Personal Branding, el arte de invertir en ti (43). ¿Eres magnánimo?

 

Os recordamos que el pasado 18 de marzo iniciamos una serie de artículos alrededor del concepto “haz tu marca memorable“. Hemos hablado de las cualidades de narrabilidad, de bondad, de autenticidad, de disposición, de relevancia, de optimismo y de responsabilidad. Hoy hablamos de una cualidad importante, la magnanimidad.

Dalai Lama. Google images
Dalai Lama. Google images

Mas que una cualidad la magnanimidad es una palanca que impulsa la marca personal más allá de sus límites naturales.  Tradicionalmente asociamos la magnanimidad a la grandeza de espíritu o a  una generosidad fuera de lo común y se opone a la tacañería, la mezquindad o la pusilanimidad.

Si nuestra marca personal es la huella que dejamos en el corazón de los demás, la magnanimidad nos ayudará a que sea indeleble.

La magnanimidad pivota entre lo que nosotros queremos conseguir y lo que ofrecemos a los demás, entre el estricto cumplimiento del deber y la generosidad de dar más de lo que está escrito en el guión y, por supuesto, entre el conformarse con lo que se tiene y el pensar en grande. Si no somos magnánimos con nosotros difícilmente lo seremos con los demás.

  • La marca personal no está en función de si misma; para que exista, una marca necesita a los demás para  poder grabar su huella. La magnanimidad impulsa a poner al servicio de los demás aquello que se va logrando individualmente y de esta manera convierte los éxitos individuales en trascendentes.
  • Si nos limitamos en cumplir lo que hemos acordado actuaremos de manera justa y dejaremos satisfecho a quien se beneficie de nuestro servicio, si ofrecemos algo más de lo esperado sin pretender ninguna contraprestación adicional conseguiremos ser recordados y recomendados. Incorporando la magnanimidad a nuestra marca personal convertiremos a nuestro público en nuestro mejor prescriptor.
  • Pensar en grande es un acto de magnanimidad para uno mismo y para los demás.  Si los recursos disponibles sean del tipo que sean sólo sirven para garantizar nuestra supervivencia física, emocional o social difícilmente podremos ponerlos al servicio de los demás, pensar en grande nos pone en situación para que todos ganemos.
  • Si lo que ofrecemos a los demás nos lo negamos a nosotros sin mediar otro tipo de reflexión es muy posible que acabemos amargados, los dobles raseros sólo son motivo de disputas e injusticias, y por esto la magnanimidad debe comenzar por uno mismo.
  • Finalmente, la magnanimidad nos ayudará a capear mejor los temporales, en la vida de toda marca personal hay bastantes, sin envidia ni resentimiento y contando con el apoyo de los demás.

Que nuestra marca personal sea única, memorable y por supuesto la escogida depende sobre todo de nuestras actitudes.

0 comentarios en «Personal Branding, el arte de invertir en ti (43). ¿Eres magnánimo?»

  1. ¡Qué interesante y certera me ha parecido esta entrada!
    En tantas ocasiones vemos a expertos vendiéndonos (que no ofreciéndonos) productos y todo tipo de sueños que me encanta ver que hay personas que destacan la importancia del compartir para ayudar a crecer.

    A título personal, encuentro un placer inmenso cuando consigo hacer que crezcan y desarrollen sus habilidades aquéllos que me rodean, sin otra ganancia ni satisfacción personal que … comprobar el resultado.

    Me permito destacar aquello que más me ha impactado: «Si nuestra marca personal es la huella que dejamos en el corazón de los demás, la magnanimidad nos ayudará a que sea indeleble.
    … si ofrecemos algo más de lo esperado sin pretender ninguna contraprestación adicional conseguiremos ser recordados y recomendados …»

    Muchas gracias por este magnífico post.

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