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El creciente poder de la conexión emocional
No me cansaré de insistir: por muy racionales que nos creamos que somos, tomamos decisiones de manera emocional. Y la influencia que ejerce sobre nosotros el mismo mensaje es muy diferente si es un mensaje corporativo, técnico, impersonal, justificado en datos, aunque éste contenga altas dosis de racionalidad, que si el mensaje está firmado por una persona y creado desde la humanidad.
Un mensaje creado y suscrito por una persona se le presupone, de manera prácticamente inmediata, inconsciente, casi sin quererlo, una historia detrás: unos éxitos, unos fracasos, unas ambiciones, unos miedos…. El mensaje pasa a estar cargado de humanidad. De la humanidad del que firma. Y es que todos tenemos una historia. Y claro, cuando el que emite el mensaje es alguien como nosotros, conectamos más, porque le añadimos la pieza clave en la comunicación: la emoción.
La emoción es un atajo mental
Según el Modelo Psicológico de Infusión Afectiva (MIA) de Forgas (1995) la emoción influye directamente en nuestra cognición como una señal heurística (o atajo mental). La emoción facilita el procesamiento de la información. Lo emocional se convierte en información más “consumible” para nuestro cerebro y nos aferramos a la emoción para tomar decisiones que nos lleven a la acción.
Y es que nuestra mente necesita procesos que faciliten la gestión de la información ante la cantidad ingente “inputs” que compiten por llamar nuestra atención cada segundo, en este mundo híper-conectado en el que nos encontramos.
Por ello, si despojamos el mensaje corporativo de la necesidad de ser racional y lo convertimos en un mensaje más humano (emitido por humanos para humanos), será un mensaje más “accionable” para su audiencia. Facilitará la conexión y el movimiento, porque, como humanos, no tenemos más remedio.
Y esta conexión emocional, humana, es irremediablemente, la que va a marcar el futuro de la influencia de las organizaciones, porque éstas van a comprender que es el tipo de conexión que va a mover a la audiencia hacia la hacia la acción, sea cuál sea ésta (empujar a la compra, asistir a un evento, reproducir un video, apretar un botón…).
Transformación digital. Al principio nos creíamos que iba de tecnología, pero cada vez somos más conscientes que va de personas.
Y no nos engañemos, las empresas cada vez son más sociales, porque les empuja el negocio, no porque quieran ser más “guays”. Por eso, los modelos de negocio están mutando, y van integrando elementos cada vez más orientados y basados en las personas y su poder de influencia: embajadores de marca (employee advocacy), liderazgo digital, employee centricity, integración de nuevos perfiles laborales, captar, conectar, detectar y fidelizar el talento digital, e-recruitment, nethunting….
“El mercado es una gran conversación” (Cluetrain Manifesto), pero no son las empresas que forman el mercado los que van a conversar, son las personas que las construyen.
Los negocios no son otra cosa que los resultados de interacciones entre personas. Entregando el poder de ser sociales a los integrantes de una organización, las organizaciones amplifican el alcance de su mensaje de manera exponencial. Y sobre todo crean un mensaje más intenso y singular.
La “conversación” se vuelve más real, palpable, bidireccional. Más poderosa. Con más capacidad de influencia y si, amig@s, con más impacto en la “data” (que tanto nos importa ahora) y en la cuenta de resultados (que tanto nos ha importado siempre).
Embajadores de marca: Si le entregamos el poder de comunicación a nuestra gente, el mensaje será amplificado, será más intenso (más emocional) y será un mensaje único, porque estará formado por nuestras personas. Ninguna otra empresa podrá tener nunca jamás uno igual.
Se podrá decir más alto, quizás más claro, pero nunca, nunca, de la misma manera. Y la singularidad es increíblemente poderosa.
Consultor, formador y conferenciante independiente especializado en personal branding, comunicación digital humana y marketing on-line. Licenciado en Psicología (UB). Acumula más de 6 años de experiencia desarrollando, implementado y potenciando estrategias de marca personal para clientes de varios sectores profesionales, así como la realización de formaciones y conferencias sobre marca personal, marketing digital y psicología tanto en empresas como en entidades públicas.
Excelente Artículo, unas de las razones, por las que muchas páginas web corporativas fracasan, es por el hecho que olvidan que el receptor del mensaje no es un robot, detrás de ese teclado hay miles de seres humanos, con sus vacíos, necesidad y soledades, ese el ENTE SOCIAL, aquel que no necesita de términos tan rebuscados ni técnicos, solo que le solucionen una necesidad, dando paso así a llenar un vacío aunque sea técnico necesita conectarse desde las emoción que generará la compra, pero cuidado el exceso también afecta.
Hola Martiza. Así es, ante la tecnología cada día más avanzada requiere de una humanidad, del elemento de la emoción, cada vez más presente.
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