestros sueños y de nuestros valores.

Ser conocidos, reconocidos, relevantes y escogidos es el objetivo la nuestra marca personal. Si en el año 2015 queremos dar un impulso substancial a nuestra propia marca es necesario que en los buenos propósitos nos pongamos en lugar preferente, nosotros, nuestro proyecto y nuestros valores y que lo revisemos cada día antes de dormir, cada semana al programar nuestra agenda y en cada momento en que valoremos nuestro recorrido. Así llegaremos al final del año con la certeza de un trabajo bien hecho. Que el 2015 sea el año de nuestra marca, nuestro año.

¡Feliz año nuevo!

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